Bajo la lluvia

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La mañana del domingo no apareció con resplandeciente sol, sólo un cielo nublado y lluvioso.

Diego y Carlota fueron los primeros en despertar, se dirigieron a la sala y se percataron de que Aristóteles y Temo se quedaron dormidos en el sofá abrazados tiernamente.

-Diego: Creo que se durmieron muy tarde porque aún no se han dado cuenta que ya estamos despiertos -dijo con una leve sonrisa-.

-Carlota: Lo puedo notar -agregó igualmente con una sonrisa-.

-Diego: Sabes... -miró fijamente a Carlota-creo que el ser gay es muy difícil, muy cansado -agachó su cabeza lentamente-.

-Carlota: ¿Por qué lo dices? -preguntó desconcertada-.

-Diego: Porque el encontrar a tu alma gemela es lo más complicado -continuó ya con unas lágrimas apenas perceptibles-.

-Carlota: No te rindas, al contrario -posó su mano encima del hombro de Diego- tienes que seguir buscando, "el que busca encuentra", eso siempre dice mi mamá.

-Diego: Lo sé, pero lo más triste es que no he dado ni un maldito beso, ¿te das cuenta?, ni mi primer beso he dado y ya tengo 18 años, y es lo que más deseo en este momento, ¿qué tal si para mi no hay nadie destinado para estar conmigo? -intensificó su llanto-.

-Carlota: -sostuvo a Diego entre sus brazos y siguió hablando- No digas eso, todos tenemos nuestra otra mitad, es sólo cuestión de que todo vaya a su tiempo, estoy segura de que alguien te amará tanto como nosotros o quizás más que nosotros, puedo apostar que en este momento igual te está buscando, sólo deja al destino que se encargue de eso y lo tendrás a tu lado cuando menos te lo esperes.

-Diego: No creo, me he enamorando bastantes veces, siempre fallo, un ejemplo en esas aplicaciones de ligue gay, nadie me habla, creo que no soy lo suficientemente atractivo para llamar la atención de alguien, así que tendré que acostumbrarme...

-Carlota: No, para mi tú eres un chico muy lindo, que vale mucho la pena, más bien ellos no te merecen en este caso, por favor ya no pienses eso -abrazó a Diego con fuerza y lo dejó ahogar sus lágrimas entre sus brazos-.

-Diego: Es que de verdad que deseo encontrar el amor, no sabes la curiosidad que me da sentir algo real, por alguien que me haga sentir amado todo el tiempo, que esté siempre para mi, y yo para él, eso quiero, en serio si tuviera la oportunidad, daría mi corazón sin dudarlo.

-Carlota: Te lo vuelvo a decir y aclarar, así será, la vida te pondrá el amor cuando sea el momento más adecuado -le expresó con una cálida sonrisa-.

-Diego: Eso espero -devolvió la sonrisa-.

-Carlota: Bueno, igual yo espero que lo hayas entendido, pero por ahora ya tengo hambre, ¿desayunamos hot cakes? -espetó alegre-.

-Diego: Ay si, vamos -se encaminó junto con Carlota a la cocina-.

El fuerte olor a hot cakes hizo que tanto Aristóteles como Temo despertaran al momento en que se estaban preparando.

-Temo: ¡Huele súper rico!

-Carlota: Hasta que despiertan dormilones -comentó desde la cocina-.

-Diego: Vengan, hay que desayunar, ya está casi listo -entonó-.

-Ari: ¡Ahí vamos!

Disfrutaron de un delicioso desayuno acompañado de buenas risas y bromas entre ellos y después de unas horas más decidieron sólo quedarse en el departamento para divertirse viendo películas o jugando juegos de mesa ya que el clima en ese día no daba ánimos para salir a algún lugar en específico.

-Carlota: -observó detenidamente el exterior y dijo- No puedo creer que aún siga lloviendo, la verdad ya me aburrí un poco.

-Diego: Aún así no dan ganas de salir, habrán mejores días para hacer algo lindo -comentó alegremente-.

-Ari: Claro que podemos hacer algo ahora -se encaminó a la puerta principal y la abrió- podemos tener diversión mojándonos -salió al estacionamiento y comenzó a saltar sobre los charcos-.

-Temo: ¡Tahi, te va a hacer daño, te vas a enfermar! -gritó preocupado-.

-Diego: Es buena idea, ¡hay que mojarnos!

Finalmente los cuatro optaron por salir a la lluvia y mostrar su niño interior.

Mientras tanto, Aristóteles y Temo se tomaron de las manos para comenzar a bailar al ritmo que ellos desearon. Era un momento tan especial y perfecto que parecía que todo su exterior pasaba en cámara lenta. Aristóteles sujetó la cintura de Temo y lo acercó para darle un cálido beso bajo la lluvia.

-Temo: Esto sólo se puede describir en una palabra, HERMOSO.

-Ari: Y junto a tu lado lo es más, mi Tahi, mi amor, mi todo, y tan enamorado estoy de ti que soy capaz de gritarlo a los cuatro vientos -posó sus manos sobre su boca y comenzó a gritar- ¡Temo es el amor de mi vida y estoy orgulloso de estar con él!

-Temo: ¡Tahi! -intentó callar a Aristóteles y luego empezó a reírse-.

-Ari: ¿Lo ves?, mi amor es tan grande que sólo grito por ti y podría hacer cualquier otra cosa tan loca como esa.

-Temo: Lo sé, igual yo lo haría -lo abrazó y besó con delicadeza-.

-Carlota: Qué lindos se ven, les tomaré una foto -dijo desde el otro extremo del estacionamiento-.

Y así es como las fotografías pueden capturar un momento tan emotivo, que a la hora de mirarlas son capaces de transmitir diversos sentimientos sin olvidar aquel instante en que sucedió.

¿Ustedes creen que los besos bajo la lluvia son muy cliché? :0

Espero que les haya gustado este capítulo, si es así, apóyenme con su voto y dándome follow, por favor uwu.

Muchas gracias por el apoyo <3

~sheldgo

Tahi (+18) || Aristemo (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora