Presentaciones

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Sesenta y tres con cincuenta y tres, cuatro, cinco...

"¡Lo siento Sakura-chan!" Deidara siempre llegaba tarde y ella ya estaba acostumbrada.

"No pasa nada Dei-chan." Le respondió con una gran sonrisa enmarcando su rostro.

A la pelirrosa no le molestaba esperar pero cuando terminó de contar sesenta minutos se había comenzado a cansar. Se encontraba en una situación incómoda y estaba deseando escapar de ella. A los veintidós minutos y medio Naruto se había cansado de intentar llamar la atención de alguno de los dos y, tras dar ciento cuarenta y tres pasos por el aula, se resignó a sentarse en la silla que correspondería al maestro.

"¡Maldición!" Bramó el rubio a la vez que azotaba su puño contra la madera. "Voy a vengarme, lo juro." Susurró levantándose. Sasuke suspiró con desgano y ella decidió seguir ignorándole.

Kakashi Hatake: Ex-ANBU, Jonin.
Progenitor: Sakumo Hatake, alias Colmillo Blanco de Konoha, estado: muerto (suicidio)
El susodicho presenta traumas por...

Los orbes verdes se despegaron de las hojas que había conseguido tras colarse en las salas de información secreta de la villa. ¿Qué estaba leyendo? Parpadeó con lentitud y guardó la información en un rollo de almacenaje, ella no seguiría husmeando en la triste vida del que se suponía que era su nuevo maestro. Además, Sakura ya había conocido la historia de Sakumo a través de Sasori, no necesitaba leerla a través de las palabras frías marcadas sin cuidado alguno en un documento. Ella no lo haría.

Sakura dirigió por primera vez la vista hacia el Uzumaki, ¿por qué estaba colocando el borrador encima de la puerta? Sin lugar a dudas era un plan completamente inútil.

"¿Quién crees que va a caer en eso? Nuestro maestro es un jonin, si es que no lo recuerdas." Habló con obviedad el Uchiha. No podía creer hasta qué nivel llegaba la estupidez de, a su pesar, nuevo compañero.

Naruto parpadeó lentamente y se dirigió a la primera fila del aula dejando tres sitios de separación entre él y la pelirrosa, lo último que quería era incomodarla. Una sonrisa zorruna surgió en su rostro y señaló con rapidez al azabache.

"¡Ya verás!" Se limitó a exclamar. Su plan maestro saldría a la perfección sí o sí, seguro que su maestro llegaría despistado y lo conseguiría, no podía ser un buen ninja ya que los shinobis sobresalientes siempre llegaban a tiempo.

Sakura desvió algo de chakra a sus oídos con disimulo y logró escuchar las chanclas de Kakashi chocar contra la madera.

"Está llegando." Afirmó antes que tan siquiera ninguno de los otros dos hubiese podido intuirlo.

"¿Qué dices?" Cuestionó Naruto. "Si no se escucha nada." Suspiró dejando que su frente se chocase contra la madera de la mesa.

Un minuto después pudieron escuchar a alguien acercarse. "¿Cómo lo sabías?" Se permitió preguntar el Uchiha aunque tuviese que tragarse su pequeño orgullo.

La pelirrosa sonrió de medio lado y permitió que sus hombros se relajasen. Llevó sus orbes hasta Sasuke y le guiñó un ojo con lentitud. El azabache le miró contrariado en respuesta y rodó sus ojos, ¿cuán extraña podría llegar a ser aquella chiquilla?

"Ya viene." Musitó el rubio para que no le escuchase su maestro y se acomodó en su asiento. "Ya veréis." Añadió con seguridad. Sakura puso los ojos en blanco y el azabache no hizo ningún mínimo movimiento. Él estaba seguro de que su maestro lo iba a esquivar, ¿no?

La pelirrosa detuvo su cuenta y observó la entrada con atención, los otros dos no se permitieron pestañear, expectantes.

Golpe, risa, silla arrastrarse, golpe, risa, risa, risa...

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