No sé hasta qué hora bailamos solo sé que disfrute cada momento, tener un bailarín a mi lado para practicar duetos era algo que no se daba todos los días, aunque nos hubiéramos conocido de forma tan súbita, después de que estuvimos cubiertos de sudor y casi sin poder emitir sonido debido al cansancio decidimos parar.
- Sabía que eras increíble desde el momento en que te vi - tomo una botella de agua de su bolso que había dejado junto a la puerta y bebió
- Gracias, tu también eres bastante bueno - sonreí abiertamente
- Lo sé - cerró su botella - ¿Otra ronda?
- Debo trabajar mañana - tome mis cosas del clóset, me puse la ropa pero solo por encima y me cubrí con mi abrigo
- Te veo mañana entonces - el comenzó a tomar sus cosas, en cuanto vio mi rostro comenzó a reírse - entiendo, debo preguntarte primero
- Exacto - levanté una de mis cejas e hice una mueca
- Tienes toda la razón - camino hacia mi, a pesar del sudor podía sentir que de el emanaba un dulce aroma pero muy masculino, un perfume delicioso- Charlotte, me concedería - hizo una reverencia exagerada que me provoco una sonrisa chueca - el maravilloso honor de ser mi compañera nuevamente el día de mañana ¿Por favor? - levantó su mirada hacia mi
- No era necesario el teatro - puse mi dedo índice en su barbilla, no podía sentir ni rastro de algún vello travieso, lo obligue a erguirse - acepto
- Genial - saco su celular del bolsillo exterior de su bolso - dame tu número
- No sé si te conozco lo suficiente para eso - cruce los brazos sobre mi pecho
- Nos podemos conocer más si gustas - sonreí a la idea, me emocionaba conocer a un bailarín tan talentoso - entonces...
- Anota.
Recibí un mensaje de él una vez estuve en casa, había salido de la ducha y mi cabello seguía húmedo, respondí a su mensaje, me invitaba a tomar café mañana antes de ir a ensayar, pensaba que tal vez Liam necesitaría mi ayuda pero considerando que sigo algo molesta con él me pareció una excelente idea aceptar la invitación de un hombre tan atractivo como Adam Levine para distraerme un poco.
Soñé que caía desde lo más alto del cielo pero no tenía miedo, el viento gritaba en mis oídos y mi cuerpo se sentía como un costal de papas, cuando me acerque al suelo desperté de golpe.
Llegue a la oficina como es normal cuando no me quedo en casa de Liam, me preguntó cómo habrá resultado su cita con esa chica, había olvidado completamente que tenía tarea, investigar aquel extraño y familiar nombre, entre a la oficina de Liam que estaba vacía, eso no era normal, el siempre llegaba a tiempo, decidí llamarlo antes de proceder con la investigación, pero lo que escuche solo me congelo de pies a cabeza.
- ¿Hola? - era una voz femenina que resultaba desconocida para mi y apesar de que sentía mi corazón latiendo a toda velocidad en mi pecho apunto de estallar solo respire profundo y conteste
- Buenos días, disculpe busco al señor Liam Preston, este es su número - dije con un tono neutral en mi voz
- Ha, el no puede contestar ahora mismo, le dejó su mensaje - estaba molesta pero ya qué, debo comportarme
- Dígale que va a llegar tarde a su primera reunión del día que fue re agendada ya 2 veces, que venga lo más rápido posible, sería todo gracias- colgué
Estaba enojada casi podía sentir sangre en mi garganta de la rabia, como si mis ojos se fueran a salir de sus cuencas pero me tranquilice, entonces tal vez habían pasado la noche juntos y qué, el no es mío y jamás lo será, tampoco puedo exigirle derechos de una novia cuando no soy nada para él, Strevens, ese apellido y esos nombres.
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Amantes en el trabajo
Roman d'amourDespués de que sus sueños de ser bailarina se derrumbaron a sus pies y sin nadie en el mundo, más que su amigo de la infancia, Charlotte se enfrasca en el mundo laboral aguantando a su, según ella abusivo jefe y las insinuaciones de sus compañeros p...