Capitulo 5 ~ Que comience el juego

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Lucas me había hecho enfurecer porque en el fondo mis sentimientos por el seguian siendo un misterio para mí y el seguía rechazandome, así lo sentía yo, asique a fin de contener mis emociones y ser capaz de olvidar un poco todo esto opte por la salida de escape más rápida, llamar al mismo hombre que me había hecho olvidar hace unos días, necesitaba esa sensación, esa anestesia temporal de todo lo que ocurría, mi relación con Lucas no podía ser más disfuncional y ni hablar de todos los demás aspectos de mi vida que trataba de ignorar, si mi vida fuera un monumento creo que sería el coliseo romano, lo que alguna vez fue un lugar donde la gente encontraba un espectáculo digno de dioses ahora solo eran unas ruinas que vistas solo desde el físico tenían cierto encanto, así era yo, estaba en ruinas que a duras penas se mantienen en pie pero que se podían seguir considerando hermosas, necesitaba la anestesia.

Cuando llegue a la oficina que me indico Liam dude un poco, sabía lo que iba a pasar y era lo que yo quería que pasara pero sabía que no era correcto, aún así entre, la oficina era pequeña y sin ventanas, tenía más aspecto de bodega que otra cosa, tenía un pequeño escritorio de madera con una silla de cuero, había un pequeño sofa pegado a la muralla en el que sentados solo cabrían dos personas, además de dos archiveros uno a cada lado del escritorio, Liam aún no llegaba, asique entre y me acomode, en cuando le dije lo que pretendía el no pensó demasiado el lugar y tampoco el momento, tal vez está más acostumbrado a esto de lo que imaginé, aleje ese pensamiento, no es como si quisiera una relación romántica con este chico, solo quería sexo nada más, nada de emociones, mientras el de me diera placer y olvido no me importaba ser utilizada, de repente escuché la puerta abriéndose, era Liam que la cerró a su espalda silenciosamente.

- ¿Te hice esperar mucho preciosa? - se veía distinto, estaba usando un traje formal azul muy masculino y apropiado, su cabello estaba arreglado hacia atrás, su imagen me dejó algo sorprendida, tenía en mi cabeza solo dos imágenes de él, el caballero con un montón de ropa encima y el chico en el pub cuya ropa no era más especial que la de los demás, aunque casi no recordaba su vestimenta de esa noche, por su parte el me miró de arriba abajo para acto seguido mostrar una gran sonrisa - te vez ansiosa

Lo estaba y también nerviosa por su presencia, se veía tal masculino, tenía a un hombre hecho y derecho en frente de mi y en nada sería mío o yo sería de él, bueno, dicen que el orden de los factores no altera el producto y eso me daba cierta tranquilidad.

Me acerque a él, lo bese con toda la intensidad de la que era capaz y el recibió cada gota de ella, sus brazos rodearon mi cintura mientras los míos estaban cruzados sobre sus hombros, sus brazos bajaron a mis muslos y me levanto, tenía las piernas abiertas a la altura de su cadera y podía sentir el calor que emanaba de su pantalón y el tamaño, sabía que no me decepcionaria, avanzó conmigo en sus brazos hasta el escritorio y me dejó caer en el, le  saque su saco tan elegante y lo lance al sofá para que no se ensuciara, el hizo lo mismo con mi camisa blanca, la desabotono y mis senos cubiertos por mi ropa interior quedaron expuesto ante él, desabroche su cinturón de cuero y también su pantalón, suavemente sus manos se paseaban por debajo de mi falda mientras la levantaba ligeramente hasta que llegó a mi ropa interior, los bajo muy lentamente hasta que quede expuesta de mi parte más íntima, me sentía algo avergonzada, el se arrodilló ante el escritorio y mi lugar, comenzó a lamer ahí abajo, no pude evitar gemir, su lengua sabía exactamente en qué lugares lamer para hacerme enloquecer, me mordí los labios para evitar levantar la voz pero era casi imposible, su lengua tocó mi botón y mis manos fueron a su nuca para que no parará, se sentía genial. Volvió a levantarse está vez bajo su ropa interior sin dejar caer sus pantalones y lo vi en todo su esplendor, tenía muy buen tamaño y estaba duro, saco del bolsillo de su pantalón un condón y se lo puso, sus ojos se encontraron con los míos, de verdad que siempre me perdía en ellos, tan hermosos y misteriosos capaces de hipnotizarme y quitarme el aliento al mismo tiempo, comenzó a rozarme ahí abajo con su dureza, escapaba suspiro tras suspiro de placer de mis labios, quería evitar el ruido pero no podía, Liam lo noto y para silenciarme me besó, no dejaba de rozarme sin parar y con cada roce me excitaba más y más

Amantes en el trabajoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora