Capitulo 30

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Habían pasado varios días desde la última vez que Juliana y Valentina hablaron, la primera tenía mucho que hacer en la cafetería y por otra parte la castaña trabajaba mucho por los turnos en el hospital, aunque le encantaba su trabajo era agotador.

Un sábado pasado el medio día, era día con mucho calor, en el parque niños jugaban con pistolas de agua, otros bebían agua para capear el calor en unas fuentes adaptadas.

Juliana caminaba por ese parque tranquilamente bebiendo una soda, observaba a algunos niños jugar, perros jugando con sus amos, etc. No sabía por qué, pero algo dentro de ella le decía que tenía que estar ahí en el parque. Y no estaba equivocada.

Siguió caminando y a lo lejos vio una figura femenina que le parecía conocida, se acercó con curiosidad y al tenerla más cerca sonrió ya que se trataba de Valentina, estaba sentada en una banca comiendo un helado de fresas, se acercó a ella sigilosamente, la castaña se percató de su presencia y la miró con una sonrisa.

—Hola —saludo la morena.

—Hola.

—¿Como estas? —le preguntó.

—Cansada, pero bien —contesto la castaña.

—¿Puedo? —preguntó señalando el espacio en la banca.

—Claro —dijo, la morena se sentó a su lado.

—¿Turnos muy pesados?

—Si, mucho —contestó —Pero por suerte tengo este fin de semana libre para descansar —comentó.

—Qué bien.

—¿Y tú? —le preguntó a la morena.

—Pues, bien, mucho trabajo en la cafetería también —contestó.

—Estaba delicioso el sandwich que me trajiste al hospital —le comentó.

—Que bueno que te haya gustado —dijo —Yo lo prepare para ti —sonrió.

—Estaba muy bueno —confesó, las dos se quedaron en silencio solo mirándose sobretodo la morena no dejaba de mirar a la castaña, mientras esta última solo la miraba con nerviosismo, la morena se rasco la nuca nerviosa, quería hacerle una pregunta a la ojiazul.

—Me dijiste que fin de semana tienes libre —comentó, esta la miró asintió —Pues me preguntaba si querías salir, ir aún bar o una disco o tal ve...—la castaña la interrumpió.

—Es mejor que no, Juliana —la morena la miró con tristeza.

—¿Aún desconfía de mi? —preguntó con un tono triste.

—No se... No quiero volver a sufrir.

—Solo quería que saliéramos como amigas —dijo la morena.

—Sabes muy bien que no podemos ser amigas, no después de lo que tuvimos —dijo, la morena agachó la cabeza.

—Podríamos intentar serlo —dijo la morena esperanzada.

—No creo que... —fue interrumpida.

—¡Juliana! —exclamó una voz femenina, la morena levantó la vista y al ver a la mujer sonrió y se levanto.

—Norma —dijo, se acercó a ella y la abrazo.

Norma —susurro la castaña, ya había escuchado ese nombre, más bien leído al recordar la carta de Juliana hace dos años.

—Es increíble verte aquí —dijo la morena feliz —Me da gusto volver a verte.

Norma era una mujer baja de 1.55, bastante atractiva, de piel blanca, ojos color verde, de largas pestañas, cabello marrón oscuro, de una sonrisa tierna y mirada armónica.

Crazy in Love [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora