Kalena es vendida al oscuro líder del ejército, en medio de una guerra que podría acabar con todo.
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Kalena es una fórea, es decir, su vida fue entregada al dios Fóres. Ella pertenece a una antigua casta de brujos conocidos popularmente como Los O...
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Lo único que se escuchaba en la junta era el incesante sonido del reloj marcando la hora, la lluvia de ayer había cesado y era hora de ponerse en marcha.
La sala militar de Ketrán era, además, la sala Azabache, con pisos negros como los de Escar y un mapa de relieve en el cuero sobre una mesa de blar, más negro que el ébano o cualquier otro material.
Pasé mis dedos por los grabados en las espadas colgadas en la pared, todas eran de obsidiana, con la empuñadura ornamental y sobre la cabeza de cualquier hombre caerían en un corte limpio.
Tenerlas de adorno era un desperdicio.
──Capitán ──me llamó Ivar.
Noté que ya había traído a Killian Vaetro, por lo menos le reconocería que llevaba el bastón con más elegancia que la mayoría de los ciegos limosneros.
Pero no dejaba de ser un tullido.
Su madre lo había condenado por un poder que los demás temían.
──Es mejor que pensemos en algo lo más rápido posible, lo más seguro es que no tengamos mucho tiempo y Ketrán no es una ciudad hecha para resistir un ataque ──comencé.
──También tenemos la hambruna en el pueblo ──rebatió Vaetro──. Ellos cortaron los suministros, atacaron un barco que traía provisiones.
──Eso les pasa por depender tanto del comercio.
──La cosecha no siempre es buena ──zanjó el barón──, y ahora muchos están trabajando para pagar la mita.
Pasé una mirada entre los presentes, los mejores soldados que tenía, Herschel asintió con una seriedad solemne y Arsel concordó de forma diplomática. Ivar fue el único que pareció reticente.
En representación de Ketrán estaba el señor Ferro, que ya no se veía tan movido por la emoción como el otro día.
El soldado que había enviado Kesare, porque quería enterarse de la reunión mientras ella seguía con el Karsten, era un joven de primera línea, alto y con los ojos más cándidos que había visto en un soldado.