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—¿Qué pasó después? -pregunta Matt después de un par de minutos de silencio.

—Eh... -reacciona Scott. Su mente inevitablemente fue hasta ese horrible día.

Desde que pasó lo que pasó, él jamás le había contado a nadie lo que en realidad paso. Literalmente su familia le dió la espalda sin darle la oportunidad de hablar. Lo condenaron de inmediato.

>>Quise denunciarlos pero... jamás los encontraron, se escaparon después de que los enfrente.

—¿Nunca los hallaron?

—No -respondió- Desaparecieron de la faz de la tierra. Eran chicos con padres alcahuetas que tenían mucho dinero. Yo... yo me quedé sin padres -agrega con una extraña risa.

—Lo lamento mucho Scott -expresa su amigo.

—No te preocupes -aceptó en voz baja-. Después -continuó-, me metieron a una correccional de menores, en realidad fue por lo de las drogas y eso, pero me dejaron libre cuando cumplí los dieciocho, porque era cierto que yo... no fui quién le hizo eso.

>>En ese lapso de tiempo pasaron muchas cosas. Mi madre, no lo soporto y se fue muy lejos, no sé dónde pueda estar. Escuché que Britt había estado en un lugar donde ponen a adictos. Y papá, sobre él cayó todo, su trabajo mermó considerablemente, luchaba contra su dolor, el abandono de mamá, la adicción de Britt y yo. Sin embargo, para conmigo, contó con la mejor solución.

—Te... cambio el apellido, ¿Cierto? -comentó Matt.

—Así es. Una vez cumplí los dieciocho, me hizo firmar algo que decía que mi apellido cambiaba a Doria. Y me envió a ese apartamento. Por eso cuando dije que mis padres habían muerto... es porque así fue, o por lo menos, para ellos yo ya no era su hijo. Para ellos, solo tienen una hija y un hijo... muerto, pero no dos.

—Scott, tu padre pudo perfectamente dejarte a la deriva una vez saliste de allí. Yo supongo que... a pesar de todo, aún te quiere -añadió el chico.

—Yo creo que fue más lástima que otra cosa -justificó Scott-. Remordimiento tal vez. Sabía que salía de allí sin un solo peso. No duraría mucho en las calles. Se compadeció a último momento.

—Pero te ayudo.

—No será por mucho tiempo más.

—¿A qué te refieres con eso?

—Pues... él, en ningún momento hablo conmigo personalmente, lo hizo a través de sus abogados -respondió-. Lo que me dijo fue que, una vez yo me graduará, se desentenderia por completo de mí. Y eso, es algo que pasará.

—¿Entonces qué harás? -hablo en tono conciliador.

—¡Oh Matt! -dijo, se levantó y se acercó a su amigo- Mis planes eran simples, pasar el año escolar, ahorrar mientras estudiaba, terminar sin contratiempos, graduarme e irme, irme lejos, donde tal vez pudiera olvidar que algunas tuve una familia y... un hermano que... deje morir.

—Pero...

—Pero eso fue difícil -dijo con una sonrisa-. No contaba con que, un chico, que casualmente se llama casi igual a él, estuviera pasando por su misma situación.

>>El primer día que te ví, también ví como te golpeaban -le cuenta-. Pero no hice nada, estaba dispuesto a cumplir mi plan. Sin embargo el remordimiento me gano, no soporte ver la misma escena que un día yo viví. Me sentí un hipócrita al decidir ayudarte, pero me sentí peor cuando no hice nada y te veía cada vez peor. Delgado, ojeroso, a la merced de esos idiotas.

—Entonces cambiaste tu plan, ¿Por mi? -cuestiona el menor.

—La verdad fue por mí -responde con una sonrisa-. Pero si quieres verlo así, igual ya te había advertido que no te enamoraras -bromea un poco.

—Scott -cambia el tema rápidamente-. Dijiste algo sobre ahorrar ¿Por eso te perdías algunos días?

—Si, y no -respondió-. Se supone que me habían asignado una psicóloga, a la cual no asistía mucho porque sus secciones siempre me dejaban muy devastado. Así que cuando no iba, hacía trabajos ocasionales.

>>Sabes Matt, jamás pude llorar a mi hermano como quería -comentó después de un pequeño silencio-. Eso es lo primero que haré apenas me vaya.

—¿Te vayas? ¿Cómo así? -pregunto desconcertado por su comentario.

—¿Cuál te dije que era mi plan? -pregunto en cambio.

—Pasar el año e... irte -respondió a lo cuál Scott asintió-. Pero, pero tú, dijiste que tus planes cambiaron -agrega.

—¿Sabes por qué aún sigo con vida? -cambio el tema. Matt temió responder-. Porque la muerte es un regalo que no merezco Matt. Mi Karma es pagar mis errores en vida. Parte de ello fue toparme contigo. Pero contigo Matt, soy feliz.

>>Feliz porque, eres mi amigo, porque, me trajiste de vuelta a mi hermana, porque, contigo fui parte de una familia. Siento que, a tu lado me redimi un poco -aclaro con lágrimas en los ojos.

—Por eso tienes que quedarte -quiso convencerlo, también con lágrimas en los ojos.

—Si la vida me quiere feliz, no será aquí.

—Scott, no puedes dejarme, aún falta la universidad, además, Britt y... -argumento.

—Matt -interrumpió-. La ceremonia de graduación será en una semana. No puedo quedarme aquí una semana. Debo ir donde mi padre, entregarle una copia de la constancia de que ya me gradué, y seguir con mi vida.

—No puedes dejarme... eres mi mejor amigo -replica llorando.

—Y tú el mío. Pero, yo espero de alguna manera, haberte enseñado algo. Que... tú no eres el mono personal de nadie, y ninguna persona, sea quien sea, tiene el derecho a pasar por encima de ti. Yo viví las dos caras de las monedas, creeme cuando te digo que sentir el poder sobre otros es algo enfermizo. No dejes que nadie adquiera ese poder. Será dañino para los dos.

No iba a ser fácil alejarse de todos, en especial de Matt, aquel chico le demostró que podía tener otra oportunidad, pero no así, no allí, no en ese momento. Él tenía que buscarse solo.

>>Escucha, no estás solo, tienes una madre maravilloso que hace el mejor pastel de banano del mundo, y una chica que se quedó a tu lado a pesar de ser un pobre tonto que no sabe contar chistes -bromeo haciendo que rían-. Tu vida no está tan dañada como la mía. Yo necesito repararla.

—Puedes hacerlo aquí, a nuestro lado -intentó convencerlo.

—Te quiero hermano.

Con eso, se dirigió a la salida limpiando sus lágrimas.

—Espera Scott... Scott, ¡Scott!

Le llamo. Sin embargo, siguió su camino.

>>Yo también hermano.

Fue lo último que le escucho. Pero antes de salir, visualizo a un pequeño Matías, diciendo esas mismas palabras frente a su rostro.

Al salir, vio a las dos mujeres en el pasillo, una de ella lloraba recostada en las piernas de la mayor. Apenas lo vieron, las dos se levantaron, la mayor se acercó, le dió un beso y fue al encuentro con su hijo.

—Cuídalo por mí -le dijo a su hermana.

—Te quiero Scotty.

Britt se abalanzó a él estrechandolo en un abrazo el cual corresponde.

FIN

Mi Karma [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora