Las cartas de Penny

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La pintura cae en el lavamanos. Me quito hasta la ultima gota de maquillaje. Los rastros desaparecen  y el agua fría sobre mi cara me regresa a la realidad. Levanto la vista. Otra vez me veo enfrentado con un espejo. Pero éste es más claro. Estoy en casa. Detrás de la pintura reaparece mi verdadero rostro. Pero quién soy?? Aún hay sangre saliendo de mi nariz y mi labio está partido. Mi ropa…está toda salpicada de rojo. Me la quito toda y la tiro en una esquina del baño. La camisa, el chaleco, hasta el pantalón. Me quedo solo con la ropa interior sobre el cuerpo. Debo deshacerme de todo, todo lo que tenga sangre. Mis manos…mis manos también están cubiertas de sangre!! Oh, maldito color, imposible de quitar!! Las lavo frenéticamente para eliminar hasta el último rastro. Qué sucedió esta noche?? Mi vista baja hacia el bolso. Por un segundo tengo la esperanza de que nada de esto haya sido real. Quizás solo me golpearon como siempre, quizás esta sangre es solo mía. Pero al abrir el bolso encuentro la pistola…y está vacía. Sí lo hice…

Es una suerte que mamá no me haya escuchado entrar. Como siempre, debe estar en un sueño profundo. No enciendo ninguna luz. Me limito a prender un cigarrillo y sentarme a fumar para tranquilizarme. Mis manos…aún hay sangre en mis manos. Aunque ya no están manchadas de rojo, pero puedo percibir la sensación de ese color sobre mi piel. Mis piernas tiemblan descontroladamente y siento que me sobreviene un ataque. Qué hice?? 

-JAJAJAJJAJAJJAJJJAJAJ

Tomo uno de los almohadones del sofá y lo presiono contra mi cara para ahogar el sonido de mi risa. Mi frente está empapada de sudor y aunque estoy casi desnudo, no siento frío. 

-JAJAJAJAJAJAJAJAJAJ

Me doblo en dos. La mandíbula me duele a causa del esfuerzo que hago por contenerme. Las carcajadas sacuden todo mi cuerpo. Sé que las paredes del edificio son muy delgadas y solo espero que nadie me pueda oír. 

Toc toc.

Me pongo de pie como si un rayo me hubiese impactado. Mi corazón late con fuerza. No…no por favor. Sophie? 

Toc toc.

-Arthur?

Mis ojos están fijos sobre la puerta de donde viene su voz. Mis pies retroceden hasta que mi espalda toca la pared que está atrás. A mi lado está la mesita donde me siento a escribir mi diario. Mi mano se apoya sobre el respaldo de la silla, la aparto, me pongo de rodillas sobre el piso y me escondo debajo de la mesa, tapándome las orejas con ambas manos. Mi cuerpo se mece maniacamente hacia adelante y hacia atrás. No quiero escuchar ese sonido. Sophie…vete por favor…no puedo tocarte con estas manos…

Despierto sobre el sofá y no logro recordar cómo llegué ahí. Poco a poco reconstruyo los sucesos de anoche en mi mente. Tomo un baño con agua helada y en seguida mamá me llama para que la ayude a llegar hasta la sala donde enciende el televisor y se pone a ver las noticias, al igual que todas las mañanas. Ella no se percata de nada. Es un día más igual que cualquier otro. Preparo el desayuno en la cocina como de costumbre. 

-Feliz, Thomas Wayne está en la tele! Ven a ver! Le están preguntando acerca de un horrible asesinato que ocurrió en el metro anoche.

Por poco dejo caer mi plato al escuchar eso.

- Por qué a él?- pregunto, y me apresuro a sentarme delante del televisor.

Ahí está Wayne. 

-Los tres eran empleados de la Corporación Wayne. Aunque no los conocía personalmente, todos nuestros empleados, antiguos y actuales, son familia.

-Oíste? Él dice que somos familia. Te lo dije.

-Shhh mamá, quiero escuchar!

Las imágenes de esos tres hombres me miran desde la pantalla. Los reconozco inmediatamente. 

Sonríe y pon tu mejor caraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora