A Seis Pasos

Capítulo II

*Kid

Entre a mi apartamento y fui al baño, me sostuve en el lavamano mientras miraba el hueco por donde se escurría el agua.

En todo momento estaba pensando en él, en lo jodidamente sexy que es, y en las ganas que tenía de tenerlo ya entre mis sábanas.

Su caminar, sus palabras, sus ojeras, sus ojos grises, su sonrisa de lado, esa manera de llamarme "Eustass-ya" y ... Ese culo, joder nunca había visto uno igual. No era voluptuoso; sin embargo, era firme y redondo, se notaba que no era operado como con las que me acostaba. ¡¡¡Joder!!! No sabía que había cambiado tanto en tan poco tiempo.

Era demasiado para mí, sin darme cuenta, alguien se había despertado entre mi toalla, pude notar por el espejo de enfrente que mis mejillas estaban igual que mi cabello, sinceramente me sentía super avergonzado. No puedo creer que me haya exitado solo por recordar a alguien.

Maldición me duele, creo que tengo que encargarme, pero no sé cómo... No sé cómo me lo voy a imaginar.

Me da miedo, siento que si lo hago ya no podré verle a los ojos mañana. ¡Carajo! Nunca antes nadie me había hecho sentir así, como un crío de 16 años, tengo 23 ¡Joder! Debo comportarme como uno.

Dicho esto me fui a mi habitación en donde decidí hacerlo.

Me quite rápidamente la toalla y la tire al otro extremo de la cama, me senté en ella y empecé.

Al principio fue como cualquier otra paja, pero luego empecé a imaginarlo desnudo encima mío gritando  "Eustass-ya", Agh estoy enfermo.

Seguía masturbándome pensando en él, en cada cosa que dijo y en cada cosa que hizo para ponerme así.

Al final terminé, pero está vez no me bastaba solo con mis manos, lo necesitaba a él. Quería sentirlo de nuevo. Me tumbo en la cama mientras empiezo a pensar.

Aun recuerdo esa vez cuando a ambos nos temblaban las piernas y ...

Suena el timbre interrumpiendo mis pensamientos, me levanto un poco cabreado, pues quería recordar esa noche y hablo serio y cortante.
—¿Quién es?–

—¡Soy yo desgraciado!– escucho gritar a Killer.

—Ya va– le abro la puerta y lo dejo pasar —1.Sabes que hora es. 2.Qué hice para que me gritaras. 3.¿¿Conoces al nuevo??– pregunto mientras entra y se acomoda en mi sofá.

—1. Son las 12:38. 2. Hace una semana no fui a la facultad y no me contaste que hoy harían una prueba. 3. Es jodidamente sexy, no sé cuánto cobra.– dice sin más sacando libros de su maleta que no ví que trajo.

La verdad es que me molestó un poco que se refiriera así de él, yo sé que hace un momento hice lo mismo, pero me sentía como un obsesivo, como si yo fuera el único que PODÍA llamarlo como se me dé la gana.

Él vio mi cara de molestia y alzó una ceja.

—¿Por qué estás así?– pregunta cerrando un libro.

—Ah... Por el maldito examen de hoy– digo mirando un libro que tenía.

Por su expresión pude ver que no me creyó, pero no le tome importancia. Y use el libro para cambiar de tema, cosa que a él no le agradó mucho, porque sabía que le ocultaba algo. Pero lo dejo de lado, pues la prueba de hoy era importante.

Estudiamos hasta las 2:30. Él estudiaba su tema y yo el mío.

Soy estudiante de una de las mejores universidades, estudio ingeniería mecánica. Y él es estudiante de la misma universidad, solo que de derecho. Sin embargo la universidad quiso que todas las facultades dieran un exámen práctico, para ver qué tan bien vamos o si podemos continuar; exacto, si fallabas, puede que la universidad te bote.