Estaba acostada en mi cama de nuevo con una caña de mierda, sentía que la cabeza me iba a explotar, no se qué me pasaba, solo porque tenía trabajo no significa que deba embriagarme cada viernes por la noche, me levanté lentamente de la cama y mi celular vibró, no era quien yo pensaba.
- Hola...- dije con una voz ronca
- Wuau preciosa, bebiste más de la cuenta ayer - Liam se escuchaba perfecto, casi podía imaginarlo en un traje a medida azul marino con su cabello ordenado y una sonrisa blanca
- ¿Que quieres? - dije mientras cerraba las cortinas de mi habitación para que no entrara la luz del sol
- Solo decirte que lamentablemente John fue dejado en libertad - la impresión casi me quito el dolor de cabeza
- ¡¿Qué?! - no lo podía creer, sabía que la justicia era una puerta giratoria pero a este nivel, es demasiado, lleve mi mano a mi cabeza, casi me sacaba el cabello yo misma
- Tranquila Charlotte, el no volverá a acercarse a ti, me haré cargo de eso - de alguna extraña manera confiaba en su palabra pero no pude contener un suspiro cargado de tristeza y resignación - el lunes te diré cual será tu nuevo puesto
- ¿Nuevo puesto? - dije extrañada
- Por supuesto, aún no he elegido el reemplazo de John y no te voy a despedir por lo que ocurrió
- Se me había olvidado que eres mi jefe - dije irónica, este chico no me había dicho que era el dueño de la empresa en la que trabajaba, además ¡cómo demonios lo hizo para lograr éxito tan joven! Que rabia
- Ya no se te va a olvidar, nos vemos - colgó
El también era extraño, no me esperaba un cambio de puesto pero admito que mi mente estaba algo caótica producto de los recientes eventos y el alcohol, al menos esperaba que mi jefe está vez no fuera un psicópata como el anterior o un acosador.
Mi sorpresa fue inmensa cuando me enteré de cual sería mi puesto cuando llegue el lunes al trabajo, cuando sacó a su personal de la oficina y quedamos solos lo fulmine con la mirada mientras tenía mis brazos cruzados sobre mi pecho, el se reía, odiaba como se veía tan perfecto, como todo encajaba y me sentía como una idiota por no darme cuenta antes de que era una persona adinerada, aunque eso no era lo importante, lo importante es que Liam me había asignado un nuevo puesto y no sabía cómo sentirme respecto a su elección
- Entonces...- hablé al fin cerrando la puerta de su oficina que era una puerta doble - ¿De verdad? No se te ocurrió otro puesto
- ¿Por qué? No te gusta... qué puede ser...- Se hizo el pensativo apoyándose en su escritorio con una mano acariciando su mentón - será...- sonrió- tu jefe ¿Te molesta tu nuevo jefe?
- Algo...es que es un idiota - dije volteando los ojos
- Tienes suerte de poder llamar así a tu jefe y que no te despidan - suspiré, el camino hacia mi, acarició mi cabello dejando un mechón detrás de mi oreja
- ¿Que debo hacer? ¿Cuales serán mis labores jefecito? - dije con una sonrisa forzada muy obvia y el volvió a sonreír
- Lo aprenderás sobre la marcha, por ahora - fue a su escritorio y me acerco una tablet mientras se volvía a sentar en su magnífico escritorio negro - ahí está mi agenda, citas, horario, todo lo que deberás aprender...- su voz se me fue haciendo silenciosa hasta que solo ahí un susurro, estaba viendo los asuntos de la tablet, como dije aprendía rápido y todo lo que hacía debía ser perfecto, esto no sería diferente.
Después de revisar un par de veces todo en menos de 20 minutos me sentía lista para ayudarlo en lo que solicitara. Cuando alce la mirada el veía unos documentos en su escritorio, aclare mi garganta
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Amantes en el trabajo
Roman d'amourDespués de que sus sueños de ser bailarina se derrumbaron a sus pies y sin nadie en el mundo, más que su amigo de la infancia, Charlotte se enfrasca en el mundo laboral aguantando a su, según ella abusivo jefe y las insinuaciones de sus compañeros p...