Capítulo XVII: Ha sido un placer.

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Tal y como los pensamientos de Moon acertaron, Star decidió lo correcto: Volver con ellos.

Moon se quedó la tarde con el mayor, mientras Layla se retiraba y regresaba con sus amigas algo desilusionada, y esto claro lo notaron las demás.

- Layla -la abrazó Musa, la morena correspondió su abrazo. Se sentía derrotada, y rota, como si su corazón no soportara la idea de perder a Nightly. En tan poco tiempo se había convertido en una persona muy importante para ella. Sintió que las lágrimas estaban a punto de salir y tembló. Por primera vez desde la muerte de su ex-prometido Nabu había hecho tanta conexión con alguien, había abierto su corazón y sin querer él había entrado poco a poco. Lo admitía: Se había enamorado del príncipe Nightly. Alguien inalcanzable para ella.

Helia miraba el suelo sentado en las escaleras de la escuela, algo apartado del grupo, el sentimiento que Layla compartía por el príncipe era algo que de igual manera le afectaba, porque él también sentía algo por Star. El problema era de que había estado tan concentrado en sus sentimientos que no se dio cuenta si la pequeña niña sentía lo mismo que él. Recordó lo que Bloom le dijo al día siguiente que platicó con Star la primera vez. Si, lo sabía, aunque no pensó que llegaría tan pronto.

»Flashback:

Hace dos semanas exactamente estaban en otra tienda de ropas, Stella y Star parecían llevarse de maravilla con los conjuntos que la primera creaba, los especialistas y Bloom los miraban de lejos.

- Helia, ¿podemos hablar un momento? -preguntó la pelirroja.

- Mmm... Claro -dudó un poco, ambos salieron de la tienda, Bloom suspiró y miró fijamente al azabache.

- Faragonda cree que Moon pueda volver por Flora y Nightly -empezó, recordando las palabras de su directora. El chico bajó la mirada -. No sabemos en cuánto tiempo llegue a sanar Nightly, quizá si hacemos que Flora se encariñe con nosotros...

- ¿Estás diciendo qué... Tal vez...

- Pueden convivir juntos el tiempo que se pueda, quizá Flora todavía sienta algo por ti, y si es así, probablemente no volvería con Moon -le dijo calmada. Helia la miro. Volver a enamorar a su pequeña, podría dar resultado...

- Lo intentaré -le dijo seguro.

» Fin del flashback.

Había olvidado por completo cual era su misión desde un inicio. El plan era enamorar a Star, no que él se enamorara más de lo que ya estaba. Si que será idiota.

Un carraspeo le hizo levantar la vista, sus ojos se encontraron con esos ojitos rosados que de alguna manera, ya se había acostumbrado ver. Las mejillas de la joven se tiñeron de carmesí sin querer.

- ¿Puedo hablar contigo? -pregunta con una voz baja.

- Seguro -Helia se levantó de las escaleras. Sus cuerpos estaban a centímetros, tan cerca que si Helia quería la hubiera tomado del mentón y la hubiera besado. Pero, no era correcto.

Star empezó a dudar en si tomar la mano del chico estaría bien, pero al final lo hizo. Tomó la mano de Helia, entrelazando sus dedos, sintiendo como la mano del chico la apretaba con delicadeza, ambos fueron al bosque, no muy lejos de Fontana Roja. Star miraba cada detalle de lo que la rodeaba, y sus ojos se detuvieron en el atardecer que empezaba a filtrarse por los arbustos. Luego miró a Helia.

- Creo que.. -empezó, suplicando a la constelación más cercana que la ayudase a no llorar o entrar en pánico.

- Star -interrumpió el muchacho -. No digas nada, por favor -pidió el mayor, sin mirarla. Le dolía. Por segunda vez perdería al amor de su vida, no quería una tercera vez... No lo soportaría, había vivido demasiado tiempo sin ella y ahora se la quitan por un tonto reino el cual gobernar. Trago duro cerrando sus ojos.

- Helia, de verdad lo...

- No digas que lo sientes cuando no tienes la culpa de nada -la miró con tristeza -. Sólo por hoy y esta noche, quédate conmigo -la abrazo. Star se acurrucó en su pecho, sintiendo una de las tibias manos de Helia rodear su cintura y otra sobre su cabellera, acariciándola con cariño, no... Algo más, quizá... Lo que ella había sentido desde que empezó a salir con aquel chico tan guapo todas las tardes.

