—¿A dónde vamos?—le interrogó Peter con curiosidad mientras subía al asiento de copiloto del llamativo deportivo naranja.
El castaño no respondió simplemente se dedicó a arrancar el auto para inmediatamente tomar la carretera, no tenía tiempo que perder.
—¿Tony?
—Es una sorpresa— contestó sin apartar la vista de la calle.
Tony lo sabía, sabía que era una mala combinación mantener oculto el destino de su viaje y la fuerte curiosidad de Peter, por suerte el viaje al aeropuerto fue lo suficientemente corto para aguantar solo un par de veces las preguntas de su joven novio sobre el misterioso destino.
La transición del auto hacia el jet fue fácil, claro, un pequeño arreglo por parte de Pepper por usurparle su tiempo con su héroe arácnido favorito. Antes de que el reloj marcara las dos de la mañana ellos ya estaban en su reconstruida mansión de Malibú.
—¿Qué hacemos aquí?—las preguntas seguían para desgracia de Tony quien suspiró.
Los ojos de Peter viajaban por el amplio y lujoso living, tres sillones blancos, una decoración elegante pero sobria, pero que si capturo más su atención fue el gran ventanal que abarcaba toda una pared, justo la quedaba a la playa.
Mientras esperaba la respuesta de Tony, Peter caminó hasta estar enfrente del vidrio para observar la maravillosa vista, la luna en lo alto se reflejaba en el mar, un mar inquieto que se chocaba contra la playa de arena blanca.
—Hasta los héroes necesitan unas vacaciones—respondió Tony dejando su saco y la corbata en el sillón—, y tú estabas muy inquieto.
—Yo no—intentó contradecirlo pero fue inútil.
—Pet— le silenció con una mirada que vio reflejada en la ventana—, he notado como has estado estos últimos días.
El menor apartó la mirada un poco avergonzado, desde la visita del Capitán América se había comportado diferente con Tony, muy esquivo y casi frío, tenía miedo por eso actuó así. Sin embargo no se dio cuenta que su actitud logró afectar a Tony, por eso se sentía avergonzado.
—Pet—le llamó nuevamente, colocando sus brazos en los hombros de su joven pareja—. Está bien, sí. Aprovechemos este fin de semana para estar juntos y relajarnos, después salvaremos el mundo.
El mayor pasó sus manos por los brazos de Peter, mandando una descarga eléctrica con su suave toque por el cuerpo del joven héroe hasta terminar en las caderas firmes y delgadas.
—Tony—murmuró con una sonrisa el ver como su novio apoyo su mentón en su hombro y sus brazos firmes rodearon su figura, le gustó verse reflejado en la gran ventana junto a él.
—Iremos a la playa, comeremos helado, veremos películas—le susurro promesas en su oreja de unas magníficas vacaciones.
El héroe arácnido giró su cabeza logrando que los ojos de ambos se encontraran y brillarán, antes de reclamar sus labios, los besos empezaron suaves, leves choques y roces, hasta volverse más pasionales con ruiditos que resonaban en la solitaria estancia.
Sus manos se unieron al juego, como imanes no se despegaba de sus cuerpos recorriendo cada pedacito, desde los firmes pectorales hasta el cuello suave rozando con las yemas de sus dedos. Tony rompió el beso tan rápido que de los labios hinchados del menor salió un pequeño quejido antes de convertirse en un sonoro gemido que tiñó las mejillas del menor al sentir los labios y la lengua de su amante en su blanquecino cuello.
—T-Tony—suplicó el sentir el cambio de temperatura en el ambiente, todo se había vuelto más caliente, más sofocante, las piernas les temblaban amenazando con caer, rápido rodeo al mayor en un abrazo.
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La elección de Spider Man - Starker.
Fanfic*Continuación de "El fan de Spider Man". Luego de seis meses, la relación de Tony y Peter cambio a una amistad solida, pero ¿Qué pasara cuando ambos ya no se conformen con una simple amistad y quieran más? ¿Logrará Tony atrapar a la araña? ¿Y qué se...