BAJO EL MISMO TECHO

CAPITULO 1

No pasaban de las siete de la mañana pero mamá ya había reordenado cada rincón de nuestra casa unas dos veces y eso  era decir mucho para los 600m2 construidos solamente en la primera planta  de la residencia de tres niveles; la incansable mujer bien ataviada en un nuevo conjunto Channel correteaba de un lado al otro ultimando detalles del que seguramente era el desayuno más elaborado que había servido para nuestra familia. Solíamos tener desayunos protocolares de vez en cuando por los negocios de mis padres pero hoy ella había dedicado una atención especial a todo, incluso me atrevería a decir que era un esfuerzo totalmente exagerado y salido de proporciones al máximo para una ocasión meramente familiar.

Nuestra enorme mesa estaba repleta de comida  que parecía hecha para un grupo de al menos veinte personas, mi madre en su afán de controlarlo todo llevaba un delantal sencillo para proteger su elegante indumentaria, aun así su cabello recogido en un elegante y tenso  moño era retocado casi cada cinco minutos mientras caminaba de habitación en habitación buscando defectos, definitivamente mi mamá estaba en extremo nerviosa. Las asistentes eran dirigidas por ella para arreglar incluso cada mínimo ángulo de los adornos y cuadros en estancias o salas, desde luego la elaborada mesa y la cubertería  bien dispuesta en cada lugar no había sido la excepción, la mesa lucía demasiado elegante para un simple desayuno familiar, casi estaba tentada a levantar el enorme centro de mesa hecho de flores silvestres, pero probablemente mi madre me clavaria un tenedor en el mismo instante en el que lo hiciera.

—______ arregla un poco tu cabello— me reprendió al pasar frente mío, yo mire a Shin mi hermanito de siete años quien solo elevo los hombros e hizo el mismo gesto que yo de total desconcierto. 

—me lo eh arreglado ya cinco veces mamá ¿Qué está mal en mi cabello? Lo llevo igual que siempre — afirme viéndola cargar un jarrón de flores más que fue a dejar sobre una de las mesas auxiliares, finalmente ignorándome como las anteriores cuatro veces ella se detuvo y cruzando sus brazos sobre su pecho  examinó nuevamente el amplio comedor con ojo crítico, Shin cargado de su violín y como el niño travieso que era amenizo cada golpecito que el dedo de nuestra madre daba  sobre su mejilla  dándole a la tensa mañana un toque divertido.

—Shin, se lo que estás haciendo, detente— advirtió mi madre y el castaño  me miró divertido mientras ambos intentábamos contener las risas.

—madre él va a vivir aquí ¿vas a hacer esto cada mañana antes de que despierte? — pregunte revolviendo el cabello de mi hermanito. 

 
— ¿cada día? ¡Yo no pienso despertarme tan temprano cada día!— Chillo Shin casi en pánico.

—esto es especial, van a conocer a su hermano ¿acaso no entienden lo importante que es esto? —nos reprendió acomodando un gajo de uvas sobre una de las bandejas de fruta.

—mayor razón para comportarse de un modo más... "normal". Madre vas a espantarlo— comente peinando o más bien despeinado el engominado cabello de Shin— somos sus hermanos debería conocernos un poco más...

— ¡sucios! — acoto Shin sin dudarlo y yo reí.

— ¿realmente creen que es demasiado? —preguntó mi madre preocupada y revisando su obra de las últimas tres horas, cuando estaba pensando en algo para decirle oímos el auto de papá llegar, entonces el hasta entonces calmado Shin comenzó a correr a la puerta y a gritar "ya llegaron". Aunque lo negara, mi hermanito estaba demasiado entusiasmado por conocer a nuestro hermano, la idea de tener un hermano mayor lo tenía loco de alegría, quizá se debía a que yo ya no jugaba demasiado con él, en mí defensa mis actividades en la escuela se habían doblado este tiempo pero el no lo comprendía, así que podía justificar su entusiasmo que lo tenía pegando saltitos por toda la casa mientras que mi madre se quitaba el delantal y se lo entregaba a una de las señoras de la servidumbre para luego acomodar una vez más su cabello naturalmente dorado y lustroso.