Hizo el camino desde el ascensor hasta su oficina, atrás suyo venía una chica que había entrado hace poco, avisando que su cita ya se hallaba esperándolo. JungKook solo asintió y dio las gracias con la mano agarrada al picaporte de la puerta. La joven se fue, y él tomó una bocanada de aire. En el interior de la habitación se oía su voz, lo que provocó que los vellos de su cuerpo se erizaran y su corazón empezara a latir rápido.
Abrió la puerta lento y en silencio, tratando de no llamar la atención ajena. Se quedó parado en la entrada, mirándolo. Ahí estaba, de espaldas a él y con el celular en la oreja. Llevaba un pantalón de vestir negro con una remera blanca y unos zapatos oscuros, algo tan simple que le quedaba ridículamente espléndido. Su piel, aunque menos que antes, seguía siendo dueña de un tono moreno apetecible. Una leve sonrisa se le escapó a ver su cabello de color lila.
—Estoy aterrado —confesó a la otra persona en la línea, mirando por el ventanal—. ¿Sabes lo que significaría que me aceptaran aquí? JiMin, sería magnífico. Podría pagar las deudas del departamento y disfrutar de un trabajo estable... Sería un escritor, ¡un escritor!
Su voz sonó tan emocionada y cargada de ilusiones que hizo temblar el interior de Jeon, haciendo que se mordiese el labio y cerrara la puerta detrás de él, aún sin causar ruido alguno.
La llamada seguía, pero solo podía hacer caso a la felicidad que desprendía la persona frente de él en ese momento. Distraído y parloteando mientras paseaba sus ojos por las vistas de afuera. En un momento, se acercó más al vidrio para poder apoyar los dedos en este, ladeando la cabeza hacia un lado, como si estuviese imaginando algo.
JungKook consiguió salir de su ensimismamiento sacudiendo la cabeza. Lo había citado de forma anónima para algo, y debía cumplir. Dando unos pasos hacia adelante, aclaró su garganta para llamarle la atención.
—De... Debo colgar —balbuceó, deshaciéndose velozmente del celular. Las manos le temblaban—. Tú.
La sonrisa de JungKook fue confusa, parecía reflejar melancolía. Quizá también mostró recuerdos.
—Yo —contestó más sereno—. Hola, TaeHyung.
Probablemente el tiempo se detuvo en el preciso momento que sus ojos se conectaron una vez más, es que nadie tendría la osadía de perderse ese momento. El ambiente se sintió abrumado por el repentino desprendimiento de sentimientos desbordantes, pero ¿quién podía culparlos? Si esperaron tanto para tenerse a una distancia tan escasa como en ese instante, fuera de sus sueños y anhelos.
Así de próximos, uno pudo reasegurar que fueron tontos, que hubo miles y un alternativas. Aunque mucho no se podía hacer si una parte se encontraba metafóricamente ciega. Y eso le jodió, el deseo de una elección mejor con un destino distinto le jodió.
—¿Qué sucede? ¿Por qué? —TaeHyung pareció reaccionar, bajando la cabeza—. No entiendo nada.
Temblaba, temblaba completamente.
—Hice que te citaran aquí —comenzó a explicar, sintiendo mínimamente impotencia por notar lo afectado que se hallaba. Pero se mantuvo en su sitio—. La razón es que... Dios, TaeHyung, ¿en qué piensas? ¿Qué tan cierto es lo escribes en tu blog?
El reprendido se percató de sus mejillas arder, lo que hizo que se hundiera más en su lugar. Quiso salir corriendo, se sentía muy avergonzado. Sin embargo, no de lo que escribía -realmente era lo que él pensaba-, sino de la forma en que JungKook se lo cuestionó, como si le costara aceptarlo. Mas ¿a qué grado de sorprendido era capaz de llegar? Él fue testigo de sus vaivenes en el pasado.
Por otro lado, JungKook trataba de verse lo menos perjudicado posible. Aun así, dentro suyo, todo se estaba desarmando. Pedazos de estabilidad cayendo y resonando en su mente, dejándolo aún más confundido. Porque lo tenía cerca, y eso era suficiente para sacudir hasta lo pequeño. Una parte de él, la inconsciente y sentimental, quería cortar los metros que los separaban y estrecharlo entre su brazos. La otra razonable, prefería quedarse rígido si eso significaba no hacer algo estúpido.
—¿A qué te refieres con cierto? —replicó TaeHyung después de minutos de denso silencio—. JungKook, es lo que siento... aquí.
Su grande mano se presionó contra su firme pecho, ocasionado que alertas en el castaño comenzaran a sonar.
—Pero, dime, ¿cuál es tu verdadero motivo? Sé que no me darías trabajo aunque fuera tu última opción —volvió a hablar el de pelo violeta—. ¿Qué hago aquí?
—Si piensas que busco motivos por..., bueno, ya sabes... No es eso —se apresuró a descartar—. Después de todo, me sigues preocupando. Leí lo que publicas y supe que debía hacer algo. Y no es por puro querer, no lo haría si mi consciencia me dejase tranquilo. Eres tú, TaeHyung.
Los labios de Kim dejaron escapar un suspiro quebradizo, apoyándose en el escritorio. Negó con la cabeza varias veces, mirándolo a los ojos.
—Sí, tú mismo lo dijiste, soy yo —apretó la mandíbula, debatiendo si seguir o no—. El mismo que te abandonó, que se fue sin mirar atrás y sin importarle nada. El que pudo avisarte y prefirió sellarse los labios. El que te amó, pero no lo suficiente.
«El que te amó, pero no lo suficiente», ¿y qué era "lo suficiente" realmente? Claramente, lo suyo no lo fue, aunque tenía potencial para serlo. Pero eso no aclaraba nada.
El sol comenzaba a esconderse detrás de su silueta, produciendo un paisaje digno de pintar un cuadro. Con su cabello levemente despeinado, su labio sufriendo por su gesto conocido de nerviosismo y su cuerpo sufriendo de evidente inestabilidad, todo eso destinaría a un lienzo a volverse magnífico.
Las primeras estrellas iniciaban a notarse vagamente, las luces se iban encendiendo y JungKook seguía sin decir nada. Taehyung creyó que ya no hablaría, que lo que dijo no se lo esperaba y lo había dejado pasmado, o indignado. Aun así, no fue eso. Porque ya no lo leía como antes.
JungKook no iba a aceptar más juegos, las cosas se iban a tomar con precisión de ahora en adelante. Y si él debía ser el firme, pues así iba a ser. Ya que el cansancio era grande, ambos se habían convertido en personas diferentes y debían comenzar a comportarse de dicha forma. Por más que sonase aburrido y repetitivo, si ser así terminaba con su constante dolor desapareciendo, seguirán lo pasos.
—Sin embargo, TaeHyung, sí miraste para atrás —repuso—. Y por eso estamos en esta situación.
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Amor de mis existencias•» KookTae/KookV
Fanfiction«Ya se había largado sin cuidado al precipicio.» ESTA HISTORIA NO ES DE DOMINIO PÚBLICO. ↬Segunda parte de Sigiloso Tormento ↬Título posiblemente temporal. ↬Historia completamente mía. ↬No copias ni adaptaciones. Obra registrada en Safe Creative co...