Él, quien le contaba maravillas de su vida y lo que era antes. Él, que le ayudaba a pintar y le mostraba los cuadros que había hecho. Él, que le hacía figuras de papel, sobre todo aviones que lanzaban mutuamente en el campo de flores. Él, que le regalaba infinidad de poesías que creaba con su mente brillante todas las tardes. Él, que la dejaba acariciar su cabellera larga cuando se recostaba en sus piernas mientras él la miraba con amor a través de las sombras de los árboles. Él, que sin querer la había enamorado con esa sonrisa y esos ojos azules. Él, quien se había quedado para y por ella, apoyándola, abrazándola y riendo cada tarde... Helia, el chico del cuál estaba perdidamente enamorada.

- Lo siento.. -susurró contra su pecho, aferrándose a él, como si la vida dependiera de eso. Era valiente por su familia pero... ¿Por qué no serlo por la persona que realmente amaba? -. Nunca diría que me arrepentí de todo esto. Pero...

- ¡Shhh! Lo sé, preciosa, lo sé -y lo sabía, había visto hace unos minutos las mismas emociones que él sentía hacia ella. Sus ojos eran el reflejo de su alma. Un alma que realmente le correspondía. La atrajo más hacia él, sintiendo las lágrimas de su compañera empapando su camisa -. Star... Tú... ¿Quieres quedarte conmigo?

- Si...

- ¿Lo harías?

- Naturalmente -respondió separándose de él y mirándolo fijamente a sus hermosos ojos azules. Helia limpió con las yemas de sus dedos las mejillas rosadas de la chica, acercándose a ella y sintiendo la respiración de la niña muy cerca de su rostro. Sus frentes se unían, sus narices rozaban, sus ojos se encontraron y sus corazones empezaron a derretirse por la cercanía.

- Entonces bésame -le susurró a escasos milímetros de sus rosados labios.

- Será un placer -la pequeña cortó la distancia. Helia llevó sus brazos a la cintura de la chica, mientras que Star lo hacía hacia el cuello del chico, jugando con su cabello largo y pasando sus manos por este. Ambos cerrando los ojos.

Los labios de Helia aprisionaron los labios de Star a diestra y siniestra, en un baile que él llevaba el control y donde la pequeña se sentía totalmente sumisa a aquella boca que deseó probar alguna vez entre sueños. Los labios masculinos del chico sabían mejor, un sabor a fresas inundó su paladar mientras trataba de seguirle el ritmo al muchacho. Lento, suave y amoroso, como dos amantes que hace años no se ven y que querían recuperar el tiempo perdido, costara lo que costara.

La separación para ellos sería lo más difícil, pues el oxígeno interrumpió su momento. Star jadeaba tratando de recuperar el aire por aquel apasionante beso mientras escondía su rostro en el pecho de Helia, con las mejillas rosadas y los labios un poco hinchados por tal acto, pero con el fuerte deseo de querer más de ese increíble momento. La situación con Helia no era muy diferente, también necesitaba más de ella.

- Oye.. -dijo Star sin mirarlo. Aún estaba muy roja por lo sucedido.

- ¿Mmm? -pronunció el azabache.

- ¿Podemos... Volver a repetirlo? -lo miró y Helia le sonrió de manera cerrada.

- Siempre que tu quieras, princesa -la niña le sonrió. Helia, tras pronunciar esas palabras, volvió a besarla con amor.

No hacía falta el "¿Qué somos?", o "¿Qué pasará mañana?". Ellos se amaban y con eso bastaba para disfrutar ese momento. Algunos segundos después, volvieron a separarse, sonriendo en medio del beso, Helia miraba los ojos de la pequeña, brillantes cuál estrellas alumbrado una noche de verano. Y supo que ella estaba bien, pero sobre todo feliz. Por primera vez en más de un año, pudo sentirse plenamente feliz y amado.

𝔽𝕣𝕚́𝕒 𝕔𝕠𝕞𝕠 𝕖𝕝 𝕙𝕚𝕖𝕝𝕠 ❆╎𝒇𝒍𝒐𝒓𝒂 & 𝒉𝒆𝒍𝒊𝒂.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora