LA CÚPULA.
El viento susurraba de forma delicada cuando me recompuse, el aire revolvía las cortinas a su antojo mientras el mar era una pintura perfecta, tiesa al otro lado de la ventana.
Reconocí la figura que se mecía en la silla, en medio de la habitación.
──Máster Thea.
Me puse de rodillas junto a ella, pero eso no la alejó de su tejido.
──Su merced, ¿está bien?
Sus ojos estaban idos, sin mirar a ningún lado en particular y llenos de un profundo vacío.
──No hay viento, la época está siendo mezquina ──meditó──. Te toca mover las velas.
──¿De qué habla?
Me reincorporé, sin entender sus palabras.
La pobre anciana estaba ida, no tenía nada que ver con la mujer perspicaz que había llegado hacia tantos años a impartir clases sobre medicina. No había sido así antes.
Mucha de la gente creía que involucrarte con el arte que practicaban los Oscuros, podía consumirte hasta llevarte a la locura. ¿Eso le había ocurrido? ¿Eso me ocurriría a mí?
La máster tarareaba alguna canción, mientras sus dedos largos y frágiles tejían el hilo rojo entre sus manos.
Era un idioma antiguo y extinto en el mundo, pero común en los libros de arte blanca.
“La doncella cantó al Sol,
clamando por perdón.
Pero su soldado ahora es su prisionero,
y las bestias mueren solas.
El orgullo no es honor,
el juicio ya se celebró.
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La melodía que calma a las bestias ©
FantasyKalena es vendida al oscuro líder del ejército, en medio de una guerra que podría acabar con todo. *** Kalena es una fórea, es decir, su vida fue entregada al dios Fóres. Ella pertenece a una antigua casta de brujos conocidos popularmente como Los O...