Capítulo XVI

157 7 0
                                    

Vayan a galia5775, partir de ahora ahí se publicará la continuación xd

*Law

Me quedé en frente de mi puerta con una bolsa de basura llena de envoltorios de dulces que acababa de comprar y que ni siquiera había comido.

Estaba listo para abrir cuando lo viera, tenía una ropa casual, la excusa de la basura y me había bañado 2 veces y medio, todo era perfecto como para aparentar un encuentro casual.

Luego de un tiempo -realmente no sé cuánto he estado pegado a la puerta- escucho el ascensor abrirse y me levanto inmediatamente, pone la llave en su puerta y trato de abrir la mía, pero mi mano no gira.

Llegué a hacer ruido, pero dudo que lo haya escuchado, no giró, solo se demoró un tiempo delante de su puerta para luego entrar.

Solté mi perilla y caí al suelo, quería hablarle, verlo, pedirle disculpa por lo que hice, decirle que sí merezco lo que me dijo, aunque esa parte ya la sabe.

Suspiro y aviento la basura hacia otro lado, estaba molesto conmigo mismo, ¿por qué carajo no pude decirle que no a Mugiwara-ya?, ¿por qué carajo tuve que hacerme el ofendido cuando la víctima fue Eustass-ya? ¿Por qué carajo acabo de destruir a dos personas que no me usaron solamente para masturbarse? Ellos... A ellos les importaba... Soy un jodido desastre, una puta mierda, sí, una puta.

Tratando de levantarme veo en mi mesilla una navaja, navaja que nunca antes había visto, me acerco, la tomo, y sentí las mismas ganas que la bella durmiente sintió para pincharse con la rueca, quería cortarme.

Nunca lo tuve permitido, "la mercancía no debía recibir ningún tipo de daño o alteración", pero siempre me dio curiosidad, para muchos es solo una manera de llamar la atención, pero... Y si realmente te quitara el dolor.

Le doy vueltas sin lastimarme y la acerco a mi muñeca, suspiro y la suelto, cae a pocos centímetros lejos de mi pie.

La pateo junto a esas ideas y deduzco que no me servirían de nada. Me doy media vuelta pero no avanzo, no tenía qué hacer, tuve el día libre ayer y hoy gracias a que Mugiwara-ya hablo con Kuroashi-ya, ya había leído todo lo interesante de mi estante, no quería dormir, y mucho menos hablar con Robin, no soy de los que cuentan sus problemas; y bueno, jamás había tenido un problema así por alguien.

Me tumbo en mi cama y agarro mi celular, inconscientemente lo busco entre mis contactos, sabía que no lo tenía, pero quería creer que sí, quería creer que quizás él sí me tenía y que quizás me había enviado un mensaje. Aunque luego de treinta minutos en los que mi pulgar recorrió aproximadamente 2 km actualizando los mensajes descubrí que no era así.

Lo deje a un costado y me recosté boca abajo, no quería hacer nada, absolutamente nada.

Suena mi celular, y como un niño me emociono y me fijo de quien es la notificación.

    Hospital: Le escribimos para confirmar la cita del día sábado

    Trafalgar: Confírmela.

Suspiro y dejo mi celular a un lado, me cubro totalmente y me dispongo a dormir, quizás así ya no pensaría.

~~

Todo está oscuro, aquel cuarto parecía más una caja; sin ventanas, sin puertas y con escaso oxígeno.

En el medio hay un niño, sin ningún tipo de expresión, sin ninguna muestra de vida solo el leve movimiento de su pecho me indica que está respirando. La puerta se abre.

A Seis PasosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora