Capítulo X

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*Kid

Luego de ese hermoso momento me dijo que tenía que irse sin razón y me dejó solo en casa, aunque ya no se sentía igual, cierto era que quería estar con él, pero me calmaba el hecho de que al menos con otro no estaría.

Me tiro de nuevo en la cama ya con los pantalones puestos y me aferro a mis sábanas. Suena el celular.

—Ya son las 3, ¿Estás listo?— dice Killer desde la otra línea.

Juraba que tan solo había parpadeando pero al parecer ya habían pasado horas.

Poso una mano sobre mi rostro y suspiro leve.

—En 5 minutos salgo para allá—

Estoy orgulloso, te espero— dice y cuelga.

Sin sacar la mano de mi rostro suelto el celular y cierro los ojos intentando dormir "sin querer" de nuevo. Pero quizás Killer tenía razón y ya era hora.

Me levanto agarro lo primero que encuentro y salgo.

Cierro la puerta y veo por unos instantes su puerta, me quería despedir, no lo vería por un día; doy unos pasos pero me quedó inmóvil frente a su puerta, siento que se acerca y como si hubiera hecho algo malo me voy rápidamente.

Luego de unos 20 minutos por el maldito tráfico llegó a la casa de Killer, donde de seguro estaría molesto por no haber llegado en los "5 minutos".

Toco su puerta, me mira con cara de desaprobación y antes de que me regañe me excuso con el hecho de que mi moto estaba en el taller y que tuve que agarrar taxi.

Suspira muy profundo, pero no dice nada.

Luego de media hora de camino llegamos al aeropuerto.

Hicimos todos los trámites, las colas y chequeos necesarios para ingresar al avión.

Ya adentro de él me pongo los cascos y duermo en el incómodo asiento sin intercambiar ni palabras ni miradas con Killer.

Luego de bajar y en el trayecto hasta la casa la situación se repitió, yo a la ventana del carro repasando con los ojos todas las casas que nunca vi a pesar de haber vivido cerca por 14 años.

El carro se detiene. Alzó la mirada y abro la puerta.

—Bienvenido señor Eustass, por favor permítanos servirle— dice aquel hombre que me vio crecer.

—Gracias Heat— pongo mi mano en su hombro.

—Se le extrañó señor— sin moverse pero suavizando el rostro.

—Heat ¿Qué tal? ¿Ya llegó Shanks?— pregunta Killer saliendo del carro.

—Ya está adentro, también es un gusto volver a verlo— hace una pequeña reverencia y nos acompaña hasta la casa.

Es ... Pues sí, es una mansión con tantas habitaciones como sirvientes, o al menos era así antes. Con paredes bien cuidadas blancas y un estilo barroco en el techo y en algunas columnas.

Alejándose de las demás casas por el gran "jardín" que la rodeaba, solo al estar en el ápice podrías ver el techo de una de ellas por el hueco que dejó el árbol que alguna vez derribe y que sigue sin crecer.

Llegamos a las grandes puertas y entramos luego de que Heat las abriera. —Llegamos— Killer dice seguido.

—Pues sí— digo sin ánimos.

—Heat, ¿Dónde nos vamos a hospedar?— pregunta.

—Pueden escoger, preparé todas las habitaciones— dice sin separarse de la puerta.

A Seis PasosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora