Truth to be told

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Octubre 19, 1969

Al abrir la puerta, por un momento se congeló ante la imagen frente a él... su rostro angelical, su cabello rojo, todo en ella permanecía igual que la última vez que estuvieron juntos. Sacudió su cabeza, eran sólo imaginaciones. ¿Cómo después de tanto, ella seguiría luciendo como la jovencita que conoció hacía tantos años?

Howard...

—¿Porqué quieres atormentarme ahora? soy feliz, tengo una familia, todo está bien sin ti.

Siempre has sabido la mejor forma de dañarme... pero realmente estoy aquí por ti, porque estás en peligro.

—Eso no es nuevo, Natalie... ¿Siquiera te llamas así?.

—Natalia, Natalia Alianovna Romanova.

—Tienes un minuto para decir lo que sea que tengas que decir y luego te largas— Escupió con rencor.

—Hay un precio por tu cabeza, esta vez no puedo ayudarte... ellos creen que tienes un nuevo suero y eres una amenaza que piensan eliminar.

—¿Y qué? ¿Por qué no te encargas tú misma?

—Ese era el plan... pero yo no puedo matar a la persona que más amo en el mundo. Solo quería avisarte que ya no sólo es Hydra, tienes que cuidar tus espaldas.

Natalia lo vió una última vez y se giró decidida a marcharse. Pero fue detenida por el fuerte agarre de Howard sobre su muñeca.

—¿Te atreves a llamarme amor? Eres una mentirosa, una sucia espía que no merece decir esa palabra.

Los ojos de la pelirroja se inundaron en lágrimas, pero no dejó a ninguna escaparse.

A pesar de lo que soy y lo que tú creas de mi, te amo... y eso nunca cambiará. Por eso quiero verte bien.

—Demasiado tarde, lo arruinaste todo.

Natalia se arrodilló a los pies de Stark y se abrazó a sus piernas. Habían pasado años y no sabía cómo hacer para que le perdonara, no podía vivir con su odio.

El castaño la tomó con fuerza por el brazo para hacerle levantarse y atacar con rabia sus labios en un beso hambriento.

Esa noche volvió a sentir la piel de Natalie bajo la suya, a pesar del tiempo y de todo el dolor que le causó su traición, en ningún momento dejó de sentir su corazón en llamas por ella. Natalie Rushman, Natalia... como fuera que se hiciera llamar en esos días, era la única mujer que sacudía su vida y así pasaran décadas, nunca dejaría de amarla.

***

Cuando Natalia notó el lugar al que se acercaban, sus recuerdos pasaron delante de sus ojos, específicamente esa última noche qué pasó con el amor de su vida hacía tantos ayeres...

Stark los llevó a la casa en la que el había crecido. Apenas había cumplido los 21, después de la muerte de sus padres y abandonó el lugar para nunca volver. Estar ahí le traía recuerdos que le herían de sobremanera, por lo cual durante más de 27 años se había mantenido lejos.

Natalia vió detenidamente el lugar.

—Parece que no ha pasado el tiempo por este lugar, todo sigue idéntico. Solo falta una mesa ahí— le señaló un espacio vacío entre los sillones.

Tony recordaba perfectamente el porqué, la noche que murieron sus padres había descargado su ira contra la pequeña mesa de caoba que antes solía estar al centro de la sala.

AFTER  ⧗ DARKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora