S e v e n t e e n

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Se podía escuchar el sonido del viento moviendo la copa de los árboles de forma estruendosa, el cielo estaba de una tonalidad oscura indicando que dentro de poco habría lluvia, aquella tranquilidad parecía imperturbable si no fuera por una pequeña cabellera que resaltaba entre todo aquel ambiente, podía observarse a un pequeño niño de unos ocho años al parecer el cual se mantenía demasiado hiperactivo buscando algo o mejor dicho, alguien.

ㅡ¡Oí Giyuu! ¿Donde estas?ㅡ alzó la voz preocupado buscando detrás de los arbustos.

Si bien hace poco ambos habían estado entrenando de depende el de cabellera azabache había empezado a llorar, antes que pudiera preguntarle que sucedía este había corrido rápido dejándolo atrás.

ㅡoye Giyuu, esto no es divertidoㅡotra vez estaba alzando la voz pero su tono se escuchaba más molestó, hace una hora que lo buscaba y no lograba encontrar ningún rastro del más bajo.

Se estaba oscureciendo poco a poco, el no le había dicho a Urokodaki-san que había ido en busca de Giyuu, su cuerpo simplemente se había movido para ir detrás de este sin siquiera pensarlo.

ㅡVoy a enojarme si no me dices algo, Giyuu háblameㅡse quejó mientras seguía buscando a los alrededores, trepó algunos árboles con la esperanza de encontrarlo pero no había rastro de el.

¿Que había hecho mal? ¿Lo golpeó muy fuerte? El sabía que no era muy delicado con el azabache pero el quería enfrentarse con todo lo que tenía, eso era lo que un hombre hacia.

ㅡSi te golpeé muy fuerte perdón, no volveré a hacerlo, tendré más cuidado para la próximaㅡvolvió a hablar, no estaba seguro si estaba cerca pero el no dejaría de hablarle hasta que le respondiese.

No entendía que pasó, sus piernas dolían de tanto caminar buscando al contrario, apenas podía respirar puesto que hasta el momento no había bajado el monte hasta ese punto, aquello lo asustó, si Giyuu por haber corrido lejos termino en ese lugar podría haberse desmayado, inhaló lo más que pudieron sus pequeños pulmones para luego correr más adentró del monté.

ㅡQue esté bien, por favorㅡ murmuró con la respiración cada más vez agitada.

Su cabeza dolía levemente haciendo que sus ojos empezarán a cristalizarse debido al dolor que le causaba, en algún momento empezó a llorar pero rápidamente se limpiaba sus lágrimas murmurando palabras sobre que un hombre no llora.

ㅡOye Giyuu, esto no me gusta, quiero que vayamos a casaㅡmurmuró para sí mismo apoyándose en un árbol, estaba cansado, cerró los ojos un momento pero cuando despertó se encontraba en los brazos de Urokodaki-san siendo llevado lejos de aquel lugar.

ㅡNo.. Giyuu sigue ahi, vamos por el, Urokodaki-san, vamos por elㅡse movió inquieto entre los brazos del adulto sintiendo como este lo retenía con delicadeza.

ㅡTu cuerpo no está listo para eso Sabito, iremos a casa ahora, Giyuu no está ahíㅡ lentamente acarició la espalda de uno de sus niños sintiendo como este no tenía la suficiente energía para luchar, pero aún así seguía murmurando que debían encontrar al de ojos azules.

Se mantuvo lúcido aún si su cuerpo estaba pesado, mientras el de la máscara lo cargaba el observaba todo buscando una pista de que Giyuu estuviese en algún lugar pero no encontraba, en los brazos del que vendría siendo su tutor se permitió llorar, el mayor acarició levemente su espalda tratando de consolar a uno de sus pequeños, Sabito difícilmente lloraba, aún cuando su padre murió o cuando recibió esa cicatriz en su rostro, en ningún momento lloro pero ahora, se encontraba llorando por culpa de su otro niño.

ㅡGiyuu me dejó, yo no quise jugar con el pero aún así el entrenó conmigo, yo le pegue muy fuerte, le hice llorar y el se fueㅡmurmuró tratando de no tartamudear, no sabía dónde estaba el más bajo y eso lo ponía triste.

ㅡ¿Porque no mejor le preguntas directamente a el, Sabito?ㅡ preguntó suavemente a la vez que bajaba al menor para que esté viera lo que lo esperaba a la entrada de la casa en la que vivían.

El de ojos lavanda estaba a punto de quejarse si no fuera que sus oídos captaron aquel sonido al cual ya se había acostumbrado; los llantos de Giyuu.

ㅡS-Sabito.. ㅡgimoteo el azabache corriendo a abrazar al de cabello melocotón.

En aquel instante ambos empezaron a llorar con fuerza, se abrazaron entre ellos como si no hubiese un mañana murmurando disculpas que no podían entenderse entre tanto balbuceó, el de ojos azules tenía entre sus pequeños brazos al contrario.

ㅡ¡N-No me dejes! Giyuu.. prometeloㅡgimoteo Sabito recibiendo solamente varios asentimientos de cabeza de parte del azabache.

Ese día había sido memorable para todos, era la primera vez que Sabito lloraba enfrente suyo, la primera vez que Sabito le pidio que no lo deje y la primera vez en que guardo un secreto.

Porque a pesar de todo, Giyuu Tomioka jamás le dijo al contrario porque lloro.

Y para Sabito, aquello era la primera promesa que había hecho con el contrario, aún si años después el había sido quien rompió la promesa puesto que fue el quien lo dejo.









Well, acá termina el maratón, quería terminarlo con un recuerdo bonito del SabiGiyuu cuando eran nenes y creo que quedó lindo, sin más que decir.
Próximo capítulo serán creo que más de dos mil palabras ya que se verá lo de la nueva postura, el cuerpo de Sabito, rengoku siendo el sol de mí vida que es, el periodo de adaptación de Sanemi y Giyuu.
Y luego de eso vendría el reencuentro
Sin más que decir
Nos vemos en la próxima💕






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