Capitulo 25

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Había comenzado a llover muy fuerte sobre la ciudad, habían pasado unas cuantas hora de lo sucedido con la morena.

Valentina aún se encontraba en la habitación, pero ya no estaba en la cama, estaba sentada frente a ventana mirando las gotas de lluvia que se deslizaban por el vidrio, con los ojos rojos y suspirando, pensando como un día estaba tan feliz al lado de la morena y al siguiente le rompe el corazón. Golpean a la puerta, Eva asoma su cabeza y entra, se acerca lentamente y se sentó frente a ella.

—¿Cómo te sientes? —preguntó acariciando su mejilla.

—Mal —contestó sin mirarla —¿Y tú? —al hacerle esa pregunta miró a su hermana mayor —Todos se preocupan por mí, pero tú también fuiste engañada —le dijo.

—Pues también estoy mal. Trato de procesar todo lo que pasó hoy y por que lo hicieron —dijo —Es algo que no entiendo, ¿fuimos una venganza para ellos? —se preguntó.

—No se —contestó Valentina —Cuando le pregunté sobre si ella había sido responsable de mi secuestro —dijo —Vi como sus ojos me miraban, como si estuviera decepcionada de mi al creer eso, me dolió.

—Pudo haber sido ella —dijo Eva.

—¿Y si no? —preguntó con los ojos cristalizados nuevamente —¿Y si tiene razón? si ella de verdad me ama y no tuvo nada que ver en mi secuestro —dijo con lágrimas en los ojos.

—¿Quieres ir corriendo tras ella y perdonarla? —preguntó con seriedad, la castaña solo la miró —Tienes que ser fuerte, con el tiempo todo esto pasara, conocerás a alguien más, te enamoraras de verdad y te olvidarás de Juliana.

—Lo dudo, lo que siento por Juliana no lo sentiré de nuevo, nunca por nadie más —dijo la ojiazul —Y tú tampoco podrás olvidarte de Mateo —le afirmó.

—Yo lo intentaré y lo lograré —dijo poniéndose de pie —Y tú tienes que hacer lo mismo —la castaña negó con la cabeza.

—Si tu quieres olvirte de Mateo ya es asunto tuyo —dijo —Pero no me pidas que yo olvide a Juliana, por que no lo haré —le reclamo.

—Yo no te obligó a nada, Valentina —le dijo su hermana —Pero no quiero verte sufriendo cuando un día veas a Juliana con otra persona y ya se haya olvidado de ti —la castaña la miró tristemente, su hermana se fue de la habitación, la castaña se quedó pensando en lo que le dijo, de sierto modo tenía razón, si viera a la morena con otra persona eso terminaría por destruir lo que le queda de su corazón.

Más tarde la castaña se levantó y se puso su pijama, se miró al espejo y se dio cuenta que sus ojos estaban completamente hinchados, luego su mirada bajo hasta el collar que Juliana le había regalado, se lo sacó y lo apretó con fuerza en su mano, se dirigió al tacho de basura que tenía en el baño, tenía la intención de botarlo, lo miró por última vez y antes de lanzarlo recordó el día en que la morena se lo regalo.

Flashback

¿Te acuerdas de este collar? —preguntó mostrándole el collar dorado con dos corazones entrelazados.

Si —contestó.

—Bueno, pues, en realidad son dos collares —dijo, la castaña la miró extrañada —Mi mamá me lo dejó como regalo, me dijo que usará uno y que el otro —hablaba mientras sacaba la caja azul de terciopelo y lo ponía en el mesón de vidrio —Me dijo que se lo diera a alguien especial y ese alguien especial eres tú —abrió la caja y se la paso a la castaña.

Juls, yo no puedo.

—Claro que puedes —le dijo —Y yo quiero que lo tengas —la castaña miró el collar con los ojos cristalizados.

—¿Podrías?

—Claro —contestó la morena, tomó el collar y se lo coloco con delicadeza al rededor de su cuello, la castaña volvió a quedar frente a ella —Te queda perfecto —dijo, la castaña tocó los corazones.

—Gracias, me encanta —le dijo sonriendo.

—Estos corazones representan lo que sentimos —dijo —Por qué nuestros corazones siempre estuvieron entrelazados, siempre estuvieron esperando a encontrarse —la castaña sonrió por las bellas palabras de la morena, su corazón latía cada vez más rápido y el de la morena igual.

—¿Te han dicho que eres muy cursi? — preguntó con una sonrisa y rodeando su cuello.

—No —contestó —¿Es malo? —rodeo la cintura de esta.

—No, a mi me encanta que lo seas —dijo.

—Entonces seré muy cursi hasta que te aburras de mi.

—No creo, nunca me voy aburrir de ti —dijo, la morena unió su labio con el de la castaña en un tierno beso.

Fin del flashback

No pudo, no pudo deshacerse del collar, lo tomó apretandolo con fuerza en su mano, llevó esta a su pecho atesorandolo, se sentó bruscamente en el suelo en una esquina del baño y comenzó a llorar nuevamente.

—¿Por qué hiceste esto, Juls? —se preguntó entre lágrimas.

En la casa de los Valdez...

La morena estaba recostada en su cama mirando un punto fijo en el techo, tenía los audifonos puestos escuchando las canciones más tristes que tenía en su Playlist, las necesitaba, en ese momento las necesitaba mucho, Mateo había abierto un poco la puerta de la habitación de su hermana y oyó el sollozo de esta, su pequeña hermana estaba sufriendo, y mucho, cerro la puerta despacio y se fue a su cuarto.

La chica de ojos color chocolate despertó con una molestia en el cuerpo, se había quedado dormida sobre su cama con ropa y con su cuerpo todo doblado, le dolía un poco la cabeza ya que se había quedado dormida con los audifonos puestos, se los sacó y los dejó aún lado, se dirigió al baño, se lavo la cara y se miró en el espejo, sus ojos estaban hinchados, se miró unos segundos más, se seco el rostro y volvió a su habitación, se sentó en la orilla de la cama, se quedó pensando en que hacer para olvidarse de la castaña, aunque fuese difícil, tenía que hacerlo, recordó a alguien que la ayudaría, reviso su cómoda y encontró la tarjeta que buscaba, la miró, tomó su celular y comenzó a marcar el número, suspiro e inició la llamada, en el tercer tono una voz masculina habló por la otra línea.

—¿Señor, Jacobo Reyes? Soy Juliana Valdés, lo llamaba para decirle que acepto su propuesta —dijo la morena.

Había tomado una descicion: irse, la castaña ya no la quería ver más en su vida, y tal vez así podría olvidarse de ella definitivamente.

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Crazy in Love [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora