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La mañana del invierno se había hecho presente. La luz del sol no entraba por la ventana como antes, no había ruido de niños riendo, chillando o llorando, como antes, en el verano.

En aquella habitación se encontraban dos cuerpos totalmente desnudos, abrazados y cubiertos por una gran manta abrigada que los protegía del malvado frío. El calor era mutuo, al igual que el amor que había entre ellos dos.

Se amaban, pero ninguno se animaba a decirlo, por la vergüenza, vergüenza de que los juzguen por estar juntos, de que los critiquen. La gente podía llegar a ser tan crueles, ningún humano tiene límite; para dañar, amar, odiar y destruir.

Lo que pasó anoche fue lindo, los dos se demostraron que se amaban, pero nunca dijeron aquella palabra que tanto anhelaban oír, aquella palabra que ambos querían oír.

Julen se removió en los brazos de Max, comenzando a despertar de a poco. En vez de separarse se junto más al cuerpo de Max, se aferró casi tan fuerte, para no dejarlo ir. Un suspiro se escapó de los labios de Julen al ver a Max, sonrió de manera tonta, no podía creer que alguien tan hermoso estuvo con el.

Max se veía tan tranquilo al dormir, pero aún así mantenía su ceño levemente fruncido, lo cual fue bastante tierno para Julen, tan tierno que lo abrazo tan fuerte como pudo, haciendo que Max se quejara.

—Julen... Vas a ahogarme.

Susurró no tan bajo ni tan alto, lo suficiente para mantener ese silencio mañanero bastante cómodo. Julen simplemente se alejo un poco, pero no dejo de abrazarlo.

—Lo siento... No quise despertarte de esta manera.

El también susurró, apoyo su cabeza en su pecho y luego llevo su mano a este, comenzando a darle suaves caricias. Lo amaba tanto, amaba tanto a Max, que olvidó todo el daño que le había hecho, Julen no era una persona rencorosa, no les agradaba las personas así. Max se sentó en la cama y miró con atención a Julen, sintiéndose tan enamorado de el.

—No importa... ¿No quieres cambiarte? Hace frío.

Dijo Max, un poco preocupado, no quería que Julen se enfermara. Antes de levantarse, Max se puso un boxer y al menos cubrir sus partes privadas. Fui directo al closet y tomó una de sus poleras abrigadas, luego se lo lanzó a Julen.

—Puedes ponerte eso...

Julen de inmediato se lo puso, y en verdad hacia frio. Se levantó con cuidado y se puso su pantalón. Los pasos de los dos se escuchaban por toda la habitación, luego se escucho como Max salía de la habitación, en cambio Julen solo se acercó a la ventana, para poder ver la nieve, no había tanta como la noche anterior, así que al menos podrían salir a tomar un poco de aire.

Julen, entusiasmada salió de la habitación en busca de Max. Entro a la cocina y allí lo vio, preparándose un café, Julen se acercó a él y dejo un beso en su mejilla, haciendo que el contrario se sonroje.

—Hoy no hay mucha nieve... ¿Podríamos ir a una cafetería?

Miró a Max con ilusión, al igual que un niño pequeño. Pero en cambio Max, mantenía su rostro serio, miró a Julen con atención y negó levemente, haciendo que la sonrisa de Julen desapareciera.

—Yo... Tengo cosas que hacer hoy...

La radio sonaba de fondo, y luego sonó el timbre, lo cual Max parecía algo nervioso ¿Acaso estaba ocultando algo? Max se encaminó hacia la puerta, en el camino se estaba arreglando un poco. Al abrir la puerta se escucha una voz de una chica, bastante chillona, arruinando aquel hermoso silencio mañanero. Los pasos fuertes de esa chica, a causa de sus tacones, una de las cosas que odiaba Julen, el ruido de los tacones.

Julen se mantuvo de espaldas, mirando el café que estaba en frente de el, pensando en tantas cosas como: "¿Acaso Max tenía novia?" "¿Solo quería tener sexo?" "¿Solamente lo utilizo?" Tantas preguntas en su cabeza.

—Julen.

Se escuchó la voz áspera de Max detrás de el. El se volteo no tan rápido ni tan lento, miró a Max y luego a la chica, era una chica muy linda, bastante atractiva. Julen levantó su mano en forma de saludo, lo cual la chica solamente le sonrió amigable.

—¿Ella quien es?

Preguntó Julen mirando a Max, miraba sus ojos color café, esperando alguna respuesta para su pregunta. Al ver que no hablaba la chica decidió hablar por Max.

—Soy Naomi, novia de Max, es un gusto conocerte... ¿Cuál es tu nombre?

Julen no despegó la mirada de Max, lo cual este también lo miraba de manera fija. Julen río sin gracia, se sentía tan traicionado y usado. Miró a la chica y sonrió.

—Soy Julen, amigo de Max... El gusto es mio.

Volvió a mirar a Max, en busca de alguna explicación en aquellos hermosos ojos color café que siempre le había encantado.

—Bien... Creo que es hora de irme...

Sonrió algo decepcionado. Fue en busca de sus zapatos y se lo puso, aguantaba tanto echarse a llorar, no quería demostrar lo débil que era en frente de Max, aunque, Max sabía perfectamente que Julen era débil.

—Nos vemos...

No, Julen no quería verlo, o caería nuevamente a sus brazos como todo un idiota. Salió de la casa de Max rápido, bajo las pocas escaleras que habían en la entrada y comenzó a caminar hacía su departamento.

Max no lo siguió, y se sintió tan mal por eso. El camino para Julen se hizo bastante largo, pero al final llegó a su departamento. Optó por el ascensor, no le importaba la época.

Ningún mensaje de Max diciendo; "Iba a decírtelo, lo siento" No recibió nada, absolutamente nada. Quizás sería mejor olvidarse de el de una vez y ver a personas nuevas.

Me enamoré de un Heterosexual.  [ChicoxChico]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora