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El enfrentamiento final había llegado, habían perdido demasiado pero perderían aún más si aquella guerra la ganaba Muzan. No había tiempo para dudar en sus acciones, tenían que atacar con todo esperando poder ser lo suficiente fuerte para derrotarlo, varios de los pilares habían caído y eso complicaba la situación.

ㅡTanjiro tenemos que aumentar la velocidad si queremos llegar a tiempo a la ubicación de Muzanㅡcomunico al menor mientras aumentaban la velocidad.

ㅡ¡Si! Tomioka-sanㅡasintió con decisión siguiéndole el ritmo al mayor.

Se mirada se perdió en el paisaje que los rodeaba, podía distinguir los cuerpos heridos de algunos cazadores de demonios los cuales eran atendidos o alejados de aquella escena. Incluso en el apogeo de la batalla podía sentirse la tensión del ambiente, poco a poco el tiempo se acababa y su  oportunidad de poder atacarlo en conjunto se volvía cada vez más difícil pensándolo bien tenían suerte qué tamayo-san estuviese de acuerdo en formar parte de aquel plan para aniquilar al rey demonio.
Agudizaron sus sentidos al sentir las pequeñas vibraciones del suelo hasta que fueron capaces de escuchar el sonido de la explosión que había causado la muerte de la primera luna superior, ya era la segunda vez que podían sentir una energía tan fuerte colicionar, no sabían cuanto tiempo habían intentado hacerle daño pero cuando finalmente parecía que habían logrado hacerle daño el cuervo les notificaba sobre la muerte de alguien, habian muerto Genya y el pilar de la niebla, estaban enterados de toda la situación por lo que cuando escucharon que había sido capturado y había explotado esperaban tener un poco de tiempo extra para poder llegar, pero ante eso para su sorpresa hubo una luz blanca que se ilumina sobre todo el cielo pero está empezó a volverse de distintas tonalidades; pasando de blanco, hacía un color rojizo y finalmente a un negro.
Del cuerpo de Muzan había empezado a salir un humo parecido a la niebla, haciendo que todos empezarán a caer en la inconsciencia
No sabía con precisión cuánto tiempo había pasado desde que había pasado aquel momento, pero por alguna razón habían despertado en el mismo lugar de siempre.
El salón de entrenamientos, donde también solían tener sus juntas, para su sorpresa estaban todos ahí, sin ninguna herida pero para su mayor asombro antes de que pudieran levantarse de forma adecuada y preguntar que era lo que sucedía. Pudieron ver con claridad los rostros de los pilares que habían sido asesinados por las lunas superiores ante eso no sabían que pensar. Todo parecía una situación tan bizarra.

ㅡ¿Que sucede? ¿Porque estoy aquí?ㅡPreguntó shinobu ella recordaba haberse sacrificado para poder asesinar al maldito de douma y luego habérselo encontrado en el infierno.

Asimismo no sólo era ella la que estaba ahí, estaban todos los pilares que habían sido asesinados a manos de las lunas superiores, pero ninguno podia entender la situación en la que se encontraban.
Se sumergió a sus pensamientos tratando de comprender la situación analizando todo a su alrededor buscando otra animalidad. Pero si tarea se vio interrumpida cuando  finalmente su mirada se enfocó en una cabellera que hace mucho tiempo no veía, mientras que algunos de los demás se encontraban inconsciente se reincorporo de dónde estaba acostado, por lo que con pasos temblorosos lentamente se fue acercando sin importarle las miradas extrañas que recibía de los demás a medida que se acercaba hacía aquel cuerpo podía distinguir con más claridad los rasgos que poseía. Él podía recordar con claridad aquella cabellera de tonalidad anaranjada, esos ojos lavandas que lo miraban curiosos y finalmente aquella cicatriz que cruzaban parte de su rostro.
Esos rasgos que jamás podria olvidar, en frente suyo se encontraba una de las personas que fueron importante para el.

Sabito

Inconscientemente tuvo el deseo de llorar, el dolor que había sentido al enterarse que su amigo había sido el único que murió por salvarlos a todos seguía carcomiendolo hasta ese mismo día, pensando en que el que debería estar en su lugar; siendo el pilar de agua debería ser Sabito, no el.
Puedo percibir como los demás pilares acercaban a su lugar inspeccionando con la mirada al joven que todavía seguía inconciente, temerosos de preguntar quién era, la expresión que Giyuu tenía en ese momento era un poco aterradora, todo su cuerpo se había puesto a la defensiva dispuesto a lanzarse a atacar a cualquiera que se atreviera a tocar al de ojos lavandas.

ㅡGiyuuㅡ

Aquel pequeño suspiro había causado un respingo a su pobre corazón, hace tanto tiempo que no escuchaba la voz gruesa de su compañero.

ㅡ bienvenido de vuelta.. Sabitoㅡmurmuró haciendo contacto visual con el de cabellos melocotón, viendo cómo este le sonreía y el no pudo evitar corresponderle

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