Eva conducia tranquilamente, mientras Juliana tenía la cabeza pegada al vidrio viendo el paisaje, pero en realidad estaba fundida en sus pensamientos y en uno en particular.
—¿Buena? ¿Yo? —preguntó divertida.
—Si, eres la chica más buena que conozco — dijo sonriendo tomando su mejilla suavemente —Y muy linda —su mirada bajo a los carnosos labios de la castaña, comenzó acercarse poco a poco a ella, al igual que la ojiazul que cerraba los ojos, estaban a centímetros cuando...
—Valentina...—dijo Eva.
Movio la cabeza para dejar de pensar, se acomodo bien en el asiento mirando el camino de árboles que tenía al frente.
—Mi hermana te aprecia mucho —hablo Eva de repente.
—Yo también la aprecio mucho —dijo en un suspiro, la mayor la miró de reojo y sonrió.
Habian llegado al fin, Eva aparco el auto frente a la cafetería, la morena se sacó el cinturón para salir, Eva también bajo del auto.
Entraron a la cafetería, Aris al ver a su amiga se acercó.
—Creí que no vendrías —dijo.
—Le dije a mi hermano que llegaría un poco más tarde —dijo la morena.
—Por fin llegas —dijo Mateo que apareció tras Aris.
—Te avise que llegaría un poco tarde —volvió a repetir, su hermano levantó una ceja —Pero se me hizo un poco más tarde.
—Eso puede que sea mi culpa —interrumpió Eva, el hombre le sonrió —Le pedí que se quedara a tomar desayuno, no iba a dejar que se fuera con el estómago vacío.
—Esta bien —dijo —Es bueno verte de nuevo —le sonrió, sonrisa que ruborizo a la mujer, algo nerviosa se coloco un mechón de su cabello tras su oreja.
—Lo mismo digo.
—Bueno, yo me voy a trabajar —dijo la morena —Gracias por el aventó.
—De nada, cuando quieras —dijo, la morena se fue y Aris fue tras ella.
—Tú hermana es muy simpática —dijo Eva.
—Eres la hermana de su amiga Valentín a —afirmó Mateo.
—Si, ¿como lo sabes?
—Tú hermana siempre viene para acá, bueno la viste ayer cuando la viniste a buscar —le recordó —No pudimos hablar por la situación del momento, por cierto, ¿como esta ella?
—Bien, hoy amaneció mucho mejor, fue un ataque de pánico muy fuerte.
—Que bueno que este bien —dijo dándole una sonrisa.
—Juliana ayudo mucho —Mateo la miró extrañado —Su precencia le hace bien a Valentina, la tranquiliza.
—¿De verdad? —preguntó, la mujer asintió —Que bien.
—Bueno yo también ya me tengo que ir —dijo la mujer —Fue un gusto volver a verte —Eva estaba por salir cuando el hombre la detuvo.
—Perdona, yo no hago esto, pero quería saber algo.
—Dime.
—¿Mañana tienes el día libre? Quería invitarte a salir —dijo.
—La verdad no estoy para salir con nadie, acabo de salir de una pésima relación —dijo la mujer.
—Lo sé, yo preguntaba salir como amigos, solo para caminar, charlar o lo que sea —dijo —¿Qué dices? —Eva lo pensó un poco, la verdad no estaba segura, pero por algún extraño motivo le tenía confianza a Mateo.