Capítulo 8~Eso brillante que hay frente a mí

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Narrador externo

Jungkook habría conducido durante unos treinta minutos hasta su casa, Jimin pensaba que estaría fuera de la ciudad por lo que tardó en llegar. Cuando notó que el coche paró él seguía sentado en el asiento de copiloto, no sabía que habían llegado pues bien podría ser un semáforo o una retención. Cuando escuchó que el motor era apagado se quitó el cinturón y titubeó al abrir la puerta pues no sabía si tenía espacio suficiente para hacerlo.

-Dame la mano. -Pide Jeon agarrándola con delicadeza tras abrir del todo la puerta para él. Una vez fuera, cierra el coche y enreda en brazo del rubio en el suyo.

-¿Vivís los 5 juntos? -Pregunta ella afianzándose mejor al brazo.

-Sí y no. -Jimin frunce su ceño comenzando a seguir los pasos del chico que prevén resonar en gravilla. -Compartimos casa, pero cada uno tiene su habitación y estudio personal con clave. Compartimos jardín, cocina y salón.- Explica. La mano de Jimin se gira y aprieta del antebrazo de Jeon cuando tropieza con una pequeña piedra del camino rugoso, JungKook de maldice por no haberla visto y no recordar decirle ese tipo de cosas.

-Como se nota el dinero. -Comenta avergonzado queriendo bromeando y que así se ignore si tropiezo. JungKook suelta una risa suspirada.

-Ahora hay cuatro escalones. -Para frente a estos, poco a poco suben los escalones hasta llegar al pequeño rellano. -Estamos en el pequeño porche, la casa tiene cierto aire antiguo propio del país. -Le explica, él asiente mientras escucha como abre la puerta de la casa y le ayuda a entrar desenredando sus brazos y colocando esa mano en su baja espalda empujando ligeramente.

-¡JK ha llegado! -Grita Tae desde el salón.

-¡Oh Kook, amor mío, por fin llegas! ¡Ven que te meta la lengua hasta la campanilla! -El rubio primero se asusta, se sorprende por las palabras enérgicas gritadas, pero finalmente ríe al igual que Jungkook y el resto de personas en la casa por la ocurrencia disparatada del rapero más joven.

-Ni caso. -Dice entre risas aún el castaño. -Presta atención, a la derecha hay un baño y un poco más adelante una habitación llena de trastos, no te recomiendo entrar si no quieres terminar enterrado en cajas de adornos de navidad, sino pregúntale a TaeHyung. -Jimin sonríe con la imagen mental de alguien atrapado bajo cajas de luces navideñas y borlas de tonos verdes o rojas. -A la izquierda está el salón que da a la cocina y tiene las escaleras hacia las habitaciones. Justo enfrente está la salida al patio donde está la piscina, ¿bien? -Explica detenidamente mirando a los gestos que hace la boca torcida del chico que asiente despacio con cada indicación.

-¿Con quién hablas? -Pregunta Jin que asoma al pasillo para ver a ambos de pie en la entrada. -San va a entrar en pánico cuando lo vea. -Dice con una sonrisa en su rostro.

-¿Qué pasa cariño? -Pregunta Nam saliendo también al pasillo a su novio mientras rodea sus hombros con uno de sus brazos. Éste señala con su cabeza hacia la puerta de la casa. -¡Aigo! -Exclama asombrado ante la presencia inesperada del rubio.

-Lo he invitado a comer. -Explica a sus dos Hyungs quienes asienten con risas traviesas, él los ignora. -No seáis infantiles. -Dice finalmente algo molesto por la mirada socarrona del líder.

-¿Paso algo? -Pregunta Jimin algo incómodo. -Si hay algún problema me puedo ir a casa, llamo a un taxi.

-No. -Habla rápido Jin alejándose del tacto de su novio. -¿Cómo crees? -El de hombros anchos se  acerca al repentino invitado y colocando su mano derecha sobre su hombro asustando levemente al rubio por el contacto inesperado.

-SeokJin, ¿no? -Pregunta intentando recordar su voz y relacionarla con un nombre tras relajar su cuerpo.

-Sí, pero puedes llamarme Jin Hyung. -Sonríe tan bello como adora su moreno novio. -Me gusta que hayas venido, San no soporta a la novia de Hobi. Así se distraerá por babear por ti. -JungKook golpea el brazo de su Hyung molesto por el comentario que es obvio a incomodado al rubio.

Eres mi luz (Kookmin - Jikook) Adaptación propiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora