C i n c o

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N/A: en este capítulo transcurre en varios períodos de tiempo.

La música sonaba a niveles que podrían designarse como pocos saludables, retumbando en la cabeza de JungKook. Las canciones seguían pasando y, con ellas, los tragos ingeridos por el castaño. La noche comenzó tranquila, una salida agradable entre amigos para ponerse al día con las cosas que sucedían en sus vidas cotidianas. Así fue al inicio, se contaron anécdotas de lo sucedido en sus semanas: SeokJin había vuelto al trabajo, a Yoongi lo llamaron para seguir un caso como investigador privado después de un tiempo y, por parte de JungKook, bueno, él solo se limitó a trabajar Y mantener su rutina intacta y aburrida.
    Así comenzó, como una salida normal con tragos para acompañar, y no de excusa para mantener silencio.
     Ahora Jeon, con más de siete vasos de vodka encima, hacía oídos sordos a lo que escapada de los labios de Jin. No entendía cómo habían llegado al tema, o si hubo una forma certera de llegar en realidad. Sólo que estaban en él, dándole vueltas una vez más. ¿Por qué? ¿Por qué de nuevo y cuál era la razón de su amigo para nombrarlo?
     —Detente — le pidió después de escucharlo sin responder absolutamente nada, solo bebiendo cada vez más rápido e imprudente. Su voz saliendo pastosa—. No sé a qué quieres llegar, o si existe algo en realidad, pero detente. Estaba tan bien, ¡ya no importaba, mierda! Y lo vuelves a sacar de nuevo, ¿cuál es la razón?
    Los ojos de JungKook reflejaron lo desconcertado que se hallaba con una pizca de tristeza creciente. El corazón e insistencia del contrario temblaron con esa imagen, pero no aflojó.
    Yoongi se había retirado al baño, y ese fue su oportunidad. Porque, si su novio estaba, seguramente ya le habría tapado la boca con la mano mientras los arrastraba de ahí. Sí, así de amoroso y delicado.
     —Creo que tienes que leer lo que escribió en los últimos días... Es preocupante —aseguró antes de que volviese a querer callarlo—. Kook, sabes que no te diría esto si no creyese que es realmente relevante. Sé lo mucho que te daño, pero también conozco que revivió cosas intensas y buenas en ti. No pido... Sinceramente, no tengo ni idea de qué espero que hagas. Supongo que solo quería que lo supieses y que, a partir de eso, hicieras lo que quisieras.
    El alcohol pareció desaparecer de su sistema, dejándolo tan tenso que le dolería si estuviese pensando en eso, pero su mente se había extraviado entre pensamientos y emociones, volviéndose un estado agobiante. Sus dedos se aferraron al filo de la barra, sus ojos se cerraron y sus labios se abrieron brevemente.
     —¿Qué tan serio es? —preguntó con un mínimo de esperanza de que Jin se echara reír de la nada, pidiendo perdón y afirmando que había sido una broma. Aunque sonara cruel, estaba seguro que le afectaría menos.
    —Sabes que molesto demasiado, que hago bromas y juego... Pero esto, JungKook, no es ninguna charla. Me preocupa, es decir, si hace algo, cómo acabarías tú. Es alarmante, sus publicaciones se vuelven cada vez más fuertes y depresivas, perturbantes. No sé si lo escribe en verdad o como algún tipo de metáfora... Pero si es todo verídico, no es bueno.
    JungKook estaba... Estaba cansado, esa era la palabra. Cansando de que TaeHyung siguiera dando vueltas por su cabeza, por su entorno y su vida sin estar físicamente presente. Cansando de, sin quererlo, preocuparse. Cansando de no poder desatarse si tanto lo quería.
    Y esta no sería una excepción, no miraría para otro lado dejando que él se las arreglara solo. Porque, interesándole o no, si a TaeHyung le sucedía algo, él se sentiría terriblemente culpable. Aunque no lo fuera, JungKook cargaría en su consciencia el que pudo hacer algo y no lo hizo si solo se quedaba con los brazos cruzados. Mas, mierda, cómo quería quedarse quieto, sin nada nada ni asimilar. Desconectado para seguir con su plena vida, y que Kim se las arreglara solo.
     Sin embargo, JungKook no era así. Su corazón, dañado y con grietas como lo tenía, seguía siendo cálido y generoso. Le importaba, y ese era su mayor problema, a él le importaba demasiado todo. Le afectaba y se obligaba a buscar soluciones a incógnitas que ni siquiera le pertenecían y le perjudicaban.
     —Solo que el baño estaba lleno, se comportan como animales—se quejó Yoongi, sentándose en su respectivo lugar.
     Una cacería, pensó JungKook, siempre había sido una maldita cacería. Y TaeHyung siempre había mostrado interés en ser perseguido por él. ¿Seguirían en lo mismo? JungKook yendo detrás de TaeHyung, buscándolo y tratando de atraparlo.
     Un juego.
     

