6. The Archer

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ANTES DE LEER! Las personas que no os hayáis leído Until We Meet Again y queráis hacerlo sin spoilers, no leáis este capítulo. Las que no lo hayáis leído pero os da igual saber el final porque queréis seguir leyendo este fic, adelante. Básicamente en este capítulo se resumen algunos de los acontecimientos más importantes del otro fic, y hay muchos spoilers. 



2

Raoul estaba en el supermercado cuando recibió la llamada de Alfred. Intentaba escoger entre espaguetis o macarrones justo en ese momento, pero el otro le dijo que dejara la pasta y volviera a casa enseguida, que había algo importante que tenía que saber. Así que había ido rápidamente a la caja a pagar lo que había cogido hasta entonces, y prácticamente había corrido hasta el piso para ver lo que era tan importante.

Y ahora, ahí estaba, sentado en el sofá al lado de Alfred, con Nerea en frente. Y no se podía creer lo que estaba escuchando.

—Entonces... —dijo Raoul. —Si no eres su Nerea ni tampoco mi Nerea... ¿Qué Nerea eres?

—Soy de otro universo diferente a los dos que conoces.

—O sea, ¿que por lo menos hay tres universos distintos? Me va a explotar la cabeza.

—Nerea, cuéntanos qué es lo que has hecho. —dijo Alfred. —Por favor.

La rubia suspiró.

—De acuerdo. Pero primero creo que os debería contar toda mi historia, porque sino no vais a entender nada.

—Ni que fueras una abuela. It's been 84 years... —bromeó Raoul, pero se calló cuando Alfred le dio un codazo. —Ay.

Nerea rodó los ojos, pero se dispuso a empezar.

—Lo que voy a decir ahora es en serio, no es una broma, no os estoy tomando el pelo, y por favor, intentad creerme. —les suplicó. Ambos la miraron sin saber qué decir, así que siguió. —Soy una bruja.

Se hizo un silencio incómodo que duró por lo menos medio minuto, mientras los dos chicos intentaban procesar aquella información (más bien si la chica se encontraba bien o estaba drogada).

—Yo soy hetero. —fue Raoul quien rompió el hielo, riendo. —Venga, va, ahora en serio.

—Raoul —dijo Alfred, sin apartar la vista de la chica, que tenía cara triste. —Creo que está hablando en serio.

—¿Cómo va a ser en serio? —exclamó el rubio. —Ahora dirá que su nombre real es Sabrina y está metida en una religión satánica también.

—Raoul, estoy diciendo la verdad. —dijo la rubia.

—Demuéstralo.

—¿Qué?

—Venga, haz magia. —la retó Raoul.

—No... no es tan fácil. O sea, para algunas cosas necesito un libro de hechizos y algunos ingredientes y además, tampoco sé cómo funciona la magia en este universo. Podría incluso no existir, lo que haría que mis poderes quedaran anulados.

—Claro, la excusa.

–Raoul... —le advirtió el moreno.

—No, tío, es que está mintiendo. ¿No lo ves? No sé qué mierda pretende pero-

Se calló de golpe cuando vio que se encendía la vela de la mesita de en frente. Así, de la nada, se prendió una pequeña llama que se movía suavemente. Nerea sonrió al verla. Los dos chicos se miraron, un poco sorprendidos y a la vez asustados.

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