Inicio De Las Vacaciones 1/7.

1.2K 86 10
                                    

Primera parte:
Aire Fresco y... ¿Pelea con un Cinturón?


Después de tanto, tanto tiempo, la familia consiguió una semana de vacaciones, y todo gracias a los padres de cierto albino.

Mientras Zen se estiraba, Jumin se ocupaba de quitar el cinturón de la silla de sus hijos; no mentiría si él mismo dijera que eran las sillas del demonio, pues por alguna extraña razón él era incapaz de poner o quitar el maldito cinturón de seguridad.

Esto provocaba gracia en los niños y en su esposo, pues Zen siempre lo había visto como alguien que sabe hacer de todo, y que de repente algo tan sencillo como deshacer dos piezas distintas se le complicara más que hacer un examen de universidad sin haber estudiado, era algo gracioso de ver, la verdad.

Sus hijos por otra parte parecían disfrutar de las más de mil expresiones de rabia que ponía su padre mientras los intentaba desatar.

El actor volvió a coger aire fresco de las montañas, pues en la ciudad por muy alto que esté su piso, el aire seguirá sin ser limpio y fresco; es más, posiblemente te lleves toda la contaminación de golpe y porrazo.
-Qué bien se está. - decía el albino mientras posaba ambas manos en sus caderas escondidas por un denso jersey.

-Se estaría mejor si éstas sillas del demonio me hicieran caso... - renfunfuñó el azabache desde el interior del coche.
Asomando la cabeza por la puerta por donde había salido, pudo observar la brutal lucha que estaba llevándose a cabo entre el cinturón de seguridad y su marido. Al igual que sus hijos, el no pudo evitar soltar una ligera risa por las expresiones de molestia que recibía el cinturón por parte de Jumin.

-Papá, espera. - pedía Jung mientras le hacía señales a su padre de que detuviese lo que estaba haciendo.

Como si fuese una orden, Jumin se detuvo. Fue entones cuando su hijo procedió a desabrocharse a él y a su hermanita que estaba al lado.

Con cara de a ver visto un animal que habla, Jumin no evitó el dejar caer su mandíbula mientras veía la facilidad de las acciones con las que estaba llevando a cabo Jung para quitarse el cinturón.

Al ver que su hermano la había desatado, la pequeña aplaudió y rió al verse al fin libre por la inteligencia del pequeño a su lado.

Zen felicitó y alagó a su hijo mayor por haber resuelto el sencillo rompecabezas para desarmar el cinturón que los atrapaba a él y a la pequeña.

Por otra parte estaba Jumin, con los brazos cruzados y aún anonadado con lo que había presenciado. Al sentir las cálidas manitas de su hija en sus mejillas, al fin volvió a la tierra. Moviendo la cabeza en negación se rindió ante sus mismas palabras. -Se acabó. Hasta mi propio hijo me supera en inteligencia y habilidad. - dijo mientras dejaba salir su cabeza por la puerta del coche para ponerse recto y cerrar sus hijos; su tono hizo reír a los pequeños, mientras que a su pareja le parecía el tono de un niño pequeño indignado.

A paso lento rodeó el coche hasta llegar al lado de su esposo, el cuál no negó el beso de consuelo que le dedicó como forma de darle ánimos. -Ya, ya. Es tan inteligente porqué es tu hijo. - expuso con una amplia sonrisa que intentaba alegrarlo de su derrota ante el cinturón.

-También es tu hijo, ¿por si no lo recuerdas? - devolvió Jumin con una amplía sonrisa mientras besaba la nariz de Zen, por no besarle en los labios delante de sus hijos.

Por suerte para la familia, la lumbre estaba encendida, logrando que para su buena suerte el interior de la casa rustica estuviese calentita y a una temperatura confortante

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Por suerte para la familia, la lumbre estaba encendida, logrando que para su buena suerte el interior de la casa rustica estuviese calentita y a una temperatura confortante.

