Estoy solo. Estoy solo para desafiar esta crueldad, para desafiar a este cruel mundo, este mundo donde los muertos caminan entre los vivos, y las criaturas infernales gobiernan la noche. A nosotros, los humanos, nos gusta pensar que somos dueños de este planeta, que se hizo nuestro simplemente por sobrevivir en él. Qué equivocados estamos. Vinimos aquí hace muchos años, en busca de refugio después de que nuestro planeta natal comenzó a morir. Nadie sabe por qué sucedió.
Algunos dicen que fue culpa nuestra, otros dicen que era solo el cambio climático, y otros varios dicen que el mundo ya había estado muriendo desde hace mucho tiempo. De todos modos, la situación nos llevó a buscar en las estrellas, a encontrar otro lugar el cual llamar "Hogar", aunque "Hogar" no es como yo llamaría a este lugar, mas bien... ¿Refugio?
Claro. Refugio por supuesto, pero nunca hogar. Tiene océanos y bosques similares a los que teníamos en nuestro hogar, incluso desiertos. Tiene todas las cosas que necesitamos para sobrevivir, solo tenemos que trabajar un poco para él, al menos es lo que nuestros líderes dirían. Pensábamos que todo había pasado, nada de tener que "luchar para sobrevivir". Pensábamos que todo había terminado hace mucho tiempo, que estábamos en casa de vuelta. Pero, una vez más, estábamos equivocados. La primera vez que aterrizamos lo hicimos lo más sensato posible. Empezamos con la agricultura.
Agricultura, la columna vertebral de la humanidad. No quedaba mucho de la humanidad, pero pudimos ponernos todos de acuerdo más o menos en que la comida es importante. El suelo era más o menos el mismo que el de nuestro Hogar, por lo que podríamos plantar y hacer crecer las mismas cosas. Después de un tiempo empezamos a criar animales: vacas, pollos y similares. Las cosas iban bien, o eso me han dicho, pero poco después, empezó a suceder...
Hubo terremotos que dividen la tierra, abriéndola, revelando cientos y cientos de cavernas. La gente tenía curiosidad, y naturalmente, se fueron a explorar. Del grupo de once personas que fue, nadie volvió. Bueno, eso no es del todo cierto, había un hombre que regresó, el era el único de su equipo en volver.
Él no era un "centro de atención", como dirían algunos. ¿Yo? Yo solo diría que había ido con un palo de mierda. Aparentemente, él y su equipo habían sido atacados por "cosas" en las cuevas. Pero eso no es lo que llamó la atención de la gente.
Le contó a la gente sobre los cristales hermosos que había visto, muy diferentes de cualquier otro. Nadie le creyó al principio, hasta que él les mostró un trozo de una piedra que había encontrado de las paredes, según lo que me han dicho, era de color azul brillante, claro como el cristal y más duro que el acero. Algunos herreros locales dijeron que podían forjar armas y armaduras con esos minerales. Oh sí, usted me ha oído bien. Herreros nos hicimos, completamente medievales poco después de aterrizar. De todos modos, más y más gente comenzó a entrar en las minas.
De repente, ser un minero se convirtió en la próxima gran cosa. Esas piedras azules no eran las únicas cosas que encontraron allí, oh no, encontraron oro, hierro e incluso algunas cosas que nunca habíamos visto antes. Había algunas piedras púrpuras extrañas que la gente decía que estaban maldecidas o algo así, y algunas que te podían enviar a los infiernos, algunos llegaron a afirmar que habían estado allí. Yo no lo creo, pero, ¡Eh!, vaya mierda más rara lo que cuentan.
Había algunas cosas de polvo rojo también. La gente decía que podía conducir la electricidad muy bien, pero era muy difícil, más complejo que cualquier cosa que hayamos visto. Personas obtuvieron trabajo, sin embargo, algunos estaban bastante bien sin el. Pero ni hablar del negocio de mineros, prosperaba en todas partes. Ese chico, ya sabes, ¿El loco? siguió tratando de advertir a la gente que ellos no sabían lo que estaban tratando.
Decía que este mundo no iba a dejar que se lleven sus preciadas joyas, bueno, al menos no sin una lucha. La gente se reía, lo llamaban loco por decir eso... deberían haber sabido mejor. Poco después, los mineros comenzaron a desaparecer en gran número. Los que regresaban dijeron que se sentían como si estuvieran siendo observados por algo, o por varios.
No sé cuando sucedió; todo lo que sé es que nadie estaba preparado para ello. Todas sus herramientas preciosas eran repentinamente inútiles. Ellos trataron de defenderse, sin duda, pero ya era demasiado tarde. Ciudades enteras fueron destruidas. Nadie sabía cómo sucedió, o que lo causaba. El único que podía responder era el "loco", pero la única cosa que decía era "Deberían de haberme escuchado...".
"Es demasiado tarde, han llegado a la superficie, y ahora que saben que estamos aquí, nunca se irán". Nuestros líderes enviaron exploradores, pero muy pocos volvieron. Cada uno que volvía, tenía una historia diferente. Algunos decían que eran muertos vivientes, otros dicen que eran insectos gigantes, y otros dijeron que no sabían qué era lo que veían; extrañas cosas verdes retorcidas, altas figuras oscuras escondidas en la niebla, entre otras cosas. Todo el mundo pensaba que se habían vuelto locos también. Había poco o nula esperanza, la mayoría de la gente se había dado por vencida.
Unas pocas almas valientes, a pesar de la situación, siguieron excavando profundamente en la tierra. Trajeron con ellos la respuesta a esta plaga: La luz del sol.
Lo se, los ataques ocurrieron solamente en la noche, pero nadie había puesto cabos. La mayoría de las criaturas se incineraban cuando entraban en contacto con la luz solar. Ni siquiera podían estar de pie cerca de la luz artificial. Habíamos estado viviendo en la oscuridad durante tanto tiempo, que nunca vimos la respuesta tan fácil, todo lo que necesitábamos era la luz. Pronto, las antorchas se colocaron alrededor del exterior de las ciudades y en el interior de las viviendas. La gente tenía la luz con ellos dondequiera que fueran. Al menos, eso es lo que he oído.
Ya ves, yo estaba atrapado en mi casa hace un tiempo. Mi ciudad era una de las más atacadas, pero sobreviví bloqueando mis puertas y ventanas. Mi comida estaba empezando a agotarse, sin embargo, pensé en salir a la calle y vi la tranquilidad en la ciudad otra vez.
No todas esas cosas mueren en la luz del sol. Algunos de ellos esperan. Esperan a que demos un paso afuera, y luego atacan. Vi a uno fuera de mi ventana hace unos días. Me miró a mí, con esa horrible mueca en su rostro.
Estoy escribiendo esto para quien lo encuentre. Espero algo de la información que recogí puede servirle, y tal vez le ayudará a sobrevivir. Voy a salir. Tengo un poco de equipo en un cofre detrás de mi casa. Tal vez si corro suficientemente rápido, no me van a atrapar. Bien, ya estoy... Espera, ¿qué es ese silbido?
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