BAJO EL MISMO TECHO

CAPITULO 3

Habituada a despertar como un reloj a la misma hora  cada día desde que tengo memoria, abrí los ojos y me desperece a gusto en el sofá que para mi sorpresa había resultado bastante cómodo, ahora entendía porque papá lo prefería a una de las habitaciones de invitados. 

Con bastante flojera camine al baño, luego de usarlo salí y  me cubrí con la manta usada durante la noche para después  regresar a la casa principal. Buen día había elegido para dormir con bragas y solo la parte superior de mi pijama favorito, no pude evitar avergonzarme al recordar que había entrado a la habitación de ese cretino vestida así, cubriendo mi rostro con la tibia manta grite por la vergüenza y la rabia que aun sentía.

 finalmente cuando me sentí mejor salí a la fresca mañana; Estábamos   iniciando octubre así que el otoño estaba también en sus inicios y aunque este día daría  el primer examen del año escolar, este  día en concreto era especial para mi por razones  digamos mas "placenteras"  no podía estropearlo así que luego de atravesar la piscina y el jardín  entre a la cocina a toda prisa. 

 
—buenos días niña ¿durmió en la casita? —saludo Margo que era una de las mujeres de la servidumbre que básicamente me conocía de casi toda mi vida, incluso antes de que mis padres se casen, era básicamente como la abuela que jamás conocí.

—uhum... tuve que esconderme allí —dije abrazándola por detrás mientras ella revolvía una olla con avena.

—¿esconderse de quien? —preguntó sorprendida.

—de mi—su voz me hizo pegar un respingo y rápidamente en un acto reflejo corrí a resguardo lejos de él y muy cerca de  un cuchillo para queso que estaba a solo un metro de mi sobre la isla.

—no te acerques—advertí temblando, Margo me miró en extremo sorprendida y aquel rufián solo me miró burlón.

—¿está listo mi desayuno? —preguntó a Margo ignorándome y ella con una sonrisa asintió y sirvió un poco de avena en un tazón que dejó sobre una bandeja que ya tenía varias cosas sobre ella—¿aun hay jamón ibérico?

—si, ahora lo traigo—dijo la mujer bastante servicial mientras yo le suplicaba con la mirada para que no me dejara con él, pero supongo que no me entendió y se fue al almacén mientras yo la seguía con una mirada suplicante. Para cuando ella desapareció y yo voltee lista para escapar  Jonghyun ya  estaba delante de mí cerrándome el paso para mi huida. 

 
—lo que hiciste anoche vas a pagarlo —gruño.  Trague saliva e intenté alejarme pero estaba atrapada contra la isla de la cocina, incapaz de quedarme quieta quise sacarle la vuelta por un lado pero su brazo cayo a mi costado derecho apoyándose sobre la isla y cerrándome el paso, por instinto intente por el otro lado pero su otro brazo me cerró el camino del mismo modo, tragué saliva, estaba atrapada por su cuerpo  tan cerca del mío   que lo único que alcanzaba a ver eran esos ojos fríos y siniestros me tenían paralizada mientras mis manos se aferraba con fuerza a la manta que me mantenía cubierta. 

 
—¿Q... Qué quieres? —tartamudee cuando su cercanía fue demasiada.   Sentía su respiración sobre mis labios. 

 
—¿no que eras difícil de asustar gatita?

—no me asustás... y ya te lo dije no soy "gatita" moderate conmigo— Dije mientras intentaba empujarlo y crear algo de espacio entre nosotros, el sonrió divertido por mis infructuosos esfuerzos.

— yo te veo temblando —susurro sobre mis labios, quise decir algo pero los pasos de margo lo hicieron retroceder no sin antes desviar su rostro para susurrarme al oído "esto no se ah terminado" Segundos después  Margo entró y nos miró algo desconcertada porque sus manos seguían sobre  la isla cerrándome el paso, él cogió unas fresas que estaban tras de mí y se dio vuelta.