II

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—Era más fácil cuando no eras tan confianzudo Quentin— le dijo riendo.

—Lo siento bebé, pero no tienes poderes sobre mi— le contesto riendo Quentin mientras le daba una botella de agua.

Cada vez que salía de bailar tomaba casi dos litros de agua, solo por la presentación, además de que estaba estrictamente prohibido para ellos beber alcohol, únicamente podían beber un vaso cuando estaba en compañía de alguien, Thor era muy estricto sobre ese tema, no quería ver a sus bailarines ebrios por el lugar.

Aunque tampoco es como si él se pudiera embriagar, nadie lo pedía a él.

—¿Sabes si Thor está ocupado?— le preguntó a Quentin una vez que había terminado de servir unos vasos que iban a la mesa de Tony. Quentin era barman, había llegado hace casi seis meses, él era encantador y rápidamente se volvieron buenos amigos.

—Si, entró un hombre a su despacho—

—¿Quien?—

Quentin levantó los hombros —Esta vez no tengo idea, debe ser un viejo amigo, porque pidió hielos y ya sabes que él rara ve toma algo—

—Vaya, espero no se tarde mucho, no me quiero ir muy tarde de aquí—

—¿Que necesitas?, si puedo ayudar sabes que estoy encantado— le contesto mientras limpiaba la barra, Loki pudo ver que estaba limpia, supuso que era solo un reflejo que había adquirido gracias a su trabajo.

—El espectáculo va bien— hizo pequeños círculos imaginarios con el dedo — Pero no entiendo porque nadie me pide como lo hacen con Tony, se que él tiene más tiempo que yo y claramente ya tiene a sus clientes, pero ya llevo aquí un tiempo y solo he bailado—

—Ya entiendo, la verdad es que no se porque, eres muy popular por aquí, cuando estás arriba todos los hombres están embonados observándote—

—Pero cuando bajo parece que no existo—

—Intentaré averiguar qué pasa, no te preocupes tanto por eso—

—Gracias— le contesto Loki mientras bebía su botella.

El show continuo, media hora después el lugar estaba cerca de cerrar, eran casi las tres de la mañana y para su mala suerte, Thor no había salido aún de su despacho.

Más de una vez se preguntó si tal vez el hombre que había entrado era su pareja, pocas veces se tardaba tanto ahí dentro con alguien.

Del funcionamiento y de los proveedores se encargaba alguien más, Thor como el dueño se encargaba de las finanzas del lugar.

El tiempo continuo y el lugar había cerrado, Tony tenía diez minutos de haberse ido, Quentin estaba terminando de guardar todas las botellas y preparar todo para el otro día.

—Tendrá que ser mañana por lo visto— comentó Loki.

—Creo que si, ¿Quieres que te lleve a casa?— le preguntó mientras lo veía colocarse su chamarra.

—Por favor— contesto mientras veía la puerta cerrada del despacho de Thor, estaba triste, no podía negarlo.

Desde que había pedido trabajo ahí, Thor lo había golpeado duro, no literalmente claro, pero cuando tuvo la entrevista con él quedó impactado por lo alto que era, cabello corto como si de un militar se tratara, una fina barba, hermosos ojos azules y lo que más llamaba la atención de el, su cuerpo, tenía un cuerpo para morirse, esos brazos fácilmente podrían cargarlo, un abdomen que no dudaba contaba con un buen sixpack, sin duda llamaba la atención en cualquier lugar.

Pero eso no era todo, tenía una personalidad tan contrariaría a la de él, encantador, risueño y tan fácil de querer.

Tomando su maleta escuchó una risas provenientes de despacho del hombre que lo tenía todas las noches fantaseando con el.

—Un amante, ¡Perfecto!— había pensado.

Muchos de los que iban al lugar estaba interesados en su jefe y no podía culparlos, el mismo lo estaba.

—Hasta mañana— había escuchado la voz de Quentin.

—Hasta mañana— se escuchó la voz de Thor.

Loki decidió que no quería voltear a ver al hombre con el que estaba, suficiente era saber que estuvo ahí horas con alguien más como para torturaste viendo al hombre, Loki no quería ni imaginarse como sería el.

Llegando al estacionamiento Quentin y él se subieron al auto, hablaron de cosas sin importancia hasta que llegaron al departamento que compartía con Tony.

—Gracias por traerme Quentin—

—No te preocupes, te veo mañana— se despidió Quentin. 

—Ahí nos vemos— sonrió Loki mientras veía el auto arrancar.

Abriendo la puerta encontró a Tony comiendo helado mientras veía una película —Por la hora supongo que salió bien la charla—

—Para nada— le contesto mientras tiraba su maleta a un lado —estuvo ocupado y al final Quentin me dio un aventon hasta aquí—

—Bueno, mañana seguro que pueden hablar— le dijo Tony mientras le mostraba la cuchara con helado.

—No tengo hambre, gracias— se sentó al lado suyo —¿Que haces despierto aún?—

—Te estaba esperando—

—Eres un chismoso— le dijo con una pequeña sonrisa.

Tony fingió ahogarse con el helado —Así me pagas que me preocupe por ti—

—Tu, amigo mío— lo volteó a ver —Querías saber sobre que hablé con el jefe—

—Bueno, está bien— sonrió —Al final no supe—

—Mejor— suspiró Loki —La verdad es que no se ni que le iba a decir, pensaba llegar y decirle, ¿Tengo algo de malo? o ¿Por qué nadie pregunta por mi?, patético— dijo bajito.

—No eres patético, si hay algo extraño en esto, tu viste cuantas personas fueron a verte, no puedo creer que nadie te pida, investigare que esta pasando—

—Lo mismo me dijo Quentin, es bueno saber que no estoy loco—

—No estas loco, exagerado— le pego despacio en el brazo.

—Gracias Tony, en verdad, iré a tomarme una ducha—

—Bien, me iré a dormir, mañana me toca a mi—

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