Capitulo 29

2.1K 218 3
                                    

Mini maraton 2/2


Una semana después...

El sábado había llegado en un abrir y cerrar de ojos, la cafetería de igual manera estaría abierta para el público, pero solo hasta medio día. Cuando se fue el último cliente cerraron y comenzaron a sacar los adornos, globos dorados, negros y plateados, serpentinas doradas, Juliana y Aris comenzaron a inflar los globos; Mateo y Manuel ordenaron las mesas juntando las y haciendo varias mesas largas. Lexa entró junto con Clarke, las dos se acercaron donde la morena y la saludaron.

—¿Podemos ayudar? —preguntó Lexa.

—A inflar —contestó indicándole los globos que faltaban, Lexa y su novia comenzaron a inflar.

Al tener ya todos los globos inflados comenzaron a pegarlos en el techo alternando los colores y luego ponían las serpentinas doradas sobre los globos. La morena estaba uniendo tres globos de los tres colores, mientras los amarraba para unirlos la campana sonó, Juliana giro para ver de quien se trataba y los vio, esos hermosos ojos azules que le encantaban, dejó aún lado los globos y se acercó a la castaña.

—Hola —saludo nerviosa.

—Hola.

—Viniste —dijo con una sonrisa.

—No vine por mucho tiempo —dijo la castaña, la sonrisa de la morena comenzó a desaparecer —Pensaba venir más tarde en la noche, pero una de mis compañeras no puede ir al hospital y tomaré su turno —explicó.

—Entiendo —dijo la morena —Me puedes ayudar a poner estos globos en las ventanas.

—Claro —dijo la castaña, dejó su bolsó sobre una silla y siguió a la morena, saludo a sus amigas, a Aris, Mateo y a los demás empleados los saludo moviendo la mano.

Las dos comenzaban amarrar algunos globos, a la castaña le costaba un poco, se les escapaban, la morena reía al ver a la ojiazul complicada, en uno de los intentos un globo se reventó, en realidad reventó sin querer varios globos. Cuando ya estaban listos, con la ayuda de una silla comenzó a pegar los globos como le indicaba la morena, le hacía señas de que estaba bien como lo hacía. Valentina pego el último globo, la morena le ofreció su mano para que bajara ya que estaba sobre una mesa, la ojiazul dio un pequeño brinco para bajar pero al tocar el piso resbaló pero por suerte la morena logró sujetarla agarrandola por la cintura, quedando muy cerca la una de la otra, podían escuchar sus respiraciones, cada una miraba los ojos de la otra y luego esos mismos ojos bajaban hasta sus bocas, la castaña negó con la cabeza y se separo lentamente de la morena.

—¿Estas bien? —preguntó la morena al reaccionar de lo que casi pudo haber pasado.

—Si, estoy muy bien —contesto la castaña, la morena no dejaba de mirarla y eso ponía nerviosa a la ojiazul.

—Quedo muy bien —habló Mateo rompiendo la tencion que había entre las chicas.

—Si quedó muy lindo —dijo la morena, eso último lo dijo mirando a la castaña.

—Yo ya me tengo que ir, no quiero llegar tarde —dijo Valentina.

—Bueno —dijo con tristeza la morena.

—Pásenla bien —le dijo la castaña —Adios.

—Adiós —le dijeron todos al mismo tiempo, la castaña tomó su bolso, se lo puso al hombro

—Adiós, Juliana —miró a la morena.

—Adiós, Valentina —le dijo la morena con media sonrisa, la castaña salió del lugar, Juliana la miró hasta que la perdió de vista —Hermosa —susurro soltando un gran suspiro.

*      *      *

Las horas pasaron, los empleados se habían ido a cambiar de ropa y luego volvieron, algunos trajeron a sus familiares, novio o novia, comieron, beberieron; reían mientras hablaban, Mateo estaba con Manuel y otros empleados, mientras Juliana estaba con Aris, Lexa y Clarke hablando.

—Clarke —la llamo la morena y la llevó aún lugar más alejado mientras Aris y Lexa conversaban.

—Dime.

—Necesito pedirte un favor —dijo la morena.

—¿Que favor?

En el hospital...

Valentina estaba atendiendo las heridas de un hombre de unos 40 años que había sido asaltado unas horas atrás, el ladron le había robado su celular y algo de dinero y le hizo un corte en la cara.

Luego atendió a una anciana que había llegado por una quemadura por agua caliente, estuvo todas esas horas atendiendo ese tipo de casos. Se fue a los vestidores y se sentó un momento para descansar, en ese momento Ana aperece.

—Valentina —la llamo.

—¿Que sucede? —preguntó.

—Alguien te busca —contestó.

—¿A mí? ¿Quien? —preguntó, Ana sólo levantó los hombros.

—Está en el pasillo —aviso.

—Voy enseguida. Gracias —dijo, Ana se fue, la castaña pensó que tal vez fuese su hermana Eva o Guille o una de sus amigas, salió del vestidor y camino por el pasillo, la persona que la buscaba estaba de espaldas, era una mujer.

—¿Me buscaba? —preguntó, está giro y se sorprendío al ver de quien se trataba.

—Hola, Valentina —saludo la morena.

—Juliana —dijo sorprendida, se arreglo un poco el cabello —¿Qué haces aquí?

—Te traje algo de comer —contestó mostrando una bolsa de plástico.

—No tenías por qué molestarte —dijo la castaña reviviendo la bolsa.

—No es ninguna molestia —dijo la morena sonriendo —¿Estabas ocupada? Por que si estas...

—No, no estaba ocupada, estaba en los vestidores —le dijo.

—Bien —dijo, las dos se quedaron calladas unos segundos sin saber que decir.

—¿Ya terminó la fiesta? —preguntó para romper el silencio.

—Aún no terminaba, yo me escape un rato —contestó —Pero no le faltaba mucho para  terminar y por eso aproveche de venir a dejarte esto y a verte —dijo, la castaña sonrió, una sonrisa que la morena  extrañaba ver, las dos se miraron durante un buen rato, hasta que en eso aparece Ana.

—Nos necesitan en urgencias —dijo.

—Ya voy —dijo la castaña —. Ya me tengo que ir.

—Esta bien —dijo la morena —Disfruta el sandwich que te traje. Adiós —dijo y la morena dio media vuelta y se fue, la castaña se le quedó mirando hasta solo ver una silueta y desaparecer de su vista.


En la casa de los Valdés...

La morena estaba en su habitación con sus maletas, la abrió y comenzo a guardar, guardo su ropa y algunas que compro en Suiza que le pareció muy bonita. Su habitación no había cambiado nada, estaba limpia su hermano se había encargado de limpiarla cada vez que podía.

—Ya me voy a dormir —le aviso su hermano que asomando su cabeza al abrir la puerta.

—Yo termino aquí y también me voy acostar —dijo.

—Bien, buenas noches.

—Buenas noches —su hermano se fue y cerró la puerta.

Al terminar se puso su pijama, se lavo los dientes, apago la luz y se acostó en la cama, estuvo varios minutos mirando el techo hasta que sus ojos comenzaron a cerrarse lentamente.

Lo que no sabía Juliana es que con su regreso descubriría muchas cosas y uno que otro secreto.

*****************

Fin del mini maraton

Voten ⭐ y comenten


Chio 🐾🐾🌈

Crazy in Love [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora