Parque de diversiones

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-Temo: P-pero Ari, mira cómo estás, déjame curarte o algo, ven acá -sostuvo la mano de Aristóteles y se dirigieron a la sala-.

Aristóteles se sentó en el sofá y mientras tanto, Temo fue a buscar algo para calmar un poco la sangre que salía del cuello de Aristóteles. Pasaron unos segundos, y Temo llegó con un par de algodones, vendas adhesivas y alcohol, cortó un pedazo de algodón para remojarlo en el alcohol.

-Temo: Puede que arda, pero es mejor para que no se te infecte -llevó el algodón hasta el cuello de Aristóteles y lo comenzó a limpiar.

-Ari: ¿No te cansas de ser tan perfecto? -dijo con voz tierna-.

-Temo: ¿Qué?, ¿por qué lo dices?

-Ari: Lo que oíste, aparte de ser lo que eres, me cuidas tan bien, siempre te preocupas por mí...

-Temo: -Tomó la palabra- Tahi, siempre lo haré, eso hago por ti, porque eres mi novio -exclamó orgulloso-.

-Ari: Eres tan irreal, de verdad que nunca te dejaré ir de mi vida -acercó su nariz hacia la de Temo-.

El tiempo se congeló junto con un dulce beso esquimal, dándose caricias y lindas sonrisas el uno al otro. Esas pequeñas cosas son las que más disfrutaban, siempre y cuando estuvieran juntos toda una vida.

-Temo: Listo, ya quedaste -dijo mientras colocaba una vendita adhesiva sobre el cuello de Aristóteles-.

-Ari: Ahora que me doy cuenta, no era para tanto -comenzó a reírse-.

-Temo: No importa si era muy grande o muy pequeña, puedes infectarte.

-Ari: Lo sé Tahi -bostezó-.

-Temo: Ya es muy tarde amor, vamos a la cama.

Sin más qué decir o hacer, se fueron rendidos a dormir.

A pesar de haber sido la primera semana de clases en su universidad, esta pasó demasiado rápido, y el fin de semana ya había iniciado con un lindo amanecer, pájaros cantando y con un buen clima para salir de casa. Pero era evidente que también fue una semana muy productiva.

-¡Ya despiértense! -gritó Carlota detrás de la puerta-.

-Ari: ¡Dejen dormir, es sábado! -contestó-.

Se detuvieron aquellos gritos y golpes en la puerta.

-Temo: Al fin nos dejaron -suspiró-.

Los ruidos volvieron a aparecer, sólo que esta vez como si quisieran abrir la puerta de su cuarto, hasta que finalmente la pudieron abrir. Y el primero que asomó su cara fue Diego, junto con Carlota detrás.

-Temo: ¡Oigan!, ¿qué les pasa?

-Diego: Queremos ir a un parque de diversiones, ya casi son las 11 de la mañana, es un día perfecto para ir, ¡vamos!

-Carlota: Sí, tenemos que ir, esta semana fue muy dura, así que hay que desestresarnos.

-Ari: Bueno, está bien, me convencieron, ¿tú qué opinas Tahi?

-Temo: Pues me parece una muy buena idea, sólo que nos den unos minutos para arreglarnos.

-Diego: Tienen exactamente 15 minutos, sino están a tiempo, los dejamos aquí.

Pasados los 15 minutos, los dos ya estaban bien arreglados, sólo faltaba tomar el desayuno.

-Ari: Sólo nos falta desayunar, ¿nos esperan?

-Carlota: No, no, no, llévense unos panes y unas pequeñas leches que hay en el refrigerador, se lo van comiendo en el carro.

-Temo: ¿Carro? -preguntó desconcertado-.

-Diego: Así es, mi papá nos va a llevar.

Para llegar al parque de diversiones les tomó 20 minutos, en realidad no estaba tan lejos, pero el padre de Diego se había ofrecido nuevamente en llevarlos, como los días de escuela.

-Ubaldo: Me llaman para venir por ustedes -miró a todos con firmeza-.

-Diego: No te preocupes papá, no creo que haga falta, nos podemos ir solos.

-Ubaldo: Si hace falta, no discutiré eso, me llaman a mi celular y punto -finalizó con una sonrisa-.

-Diego: Está bien, te hablaremos -rodó sus ojos-.

Ubaldo se alejó del lugar y así se fue perdiendo entre los demás automóviles, hasta que finalmente se fue.

-Carlota: Bueno, pues... ¡vamos! -expresó con una gran sonrisa y comenzó a correr hacia la entrada del parque- ¡corran!

Todos decidieron seguir a Carlota, realmente parecían niños pequeños yendo por primera vez a un parque de diversiones.

Consiguieron entrar sin ningún problema al parque, y cuando pasó, optaron por ir a su primer juego mecánico, una montaña rusa, la más alta de todas. Sólo que las ansias debían esperar por la gran fila que había para subirse.

-Temo: B-bueno, al menos sé que este será un gran día, ¿verdad Tahi? -abrazó a Aristóteles-.

-Ari: P-por supuesto -tragó saliva y se notaba en su rostro preocupación, miedo y nervios-.

-Diego: Pues no te veo tan seguro -observó a Aristóteles directo en la cara-.

-Temo: Diego tiene razón, ¿pasa algo?

-Ari: Es sólo que...

-Carlota: ¿Nunca te has subido a una montaña rusa? -terminó la frase de Aristóteles-.

Aristóteles se quedó callado por un largo instante, hasta que Temo trató de calmar sus nervios y habló.

-Temo: Nunca te has subido, ¿cierto?

-Ari: La verdad es que no, me avergüenza eso porque en realidad quiero mostrarte que nada me da miedo -agachó su cabeza-.

-Temo: Ari, no siempre tienes que demostrarme que eres fuerte, todos tenemos miedos -acogió la cara de Aristóteles con sus manos-.

-Ari: Lo sé Tahi, perdón por no ser lo suficientemente valiente.

-Temo: No, perdón a mi por no haberte preguntado antes.

-Diego: Te entendemos Ari, si te quieres subir está bien, sino, también.

-Carlota: Exacto, tú decides.

-Ari: Tengo miedo, mucho, pero si quiero subirme, sería una nueva experiencia en mi vida, acompañado con el mejor novio del mundo -alzó la mano de Temo y la dirigió a sus manos para besarla-.

Temo se sonrojó completamente que todos se percataron.

-Carlota: ¡Ay qué linda pareja son! -entonó emocionada- cuando se casen tengo que ser madrina en algo -bromeó-.

-Temo: Claro que si, no lo dudes ni un poco.

-Carlota: Más les vale.

-Diego: Bueno ya, ¿si te vas a subir o no Ari?

-Ari: Sí, si lo haré -dijo finalmente con absoluta confianza-.

Bueno, pues les traigo su regalito de navidad, les deseo lo mejor en estas fechas, que se la pasen increíble con sus familiares y amigos, los amo mucho :D

Espero que les haya gustado este capítulo, si es así, apóyenme con su voto y dándome follow, por favor uwu.

Muchas gracias por el apoyo <3

~sheldgo

Tahi (+18) || Aristemo (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora