Me encontraba usando mi valioso fin de semana para ayudar a la madre de mi jefe, resulta que la pequeña Marlena le había pedido que me dijera si la podía ayudar a practicar sus pasos y enseñarle más cosas como la última vez, estaba algo reacia al asunto, no era que extrañará bailar, que si era, dios sabe cuánto lo extraño, es solo que tratando de aclarar mis emociones respecto a cierta persona y ¿Donde estoy? En la casa de su madre con su hermana pequeña, si bien, así podré aclararme obvio. Cuando llegue a la casa salió a recibirme la pequeña ya con su tutú puesto y saltó a mis brazos que por acto impulso ya la esperaban.
- ¡Tía Charlotte! Te esperaba - voltee los ojos
- No soy tu tía - la baje al suelo - dime Charlotte solamente o Lotty si prefieres
- Charlotte, es más bonito - me tomo de la mano y me guío al interior de la casa, hace tiempo que no usaba ropa relajada, estaba usando unos simples jeans con una polera blanca sin diseño además de una hermosa chaqueta de cuero antigua propiedad de Darcy, ahora era mia.
Saludé a la madre de Liam y a el también por supuesto.
- De acuerdo - Marlena y yo ya estábamos en la habitación de la última vez - asique el Cascanueces, felicidades por ganar el estelar
- Fue gracias a lo que me enseñaste, la maestra me felicitó porque al fin me encuentro al nivel de las demás - su sonrisa era preciosa - ¿Trajiste zapatillas? Nosotros tenemos varios pares en aquel mueble de todas las tallas - señaló un clóset blanco que no estaba la última vez
- No, la que va a bailar eres tú no yo - me acerque al estereo - entonces comencemos.
Estuvimos practicando durante horas, yo sin zapatos y Marlena imitando cada paso, le enseñaba a sentirse cómoda con los movimientos, que fueran fluidos, no podían parecer robóticos para nada, le costaban los Fouetté, eran difíciles de dominar en especial cuando debes hacer varios.
- Hora de un descanso - Marlene entro a la habitación - vayamos a comer
- Yo me quedaré aquí, coman ustedes
- ¿Segura? Deberías comer algo - la madre de Marlena era realmente hermosa, sus labios eran carnosos y usaba un labial rojo pasión, y su figura era de ataque cardíaco
- Si, tranquilas, vayan a comer -dije.
Cuando salieron de la habitación suspire, lo hacía o no lo hacía, la música del Cascanueces aún sonaba como un ligero susurro en la habitación, me acerque el mueble que señalo la pequeña antes, en definitiva había muchas zapatillas de ballet nuevas, no se podían usar, no estaban preparadas pero estaban todos los materiales para solucionar eso, deje que la música me llenará, tome el par que me quedarían y las comencé a arreglar, zurci los listones, también la punta de los zapatos, los golpee con un libro lo más fuerte que pude, han pasado años desde la última vez que prepare un par de zapatillas, antes me tomaba mucho tiempo pero ahora, aún seguía siendo como respirar, las levanté para mirarlas cuando estuvieron listas, despacio me las coloque y las ate, a mi memoria vinieron todas las veces que ate las zapatillas, desde que era pequeña hasta que fui adulta, fui a la barra y estire mi pierna en mi espalda, casi podía tocar mi propia nuca, baje y subí, entonces me puse de puntas, aún podía mi cuerpo, por supuesto, no quería aceptarlo pero aún después de tantos años inconscientemente me he esforzado por mantener mi figura por poder mantener mi peso, porque la realidad era que no podía negar cuanto extrañaba el ballet.
Que recuerdos, mi cuerpo recuerda cada paso a la perfección, Fouetté, cuando al fin los domine me sentí tan orgullosa de mi. Comienzo a dar vueltas, sin tocar el suelo con mi otra pierna, me preguntó cuántos podré hacer ahora, alzó mis brazos, el Cascanueces, yo lo protagonice también, para una producción a los 17 años, cuando la gente me aplaudió me sentí como una estrella pero ahora mismo no bailo para nadie, solo para mí, está sensación de volar y ser tan ligera como una hoja en el viento.
(El Cascanueces - danza del azúcar)
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Amantes en el trabajo
Lãng mạnDespués de que sus sueños de ser bailarina se derrumbaron a sus pies y sin nadie en el mundo, más que su amigo de la infancia, Charlotte se enfrasca en el mundo laboral aguantando a su, según ella abusivo jefe y las insinuaciones de sus compañeros p...