Amor de mis existencias•» KookTae/KookV

Extra I.

Oh, querido, mi alma,
sabes que se muere por la tuya.
Y tú has estado llenando este agujero
desde que naciste.
Porque tú eres la razón por la que creo en el destino,
tú eres mi paraíso.
Y haré cualquier cosa para ser tu amor,
o ser tu sacrificio.
  Porque te amo hasta el infinito.

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Te estoy viendo entre la hierba verde y el cielo azul transitando por nubes blancas, y solo puedo seguir asegurado que mi felicidad está completa. No quiero perderte de vista. No quiero mirar hacia otro lado. Todo lo que deseé alguna vez está en ti, y todo lo que no pero necesitaba también.
    Estás con el rostro repleto de babas mientras ríes y juegas con nuestra pequeña niña. Mi corazón late feroz en mi pecho. Quiero guardar este momento, lo haré. Lo conservaré por siempre.
    Solo puedo suspirar porque las emociones son demasiadas y, aunque el tiempo pase, la intensidad no hace más que incrementar. Me siento volar, ¿esto se sentirá tocar el cielo? Pero yo no quiero eso, te quiero a ti.
    Sonrío cuando me atrapas mirándote y, con la mano de nuestra niña, me saludas. Debo acercarme, pero necesito apreciar esto un poco más de lejos. Necesito verte brillar. ¿Sabes algo? Todavía me sorprende y conmueve tu luz.
    Quiero salir huyendo cuando te acercas veloz hacia mí, sabiendo que se me vienen encima. Sin embargo, me quedo quieto. Espero por ti y tus brazos.
    Me susurras un te amo en el oído, haciendo que los vellos se me ericen y busque esconder el sonrojo por lo mucho que me has tomando de imprevisto. Pero está bien, mírame así de expuesto, sigue sabiendo que me tienes como quieres y que te pertenezco totalmente.
    Dejas a Mina en mi regazo para ponerte detrás nuestra y abrazarnos desde ahí. Tus piernas me rodean al igual que tus brazos. Suelto una risa tierna, adoras tenernos así. Dices que, por el tiempo que estamos de esta forma, sientes que sostienes todo lo que amas. Pero, cariño, si tú ya haces eso de todas maneras.
    Apoyo la cabeza en tu hombro, dejando un pequeño y mimoso beso en tu mandíbula. Huelo el aroma que te caracteriza, llenando mis pulmones, mas busco llenar mi alma también. Quiero quedarme de esta forma.
    De un momento a otro, nuestra hija se escapó de mi alcance para ir en busca de unas coloridas flores. Río al verla gatear torpe y apurada, con los rollitos al aire.
    Aprovechas porque tu agarre se hace más fuerte, pegándome por completo a tu pecho. Sonrío mientras busco tu mirada y, cuando la encuentro, me pierdo en ella. Tus labios se pasean por mi rostro, una caricia que me hace temblar. Entrelazo mis dedos con los tuyos, tus latidos y los míos.
   Y una tarde de primavera, en el patio de nuestra nueva casa, afirmo que te amaré hasta el último aliento. Espero que tú lo hagas igual.
    Gracias a ti que me devolviste lo que alguna vez perdí, que fuiste mi rayo de luz en la oscura tormenta que me cubría, que me sonríe, me cuida y me recuerda que, aunque sea un desastre, valgo la pena. Gracias a ti he aprendido a amarme y aceptar que el mundo no es bueno, pero vale la pena quedarse en él. Más si es contigo a mi lado.
    —JungKook —me contestas con un pequeño ruidito, frenando justo encima de mi boca—. También te amo.