45. La calma

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Cristal

Las tres subimos a la camioneta porque prefería conducir, ya que no se sabía si Camille podía dejarnos ahí abandonadas. Mejor prevenir que lamentar. Además, se que es desgastante para ella, ya que es uno de los poderes que más energía conlleva.

— ¿Le dirán a toda la familia o solo a Christopher? — pregunté mientras miraba la carretera.

Sentí que Mia a mi lado me miró, pero no dijo nada.

— No lo sabemos — dijo Camille en la parte de atrás

— Yo diría que deberían decirle a todos. Después de todo, es familia y merecen saber la verdad, ¿no? — dije.

— Pero no sabemos cómo van a actuar ante tal noticia — dijo Camille nerviosa.

— No creo que actúen peor que Christopher porque, créanlo o no, es el más alterado. De todas maneras, dudo que estén todos en casa — dijo Mia.

Luego de aquella conversación, sólo hubo silencio, pero no era nada incómodo. Estacioné frente a la enorme casa y todas bajamos. Mia abrió la puerta y fuimos directo a la sala de estar.

Para nuestra mala suerte o la de las chicas, todos estaban allí, incluyendo a las dos hermanas, las cuales no conocía a una de ellas, pero creo que eso queda para después. También estaba Cora en un sofá de la esquina.

No sé que se suponía que estaban haciendo, pero al parecer estaban preparando cosas para hacer algún hechizo porque tenían un montón de plantas y velas sobre la mesa de centro.

Christopher, quien estaba de espalda, volteó al ver que sus hermanos nos miraban a todas nosotras.

— ¿Qué pasó? — dijo él acercándose con el ceño fruncido.

— Debemos hablar — dijo Mia — ahora.

— ¿En privado? — preguntó.

— No — dijo Camille —. Es algo que todos deben saber.

Él asintió y fue a sentarse entre Christian y Valentín.

— ¿Les comió la lengua un ratón o que? — dijo Christian bromeando.

Valentín le golpeó el brazo para que dejara de molestar y este solo rió. Mientras que Serena, Cora y la otra chica permanecieron en silencio observándonos. No sé si me daba más miedo estar entre tantos vampiros y una mujer lobo o la mirada aterradora de Serena.

— ¿Hablas tú o yo? — dijo Mia mirando a Camille.

Camille la miró y finalmente asintió.

— Yo — dijo y luego me miró.

— Todo estará bien — la alenté.

— ¿Qué es pasa? ─ dijo Christopher nervioso.

— El otro día fui a hablar con Julietta y hablamos de mi padre. Resulta que Benjamín, su mejor amigo, es hermano de mi padre. Ellos decidieron contarme que mi padre era también padre de alguno de los creadores de la alianza.

Miré a Christopher y a los demás y todos fruncieron el ceño, como si eso fuera imposible.

— Imposible — dijo Valentín —. Nadie ha sabido de ellos desde nunca.

— Eso es lo que todos creían — dijo Cam —. Le reclamé a Julietta que era totalmente extraño porque hasta ella podía descender de ese ángel caído, ya que todos en la raza están mezclados, por así decirlo. Ella me juró que no había posibilidad de que ese ángel caído y ella estuvieran relacionados y ahí pensé que solo existe un creador de la alianza que no tuvo descendientes pertenecientes a nosotros.

Los Caídos #2- ElementalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora