02. Rudolph

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— ¿Os falta mucho?

Lucas se dió la vuelta y veía como Max comprobaba el horno.

— ¡Cinco minutos! —dijo la pelirroja desde la cocina.

— ¡Agg! Enserio, llevamos más de 20 minutos esperando. —se quejó el azabache.

— Dicen que lo bueno se hace esperar, Wheeler. —dijo su amigo al otro lado de la barra con un tono de doble sentido.

— Muy gracioso Lucas...

— Era solo una broma tío. —dijo dándole una palmada en el hombro al ver que Mike no parecía de buen humor.— Venga. ¿Es que todavía no se lo has dicho? ¿A qué estás esperando?

— Iba a hacerlo Lucas. He estado a punto. Hasta que has aparecido tú con tu estúpida idea de venir a la pizzería.

— Tío, ¿pero es que no lo ves? Te he conseguido una cita con él. Literalmente. Vais a estar los dos solos comiendo la mejor pizza del mundo toda la tarde. ¿Que mejor momento para declararte que este?

Ambos dirigieron la mirada al castaño. Sentado en una de las mesas del restaurante ojeaba uno de los menús de la pizzería mientras espera a su amigo. Mike no podía evitar sonreír al verle. Su flequillo lateral y aquel jersey de lana le quedaban tan bien, y a la vez, realzaba el color rosado de sus mejillas. Will era simplemente perfecto a los ojos del azabache.

— No es el momento. —volvió a dirigirse a Lucas.—Además aquí hay demasiada gente. Prefiero que estemos a solas.

Había planeado aquel momento durante tanto tiempo. Tenia que salir perfecto. Al fin y al cabo era su único propósito de año nuevo. Las Navidades pasadas prometió que le diría por fin a Will lo que realmente siente por él. Y apenas quedaban dos semanas para que el castaño regresase a su ciudad.

Empezó a agobiarse ante aquella situación. Lo veía tan complicado y se le agotaba el tiempo. Pronto tuvo una gran idea.

— ¡Tengo un plan! —dijo mientras se levantaba de la butaca de la barra— Traernos las pizzas a la mesa cuando estén listas, ¿vale?

Lucas asintió con la cabeza y el azabache se dirigió a la mesa más cercana a la puerta del restaurante. Mientras se acercaba veía como Will revisaba algo en su mochila y lo volvía a esconder en el bolsillo pequeño. Mike sentía curiosidad.

— ¿Que es eso? —dijo mientras se sentaba enfrente del castaño.

— Ah, emmm... esto no es- no es nada, tranquilo. —respondió algo nervioso.— te han- ¿te han dicho cuánto falta?

— Sí, ya les queda poco. —respondió el azabache dedicándole una sonrisa.

Su amigo le devolvió la sonrisa como de costumbre. Mike notó como la nariz del pequeño tenía un ligero color rojo causado por el frío que inundaba las calles de Hawkins. “Es adorable” no paraba de repetir el azabache en su cabeza.

Notaba como sus mejillas comenzaban a arder cuando hablaba con Will. ¿Cómo puedes sentirte tan nervioso y tan cómodo a la vez con una persona?

Observa al castaño con ojos de cachorro mientras Will le contaba lo que hacían en el club de arte de su instituto. Se veía tan contento hablando de su pasión, hasta se le iluminaba la cara. Le encantaba ver a su amigo ilusionado. Definitivamente Will Byers se merecía más que nadie ser feliz.

El castaño se detuvo en la conversación y dibujó una gran sonrisa en su rostro.

— ¡Ya están las pizzas!

Una chica de pelo castaño se dirigía a ellos con dos platos en las manos y le sirvió las pizzas a la entrañable pareja del restaurante.

— ¿El? ¿Que haces aquí? —dijo Mike sorprendido.— No te habíamos visto.

— Está ayudando a Lucas y a Max a servir los pedidos.—respondió Will.— Hoy están hasta arriba.

El chico miró a su alrededor, y en efecto: la pizzería tenía todas sus mesas ocupadas.

— Max me prometió ir a comer Eggos después. —aclaró Eleven y al ver que estaba interrumpiendo la cita de su hermano dijo.— Bueno os dejo, tengo que servir otras mesas. Luego nos vemos.

La castaña se dirigió de nuevo a la barra dejando a sus amigos solos de nuevo.

Las pizzas olían realmente bien. Will cogió una porción y le dio su primer mordisco.

— Mmm... —dijo el castaño saboreando su pizza tropical.— Está buenísima.

En cierto modo, Mike no lo entendía. Su amigo se había pedido la pizza con piña. ¿Pero quién en su sano juicio pondría fruta en una pizza? Y además no recordaba que a Will le gustase ese tipo de pizza. Nunca antes se la había pedido.

Aunque la verdad es que desde que se fue de Hawkins ha estado haciendo cosas que cuando eran más pequeños ni siquiera lo hubieran imaginado. Ahora Will solo escuchaba música metal, su ropa no tenía tantos colores como antes y sobretodo su pelo ya no lucía como un champiñon.

Las Navidades pasadas recibió muchas críticas por parte de los miembros del grupo cuando le vieron tan diferente por primera vez, pero al azabache no le parecía mal. Le gustaba Will tal y como era. Le encanta ver como poco a poco su amigo se descubría a si mismo y Mike podía conocerle un poco más cada día.

Después de alabar la deliciosa pizza que sus amigos habían preparado, el azabache cambió rápidamente de tema.

— Esto... ¿Te apetece que hagamos algo mañana?

— Claro, ¿que tienes pensado?

— No se, podemos ir a la pista de hielo. A patinar.

— ¿La pista de hielo? ¿La que está en el centro de Hawkins?

Mike asintió con la cabeza.

Hace un par de años la inauguraron e iban todos los findes de semana en los meses invierno. Y probablemente sería el mejor lugar en todo el pueblo para cumplir su propósito.

— ¡Que bien! No voy desde que éramos unos niños. —hizo una pausa y dejó escapar una pequeña risa.— Y recuerdo que alguien no paraba de resbalarse.

— ¡Eh! He estado mejorando mucho.

Es cierto, Mike no era muy bueno patinando sobre hielo. Siempre que iban era el que más veces se caía de los cinco. Y como El no podía ir, Will siempre estaba a su lado para levantarle cuando se tropezaba y se quedaba con él si se hacía daño.

— Al final cuando no hay nadie que te ayude tienes que aprender a levantarte solo. —continuaba el azabache.— Bueno... Entonces, ¿te parece bien?

— ¡Por supuesto! Y seguro que a Freddy le encantará también.

— Espera. ¿Qué? ¿Freddy?

— ¡Ah, es verdad! No te lo había dicho. Freddy ha venido a pasar las Navidades con su padre, que vive aquí, en Hawkins. Hemos venido juntos desde Chicago. Y cómo aquí no conoce a nadie, le he dicho que puede pasar las vacaciones con nosotros. Bueno, si os parece bien.

Freddy es el primer amigo que Will hizo cuando se mudó a Chicago, y las pocas veces que ha hablado de él daba la impresión de ser una persona bastante peculiar y siempre ha querido conocerle en persona, pero ¿enserio tenía que ser ahora?

Adiós a su gran plan. Solo tenía once días de plazo para decirselo, antes de que los Byers regresasen a Chicago. "Bueno Mike, no te preocupes, seguro que encuentras el momento adecuado. Llegará, estoy seguro de que llegará." pensó.

— Pues claro.

all i want | ✯byler✯ [parte 1: COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora