Naranja Irresistible

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La mañana siguiente fue tranquila. Me levanté a darle comida a Purple Haze y a lavar mis dientes. Cuando fui de vuelta a la habitación a vestirme, pude apreciar a Narancia durmiendo abrazado a la almohada con una ámplia sonrisa. Seguramente debe soñar cosas adorables.

Me senté junto a él en la cama, y me quedé unos segundos observando su bello rostro. Siempre soñé con despertar a su lado, pero jamás imaginé que realmente se cumpliría. 

Acaricié con suavidad su alborotado cabello, mientras que lentamente abría sus ojos. Al encontrarse con mi mirada, se quedó en silencio unos instantes, luego sonrió y extendió sus brazos.

—¡Que lindo despertar y ser lo primero en ver, Fugito!

Sonreí al oír sus palabras, y lo atrapé en un cálido abrazo. Es mi naranja irresistible.

Tras preparar el desayuno y esperar que mi chico se bañe, desocupé el escritorio de mi estudio, y le hice un pequeño cuestionario para saber el nivel educativo de mi chico.

 Realmente me importa mucho que termine sus estudios, para que finalmente pueda trabajar con todos sus papeles al día, y vistiendo lo que más le acomode.

Es un poco bobo y no sabe casi nada, me hizo pasar muchas rabias injustificadas con ejercicios de matemáticas y química, no obstante aprende rápido, a pesar de equivocarse en reiteradas ocasiones.

Estaba comenzando a hacerse tarde, y aún no habíamos almorzado, ya que se nos hizo muy corta la mañana y un poco de la tarde estudiando ciencias, por lo que paramos los estudios por un momento para ir a comer afuera. 

Narancia realmente estaba muy feliz con la idea de una cita en un restaurante cercano, y pues, no iba a negarme a aquellos hermosos y brillantes ojos que tanto me han enamorado.

Dejamos de lado los cuadernos, y subimos a mi auto en camino a un restaurante del centro. Al llegar, Narancia estaba muy emocionado con la elegancia del lugar, y los platillos del menú.

—¿Realmente esto es una cita?—Preguntó emocionado mi chico.

—Por supuesto que lo es

—¡Que emoción! Jamás había tenido una cita.

Le tomé la mano, entrelazando sus dedos, y fuimos a una mesa a ordenar la comida. Narancia no paraba de contar historias, realmente estaba feliz. 

Me molestaba que tuviera los pies sobre la silla, pero era un momento muy agradable, por lo que me tragué mi orgullo, y no lo regañé por sus pésimos modales.

—Gracias de verdad por estar a mi lado, Fugo

—Narancia, cariño, no es necesario que agradezcas nada...

—Es que jamás creí que todo terminaría de esta forma, pero soy muy feliz contigo. Gracias por quererme aunque no sea una chica

—Gracias a ti, por aceptarme y permitirme romper las barreras y estar a tu lado a pesar de todo.

Mi chico me dedicó una dulce sonrisa y acarició mis manos suavemente, lo cual me hizo sonrojarme por completo.

Miré que nadie estuviera al pendiente de nosotros, y me incliné sobre la mesa, atrapando el rostro de Narancia con mis manos y atrayéndolo hacia mí para poder robarle un cálido y apasionado beso.

Sentir aquellos suaves y dulces labios rozando con los míos, a la par de nuestras lenguas jugando y enredándose sin control, y aquellos leves gemidos tan armónicos, realmente me hacen el hombre más feliz de todos. 

Narancia es perfecto, no me importa que no haya sido lo que yo esperaba, una bella y candente chica. Narancia es lo que es, y lo que llena mi corazón a su máximo punto.

Al separarnos, supe que estaba haciendo lo correcto jugandomela por mi niño amado.

Una vez que terminamos de comer, dimos algunas vueltas por el comercio, y luego regresamos a mi casa, donde luego repasamos un poco de historia y geografía Europea.

Realmente es un burro tarado que me saca de quicio a la hora de estudiar, pero su dulzura y su belleza interna terminan ganando en mi corazón, por lo que no puedo enojarme con su estupidez.

—¡Pero Fugo, ya entendí que Suiza y Suecia no es lo mismo, no me grites tan feo!

—Y si entendiste, ¡Por que putas sigues poniendo que Estocolmo queda en Suiza! ¿Acaso tienes mierda por cerebro?

—¡No me grites idiota! Si no quieres que te rompa la nariz de un solo puñetazo, Rubio bonito

—¡A ver, inténtalo tarado!

Narancia es un tesoro precioso. En lugar de golpearme tras haberle gritado, me robó un apasionado y candente beso y luego se sentó sobre mis piernas, acomodando su trasero sobre mi miembro.

—¿A ver si te quedan más ganas de gritarme? Fuguito, mi amorcito delicioso


¡Maldita naranja irresistible que se sale con la suya!


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Gracias por seguir esta historia, ya casi estoy en el final de ella, por lo que realmente me han hecho feliz con todo su apoyo en el transcurso de esta. De verdad me hacen muy feliz con sus lindos comentarios y sus lecturas a mis idioteces de FugoNara.


Hasta el jueves chicos, nos leemos luego.

Trap In Heart - [Fugo xNarancia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora