Me enamoré de un Heterosexual. [ChicoxChico]

capitulo especial.

[Si escuchan el vídeo será mucho mejor la lectura y más soft haha.]

la nieve no dejaba de caer, el verano había pasado tan rápido, Julen no había podido disfrutar de nada, al igual que Max.
El invierno es agradable, tan tranquilo, tan silencioso en algunas ocasiones.

La nieve no dejaba de caer, las calles estaban en completo silencio y paz, era de noche, las luces de los edificios se iban apagando de a poco, anunciando que aquellas personas que habitaban esa habitación se estaban llendo a dormir.

Julen solo observaba la ventana. El veía el edificio que estaba en frente, su terraza cubierta de nieve, algunas luces apagadas y la mayoría encendida, le gustaba, le gustaba tanto está paz que había en invierno, una de sus estaciones favoritas.

Con su mirada ahora perdida se pregunto por si amigo, ¿Él estará bien?, ¿Es feliz?, ¿Tendrá a alguien que lo haga feliz?.

Todo tipo de preguntas rondaban por su cabeza, dejándolo intranquilo, quería saber cómo estaba, la duda lo estaba matando, ya hace tres meses no ve a su amigo, necesitaba saber cómo el se encontraba.

No le importaba la hora que era, si hacia frio, si podía enfermarse, eso no era lo importante para el. ¡Claro! no era una urgencia ir a ver a Max, pero el necesitaba de el, los dos se necesitaban para refugiarse de ese frío.

Julen tambien empezó a preguntarse, ¿Si Max no quería verlo? ¿Si consigo a alguien mejor que el?

Eso lo tenía tan intranquilo, miró a la ventana, lo cual estaba un poco abierta, haciendo que entre algo de viento, provocando que su rostro de enfríe levemente, su cabello se corrió, haciendo que sus ojos color miel queden descubiertos.

Julen sin dudarlo tomo su abrigo y calzados, solo agarro eso, claro, también cerro la puerta de su pequeño departamento. Decidió bajar por las escaleras, el ascensor en invierno no era una buena idea.

Al salir su nariz se volvió un poco roja, su piel se puso levemente pálida, la nieve caía en su cabello marrón, sus manos congeladas trataron de ocultarse en sus bolsillos, en busca de algo de calor.

Camino por la calle desolada y tranquila. Sus piernas se enfriaban, lo cual provocaba que Julen aumentará el paso. Solo algunos autos se escuchaban, pero ninguno se veía por esa calle.

Los recuerdos de Max y de el comenzaban a invadir sus pensamientos, provocando unas pequeñas risas y lágrimas, estaba tan mal todo, el nunca quiso alejarse de Max por algo tan tonto.

Las lágrimas tibias caían de sus ojos, hasta tocar su mejilla fría. Se sentía tan mal, mal de dejar solo a Max, mal de que Max lo dejara solo a el.

Julen hizo el paso más lento, se estaba acercando a la casa de Max. Sus ganas de llorar habían aumentado, miró una banca y se sentó allí, junto a manos nervioso y comenzó a hacerse preguntas nuevamente, ¿Acaso está bien aparecer a estas horas? Si, si era por amor todo estaba bien.

Julen se levantó de aquella banca fría y de mal gusto, camino hacia la casa de su amigo y de su amado. Acercó su dedo al timbre y tocó este, haciendo que su sonido se expandiera por adentro de la casa, provocando eco.

Espero unos largos minutos, sus lágrimas no dejaban de salir, se estaba poniendo más trsite al ver que nadie le abría la puerta.

Cuando estaba a punto de marcharse, escucho como le quitaban el seguro a la puerta, se acomodo nuevamente y miro a Max cubierto con una gran sábana abrigada.

Las lágrimas aumentaron, su labio inferior tembló. Max estaba completamente confundido, no sabía que decir, ¿Por qué el estaba en su casa? ¿Por qué estaba solo con un pantalón corto y un gran abrigo.

Julen de repente se abalanza a él, sintiendo su cuerpo caliente, se refugió en sus brazos. Max tardo en abrazarlo, pero lo abrazo y lo cubrió con aquella manta abrigada.

Ninguno quería hablar, los dos querían disfrutar del calor del otro. Julen solo estaba llorando en su pecho desnudo, mientras era abrigado por la manta de Max.

El solamente lo abrazo, lo abrazo tan fuerte y dejo que llorara. Ninguno hablaba, solamente disfrutaba de la compañía del otro, disfrutaba el calor y aroma del otro.

Y así fue como pasaron su noche, ninguna palabra salía de sus labios, durmieron abrazados y despertaron abrazados.