                                   💧
   
    JungKook desvió la cabeza hacia un lado, produciendo que su cabello le cayera en un suave movimiento sobre los ojos. No lo apartó, simplemente cerró los párpados y permitió su cuerpo relajarse en la silla de su oficina.
     Se pasaba la medianoche, las estrellas iluminaban a su espalda. El adoraba esa vista, las jornadas donde solía concluir a altas horas se mantenía algunos minutos más en su despacho para poder apreciarla. Pero no se había girado ni una vez en esa noche.
    Cruzó los dedos sobre su abdomen, liberando un suspiro largo, lleno de aflicción. Sentía una opresión en el pecho, el nudo que traía hace días amenazaba con quedarse por más y la cabeza ya estaba hastiada de meditar.
    Su corazón se hallaba pesado.
    —Dijiste que siempre me llevarías contigo aunque eso te matara —apretó los labios, frenando el temblor ínfimo—. ¿Jodidamente literal te ibas a tomar eso?
     La pantalla de la computadora portátil frente de JungKook se iluminó, mostrando una notificación.

                                 💧

    Las personas iban y venían, con sus celulares, auriculares puestos, vasos cargados de cafeína o lo que fuese necesitaban para sobrevivir. Las nubes amenazaban en el cielo, pinceladas suaves, oscuras y ruidosas. El característico aroma a lluvia se estaba levantando, haciéndose paso por las fosas nasales de JungKook y llenándolo satisfactoriamente.
     Estaba en la banca de una plaza, las piernas estiradas y el cuerpo hecho un lío en el trozo de madera. Su vista viajaba entre la multitud de niños jugando en un sector. Los gritos, llantos, risas tiernas y contagiosas se colaban por sus oídos, dejándole una rara sonrisa plasmada en los labios. Ni siquiera le gustaban.  
    Pero últimamente sonreía demasiado, sonreía tendiendo la cama, haciendo de comer o, absurdamente, al quedarse dormido un día laboral. Sonreía sin darse cuenta. Y, tal vez, era porque esa curva brillante se quería convertir en algo más, un motivo que no dejaría escabullirse para revelarse.
    El celular comenzó a sonar le en el bolsillo, y quiso matarse al oír la tonta canción que tenía de todo de llamada. Sacándolo rápidamente, atendió.
    —¿Estás seguro que realmente quieres que lo haga? — lo cuestionaron inmediatamente del otro lado de la línea.
    JungKook se mantuvo callado, asimilando. ¿Lo quería?  Podía, simplemente, olvidarse. Aunque eso no era del todo cierto, porque lo seguiría recordando diariamente. ¿Y si lo intentaba? ¿Y si se obligaba a borrar cada rastro que lo volviese loco y dependiente? Sería jodido, y parecía tan imposible, inalcanzable. Pero lo ansiaba, mierda que sí.
     Sin embargo, había algo que hacer antes. Siendo agridulce, sonando raro y distorsionado, reconocía que debía hacerlo para poder lograrlo que tenía pensado.
    Si JungKook buscaba acabar con todo, olvidarse y lograr comenzar totalmente de nuevo, debía darle un final.
     —Sí, estoy seguro. Hazlo.

                                   💧

N/Ax2:
          AHHH, siendo que esto está siendo una mierda. Aun así, la seguiré hasta darle un final (bueno o no). Lamento si no cumple sus expectativas, las mías tampoco:c.
                                           -Macnas.
    

   
   
    
   

Amor de mis existencias•» KookTae/KookV Donde viven las historias. Descúbrelo ahora