Crazy in Love [Terminada]

Crazy In love

Valentina se había levantado temprano, la noche anterior en el hospital no había sido tan agitada, estuvo cuidando algunas personas que estaban hospitalizadas, en especial a un niño de 7 años llamado Simón que esperaba un corazón desde hace unos meses, se lo habían asignado hace poco a ella, Simon era un niño muy cariñoso, tierno; de piel blanca, más bien pálida, ojos azules y cabello corto rubio ceniza, tenía ojeras en sus ojos y estaba muy delgado, ya le habían hecho un transplante anteriormente, pero el corazón le fallo y ahora está en la espera de otro, Simon siempre tiene la esperanza que el siguiente corazón si le funcionará, tenía un gran espíritu y eso le gustaba a Valentina.

Se vistio lo más casual posible, se coloco unos short de azul de mezclilla, una blusa blanca con tiras y encima un pullover color mostaza un poco olgado del cuello donde dejaba ver un poco su hombro izquierdo, se coloco zapatillas para estar más cómoda, con el cabello liso, se maquillo un poco.

Ya lista, la castaña tomó su bolso y sus llaves y salió de la casa, ya iban hacer las 12 y tenía que pasar por Juliana. Entró al auto, lo encendió y se fue, había algo de tráfico y a la castaña le cargaba, quería llegar a tiempo y ver a la morena, era lo que más quería, verla a ella. 

Ya eran las 12:20 de la tarde, la ojiazul aparco frente a la cafetería, salió del auto, la puerta del lugar tenía el letrero donde decía "cerrado", empujó la puerta y entró, estaban ordenando y limpiando, en eso ve a Juliana junto con Mateo, la morena estaba vestida con una polera gris escotada con el dibujo de un cráneo, unos pantalones negros ajustados, zapatillas, una chaqueta tipo militar larga y en la cabeza un beanie color gris oscuro. Valentina se acercó lentamente donde la morena, está última la vio y sonrió.

-¿Lista para irnos? —preguntó la castaña.

—Si —contestó la morena —Aunque con un poco de curiosidad.

—Me da gusto verte de nuevo Valentina —dijo Mateo.

—Lo mismo digo —dijo la castaña con una sonrisa.

—¿Saldrán? —preguntó Mateo.

—Así es —contestó la morena sin dar detalles, ya que ni ella sabía adonde iba con la castaña.

—Pues cuídense —dijo.

—Cualquier cosa te llamo —dijo la morena poniendo su mochila en su hombro.

—¿Como esta Eva? —preguntó Mateo de repente.

—Se encuentra bien —contestó —Sólo cansada, trabaja mucho.

—Me imagino —dijo mientras movía sus manos con nerviosismo. —¿Ella...esta saliendo con...con alguien?

—No, no sale con nadie —contestó la castaña con una sonrisa —Deberías llamarla —le sugirio.

—No creo que quiera hablar conmigo —dijo —Bueno yo tengo cosas que hacer —cambio de tema —Mejor se van o se les hará tarde a donde sea que vayan.

—La verdad es que tienes razón —dijo la castaña —. Vamos.

—Si, vamos —dijo la morena, los tres se despidieron de beso en la mejilla y se fueron, la castaña le sacó la seguridad al auto y dejó que la morena subiera al asiento del copiloto, y está subió al otro lado, se colocaron el cinturón, encendió el auto y se fueron.

—Es muy comodo —comentó la morena.

—Lo se, eso fue lo que me gustó de el —dijo la castaña.