Lo primero que lo niños hicieron nada más entrar a esa enorme casa, fue subir las escaleras y ver desde la barandilla de arriba el como sus padres parecían más pequeños que ellos.

-¡Ya que están allí arriba. ¿Por qué no van a elegir su habitación?! - decía Zen mientras veía como sus hijos se asomaban por las barillas que tenía la barandilla.

-¡Bien! - gritó el pequeño mientras cogía de la mano a su hermanita pequeña. -Vamos Hina.

-¡Ve despacio, a Hina le sigue costando andar con normalidad! - le decía Zen a su hijo, el cuál parecía casi ignorarlo.

Con un suspiro mezclado con diversión, no pudo evitar disfrutar de toda esa energía que tenía el pequeño; ¿de dónde la habría sacado? De él no tanto, y de Jumin... Lo dudaba.
Escuchando como su marido dejaba unas bolsas llenas de ropa en el suelo, Zen se giró para verlo jadear por el esfuerzo físico. -¿Te ayudo? - preguntó casi sin dudarlo.

-Con que solo lleves las cosas que estoy dejando en la puerta a su respectivo lugar, me basta.

-Oído cocina. - bromeó Zen mientras cogía las bolsas de ropa que su esposo había dejado en el suelo. -Por cierto Jumin. ¿Sabes de dónde a podido sacar Jung tanta energía? Que yo recuerde, de pequeño no era tan enérgico. - decía Zen sin soltar ambas bolsas, pero si mirar como su pareja se erguía para hablarle.

-¿Mm? De mí creo. - respondió con naturalidad.

-... - obviamente eso dejaría a más de uno asombrado, pues quien hubiese pensado que el gran y calmado Jumin Han, hijo heredero de una de las mayores empresas de toda Corea, iba a ser alocado y revoltoso de pequeño.

-¿Qué?

-No nada, es solo que no lo aparentas para nada. Supongo que los años te cambian mucho. - reía nervioso Zen al saber que aquello parecía a ver molestado a su esposo.

Dejando de lado esa mínima distancia que había entre ellos, el azabache besó y mordió el labio de su pareja. -No me llames viejo. - replicó una vez había visto que Zen cooperaba en el beso.

Con una risa casi inaudible para algunos, Zen no evitó sonreír le como el enamorado que era. -Perdón, perdón.

Con otro beso, el lugar se llenó de silencio pero no de incomodidad. -¿Por qué no vas a ver como es nuestra habitación y la de los niños? - hablaba bajo Jumin mientras miraba los labios entrecerrados que su pareja le regalaba junto a una gentil sonrisa.

-Vale. ¿Y tú? - preguntó en casi el mismo tono que su pareja.

Separándose y alzando un poco más la voz, suspiró. -Supongo que seguiré sacando las cosas del coche y las dejaré por la entrada. - decía cansado, solo para recibir como energía extra, el suave y gentil toque de los labios de su pareja en su mejilla.

-No tardaré mucho, lo prometo. - decía suave Zen mientras se alejaba y subía las escaleras.

-Bien, por dónde íbamos... ¡Ah, la comida!

°•~~~•°

¿Puede ser este el inicio de otra ronda de mini historia relacionada con esta divertida familia?
¿Puede haber pregunta mas larga que la que acabo de formular?
Posiblemente, pero volviendo a la anterior.
Eso lo sabremos a medida que avance con los capítulos.

...

Espero les haya gustado y se hayan divertido con alguna pequeña cosilla, también e de decir que no agradecí en el anterior cap., pero muchísimas gracias.
¡¡Es la primera vez que una de mis historias llega a sobrepasar los 1K, enserio muchas gracias!!
Gracias a aquellos que la han seguido desde el inicio y a los que se iban uniendo poco a poco a esta historia tan sencilla y aleatoria que decidí publicar por puro aburrimiento. Muchas gracias de verdad. Y también agradecer por sus votos y comentarios divertidos.

Muchas gracias.

Con todo esto escrito.

Xiao~💙

Familia [Zen X Jumin] [Mystic Messenger]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora