XVIII

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Por la mañana me levanté con cuidado, como todos los días.

Me sentía libre, por fin pude dormir toda la noche sin problemas, me sentía sin todo el peso de la culpa que me aturdía.

Me sentía feliz, pero seguía incompleto.

Le comenté ésto a Sara.

—¿Has tratado de establecer contacto con él?— preguntó.

—Para nada, no creo que quiera, y... Para ser sincero no sé si estoy listo.

—Tranquilo, Gerard, éstas cosas llevan su tiempo, no vas a dejar de sentirte así de la noche a la mañana, pero tus avances han sido realmente notorios.

—Gracias, Sara.

—Y ¿Ya pensaste qué harás con tu bloqueo artístico?

—Hace unos días saqué mi empolvada guitarra, con la que comenzó todo... Pienso escribir algunas canciones.

—Estoy realmente orgullosa de tí, Gerard.

La sesión pasó en otros detalles, como mi relación con mis padres, me encargó que hablara con ellos para superar todo lo del pasado y cerrar otro ciclo para lograr una paz mental.

Yo no lo creí necesario, pero ella insistió.

Por último, pregunté qué hacer con la carta.

—No tienes que entregarla, el propósito de la carta era tu desahogo personal, decir las cosas que no pudiste decir en su momento, pero si quieres, puedes entregársela a Frank.

—No sé cómo se lo tome.

—Te lo dije, no tienes que hacerlo, la carta ha cumplido su propósito principal.

Agradecí y salí del consultorio, después de liquidar y despedirme de Sara, volví a casa, caminando, como siempre.

En un cruce, ví en el poste del semáforo peatonal otro panfleto de aquel artista que ví en una de las revistas del consultorio de Sara, aún faltaban dos meses para la presentación que sería un 31 de octubre.

Había un hombre, de pelo corto, vestido como un vampiro con dos enormes equis en los ojos.

Era tan familiar.

La forma de su cara, sus cejas levantadas, el detalle...

Coincidencias, mi mente jugándome una mala pasada.

Al llegar a casa abracé a mi hija y besé a mi esposa, por fin quería ser el padre que mi pequeña anhelaba y el esposo que mi amada merecía.

Pasé el día con ellas, fuimos al parque, al cine, disfruté realmente el seguir vivo.

Los días pasaban de igual manera, logré hablar con mis padres, nos pedimos perdón por todo y estábamos bien, vendrían para navidad al igual que Mikey y su familia.

Pero seguía sin saber qué diablos hacer con la carta, hasta que decidí enviarla.

Bueno, entregarla.

Viajaría a Summit, solo.

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Cortito sólo para darle pie a lo que sigue :3

Somebody Else ♥ <Frerard> TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora