Eres mi luz (Kookmin - Jikook) Adaptación propia

Capítulo 30~Me hace daño

Narra JungKook

Camino lentamente por la casa de Jimin. Recorriendo cada pasillo, observando cada cuadro, cada pared rasgada por algún tropiezo de él en el pasado cuando todo era negro en su vista. Camino hasta la puerta de cristal corredera que brilla con una luz cegadora. Finalmente cuando salgo al jardín allí está plantado de espaldas a mí y abrazándose a sí mismo debido al frío de la mañana. Lleva una simple camiseta de manga corta blanca que es varias tallas más grande de la que gasta haciéndolo lucir adorable y pequeño. Sonrío y me aproximo abrazándolo por la espalda, se estremece entre mis brazos y suspiro en su nuca mientras él acomoda su cabeza en mi pecho desnudo.

Se gira lentamente todavía entre mis brazos y observo lo sexy que esta con esa camiseta que deja ver sus clavículas y sus blancas piernas. Me mira directamente a los ojos y sonríe. Sé que él me está viendo, lo siento. Lentamente, tras retirar con dulzura parte de su pelo hacia atrás con mis dedos, junto mis labios con los de suyos. Una ligera presión que termina por ser una succión de su labio superior mientras él succiona el mío inferior. Muerdo su labio y él suspira un suave gemido que me hace estremecer antes de que abra mi boca invitándolo a pasar dentro de ella. En el momento que nuestras lenguas se chocan un juego comienza, un pulso intenso de besos tiernos y pasionales de compás arrítmico. Coloco mis manos en sus caderas apretando a mi gusto para sentir el hueso de estas en las palomas de mis manos y dedos y atrayéndolo más hacia mí. Él coloca sus manos en mi cabello y juega dando tirones de él. Siento una sensación de cariño, calidez y bienestar que sinceramente me llena.

Nos separamos en busca de aire, tal vez para seguir el juego de otro modo o en otro lugar, eso es lo que creo hasta que lo veo tirado en el suelo a unos pocos metros de mí cuando abro mis ojos sonriente. Me asusto de inmediato e intento escuchar lo que grita, pero no puedo ¿Por qué no le puedo escuchar? De repente sé de qué está hablando tan alterado y frágil, Jackson está frente a mí, junto a Jimin y tiene una sonrisa irónica y maliciosa de victoria. Camino deprisa hacia Jimin esperando poder ayudarlo, pero un puño a mucha velocidad explota en mi cara haciéndome caer de espaldas al suelo. Apoyo mi codo en el suelo mientras con mi otra mano retiro la sangre que cae de mi labio partido. Observo una de las peores imágenes de mi vida: Jackson está llevándose a Jimin a rastras. Grito su nombre esperando poder detenerlo.

-¡Jimin! -Grito sobresaltado al despertarme de golpe en mi cama. Apoyo mi espalda en la pared y suspiro nervioso e incómodo. Estoy sudando, esa ha sido una de las peores pesadillas jamas experimentadas. Paso mis manos por mi rostro y descubro que había llorado en el sueño, esa maldita pesadilla.

Intento relajarme cuando oigo que tocan al timbre de casa. Me levanto poco a poco sin ganas de ver a ninguno de los idiotas que seguramente ha olvidado las llaves, pero ya que estoy despierto que más da. Bajo las escaleras desganado, con unos pequeños pantalones cortos y sin camiseta. Abro la puerta todavía con los ojos medio pegados del sueño y me sorprendo al ver de quien se trata.

-¿Jimin? -Pregunto hasta con un gallo en mi voz por la sorpresa, él me mira con una sonrisa tímida. Va vestido bastante simple con unos pantalones vaqueros pitillo, una camiseta de manga larga fina roja y unos tenis del mismo color. Además de sus típicas gafas de sol negras.

-Sí. -Dice con una tierna sonrisa. -¿Esperabas a alguien? -Pregunta borrando esa sonrisa de su rostro.

-No, es que estaba durmiendo. -Me hago a un lado dejándolo pasar. -¿Qué haces aquí? -Le pregunto una vez dentro en el pasillo.

-Pues acabo de despedir a mis padres en el aeropuerto y he pensado venir a verte, no sé. -Dice con indiferencia, pero tímido a la vez, le sonrío.

-¿Te apetece ir a almorzar? -Le pregunto y él asiente contento. -Me visto y nos vamos, ¿vale?-

-Perfecto.-Dice y subo las escaleras. Tardo lo menos posible en cambiarme de ropa y arreglar un poco mi pelo además de lavarme la cara.