Capítulo 18~Prometido

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Narra JungKook

-Jackson ha pedido una revisión de su caso, otro juicio. Si no declaro, él saldrá bajo libertad condicional. -Susurra escondiendo su rostro en mi cuello dejando notar su aliento frío en él por la humedad que comienzan a dejar sus lágrimas.

-Pero, ¿eso es posible? -Pregunto después de unos largos segundos de silencio en los que mi mente y mi cuerpo parecen tan pedidos.

-Yo nunca llegué a declarar en su contra en un juicio. -El temblor por los sollozos a disminuido dejando su voz quebrada. -La primera vez que debía presentarme me dio un ataque de ansiedad en el estrado y tuvieron que hospitalizarme. -Inclinó mi cabeza hacia la suya para enterrar mi nariz en su pelo, las caricias en su espalda siguen contantes ahora con mis dos manos. -La siguiente vez estuve de nuevo al borde de un ataque y no me dejaron entrar a juicio. -Sus brazos suben de mi pecho hasta rodear mi cuello en un brazo compartido y no solo mío. Con cada frase siento que ya no lo estoy sujetando evitando que caiga, pero sé que sigue destrozado. -La tercera vez simplemente me negué a ir.

-No lo entiendo. -Hablo forzándome a utilizar un tono bajo para no asustarlo. -Si nunca has declarado, ¿cómo es que está encerrado? -Mi mente comienza a funcionar recordando la conversación en la que San me contó la historia de Jimin.

-Solo he dicho 2 veces lo que me pasó. -Habla tras aclarar su garganta, acomodando su cabeza de lado apoyada en mi hombro izquierdo. Con ese acto la mía cae dejando que su mejilla izquierda roce con mi izquierda también. -La última vez fue cuando lo dije en nuestra reunión, cuando nos conocimos. -Asiento ofreciendo una caricia de mejilla contra mejilla recordando esas palabras impactantes "Jeon JungKook tiene una relación amorosa con el joven Park Jimin el cual quedó ciego después de que su ex-pareja le diera una brutal paliza". Nunca entenderé como tubo esa voz tan fuerte como para decir eso. -Y la primera vez que lo conté, y lo conté todo, fue la tarde del día que desperté del coma. -Con su habla mi cabeza se mueve al igual que su cuero lo hace con mi respirar pesado. -La voz de ese policía todavía recorre mi cabeza una y otra vez. -Dice en un susurro que resulta tan triste, traumático.

-¿Por qué no lo has vuelto a contar? -Me atrevo a preguntar, ahora que está más calmado tal vez necesite desahogarse como aconsejó el doctor Choi.

-No soy capaz. -Responde rápidamente haciendo que me arrepienta al instante. Su cuerpo ha vuelto a tensarse, y aunque ya no llorar, he obtenido que se aleje de mí quedando simplemente sentado en mi regazo. Su cabeza está gacha y sus pequeños dedos, que he empezado a adorar y querer mimar siéndole con juegos de pellizcos y caricias, aprietan el bajo de su camiseta con la necesidad de aferrarse a algo. Puede que él piense que no es capaz, que no se sienta valiente y fuerte, pero no le creo, me niego a creerlo.

-No te creo. -Tiro de la manga de mi sudadera hasta cubrir mi puño con ella; con delicadeza y tranquilidad comienzo a secar sus ojos, mejillas e incluso a retirar los pocos mocos que han salido involuntarios por el llanto. -Eres muy fuerte, más de lo que crees. -Se queda quiero dejándome limpiarlo. -¿Cómo no vas a ser capaz de contar algo que ayudaría a encarcelar al chico que te desgració la vida? -Utilizó un tono serio, más que alentador, su cabeza se levanta buscando mi sombra pues se queda fijo mirando hacia mi cabeza. -Sí, estoy molesto, no puedo creer que tú no seas capaz de ayudar a que nadie más pase por lo que tú sufriste. -Sus cejas se arquean sorprendido, me parece realmente bello pero me fuerzo a continuar. -Sé que debió ser horrible, doloroso tanto físicamente como psicológicamente, pero tú eres fuerte, un luchador.

Termino de secar y limpiar su rostro, nos quedamos en silencio el tiempo suficiente como para que reflexione mis palabras. Yo tan solo me dedico a observarlo; hasta llorando, con los ojos rojos e hinchados y mocos se veía precioso. Un ser puro, único, destrozado por un ser arrogante y cruel. Sus manos sueltan su camiseta para posarse en la mía, lento sube por mi abdomen hasta llegar a colocarlas en mis clavículas.

Eres mi luz (Kookmin - Jikook) Adaptación propiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora