Capitulo 12 - Provocación

5.2K 460 64
                                    


Roman POV.

Cuando despierto mis ojos se abren lentamente a causa de la luz solar que se filtra por la cortina.

Nota: Cambiar las cortinas blancas por unas negras.

Estoy recostado sobre mi hombro izquierdo, y Alexander está pegado a mí, con su pecho junto a mi espalda, y sus brazos rodeando mi cuerpo.

Puedo sentir la piel de su torso desnudo, así que en algún momento de la noche se quitó el suéter con el que se había dormido.

Nuestras piernas están juntas también, pero aun siento la pijama.

-Buenos días –masculla y junta sus labios a mi hombro.

-Deja de hacer eso –me quejo.

-¿Hacer qué? –inquiere.

-Saber que estoy despierto.

Lo escucho reír entre dientes.

Me doy media vuelta, sin zafarme de su abrazo, y me pongo frente a él, hundiendo mi mejilla en su pecho.

-¿Qué hora es? –le pregunto.

-Las diez de la mañana –contesta.

-¿De verdad? Creí que sería más tarde.

-Nop.

-¿Tienes mucho despierto?

-Un poco. Traté de no moverme mucho para no despertarte.

-Soy un tronco –le digo-. No creo que puedas despertarme.

Aprieta sus brazos en torno a mi cuerpo y me aparta con cuidado.

-Voy al baño –me dice.

Lo dejo irse, y restiro los músculos de mi cuerpo.

Me quedo recostado mirando al techo mientras Alexander termina.

Escucho la regadera abierta, y me pregunto si se molestaría si me meto a duchar con él.

Pero no quiero tentar al destino.

Así que me quedo quieto hasta que sale del baño.

Y cuando él sale, yo entro.

La noche anterior me había dado una ducha completa, así que hoy me limito a hacer solo lo necesario.

Regreso a la habitación únicamente con la toalla anudada a la cintura.

-¿A dónde iras? –le pregunto a Alexander mientras me dirijo al peinador para cepillarme el cabello.

-A ningún lado –responde mientras termina de abrochar su camisa negra-. ¿Tú tienes algún plan?

-No –contesto-. ¿Por qué te arreglas entonces?

-Porque ya amaneció –responde frunciendo el ceño.

-Sí, pero igual te puedes quedar en pijama todo el día, ¿No?

-Estoy acostumbrado a arreglarme apenas amanece –explica-. Aun y cuando no tengo nada que hacer.

Me encojo de hombros.

Tampoco es como que yo me quede en pijama todo el día.

Pero mis jeans rotos y mis playeras básicas no son tan incomodas como su atuendo de zapatos, pantalón, cinto y camisa de botones.

Termino de cepillar mi cabello, pero esta vez no utilicé la secadora, porque es malo usarla todos los días.

Me pongo únicamente el pantalón de mezclilla y las botas, quedándome sin playera mientras mi cabello termina de secarse por sí solo.

SchneiderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora