➵ Capítulo 39

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—Si yo fuera plomero, ricura, te destaparía el agujero.

Seungyoun escupió la bebida que estaba tomando sobre Junho, que soltó un chillido de horror y asco. Entornando los ojos para fulminar con la mirada a quien fuera que le dijo esas palabras.

Se encontró con el rostro sonriente de Maluma, y a su lado estaba-

—¡José Álvaro! —saludó Junho como si nada, haciéndose a un lado en la mesa para dejarle espacio a los recién llegados— Mira, éste es el amigo del que te hablaba, se llama Seungyoun. Es un poco gruñón pero buena persona.

Seungyoun fulminó con la mirada a Junho, que le observaba con una sonrisa inocente aunque podía leer la maldad en sus ojos. Ese enano era el hijo perdido de Satanás, ya lo tenía claro desde hace mucho tiempo.

Junho abrazó el brazo de Maluma pestañeando con seducción en tanto el recién llegado contemplaba a Seungyoun con admiración.

—Quisiera ser pirata, para encontrar el tesoro que tienes entre pata y pata —dijo Balvin sin dejar de sonreír.

Por el amor a todo lo sagrado...

—Voy a matarte, Junho —le gruñó al chico de cabello castaño.

Junho, que en ese momento estaba comiendo una patata frita que Maluma le dio, lo miró con desconcierto.

—Yo sólo quiero animarte —Junho frunció los labios— Desde que hablaste con el director para aceptar la beca estás más gruñón y triste que nunca.

Seungyoun desvío la vista, pensando en la última conversación que mantuvo con el jefe de su carrera sobre los papeles que iba a necesitar para comenzar con el traslado. Era una oportunidad única en la vida, como había dicho su profesor, e incluso su mamá comenzó a llorar cuando le contó sobre ello.

Pero a pesar de todo eso, no podía evitar pensar en el rostro sonriente de Hangyul.

No había hablado con él desde que huyó de su casa, dos semanas atrás.

—No estoy triste —mintió comenzando a comer de sus papitas— Y definitivamente no necesitaba que me consiguieras una cita —miró a Balvin, que en ese momento parecía demasiado concentrado en descifrar el coreano de los anuncios de comida— ¿Acaso tú no arreglaste tu relación con Yohan?

Junho se encogió de hombros, sonriendo otra vez con maldad.

—Ya puse mis condiciones —humedeció su labio, riéndose— Pero Yohan quedó en shock y me pidió un poco de tiempo para prepararse. Además... no he hablado mucho con él esta semana, creo que está un poco ocupado —se encogió de hombros— Pero si lo pillo con ese chico...

—Junho celos locos no lo dejará caminar un mes —bufó Seungyoun.

—Haré que me diga daddy por el resto de su miserable vida —respondió soñadoramente Junho.

Seungyoun soltó una risa baja, negando con la cabeza y sin poder creer que ese chico que lucía tan dulce y tierno fuera un diablo por dentro.

Junho iba a decir algo más, pero luego se quedó callado.

—¿Qué pasa? —preguntó Seungyoun.

—Mira, te voy a decir algo pero no te gires- ¡SEUNGYOUN, NO TE GIRES POR LA PUTA!

¿Qué se supone que iba a hacer si le decían que no se girara? ¿No girarse? Sí, claro, como si esas cosas funcionaran un poco.

Se encontró con los ojos castaños de Hangyul, posados sobre él.

Detrás, Yohan llevaba una bandeja de comida.

Si la situación no podía ser más incómoda, el amigo de Maluma pasó un brazo por los hombros de Seungyoun, atrayéndolo contra él.

Los ojos de Hangyul se estrecharon y comenzó a caminar hacia él.

Seungyoun lo miró de forma grosera, recostándose contra Balvin, pensando con rabia que Hangyul no podía reclamarle algo porque ellos habían terminado, ya no estaban juntos, y las cosas habían terminado mal así que no había otra oportunidad entre ambos.

—Quiero hablar contigo, Seungyoun —dijo Hangyul frente a ellos.

Seungyoun no lo miró, fingiendo estar leyendo un anuncio de la pared con interés.

Junho se removió en su asiento, incómodo.

—Oh, vaya, yo creí que habías cortado toda relación con Maluma, ChaCha —dijo Yohan con una sonrisa psicópata al lado de Hangyul.

—No has respondido a mi condición —replicó Junho sin amedrentarse.

Hubo un pequeño silencio.

—Esta noche iré a tu casa —dijo Yohan haciendo el gesto que solía hacer cuando se encontraba celoso: presionó su lengua contra una de sus mejillas con ojos disgustados.

—Lleva mucho lubricante, mi amor, porque no voy a follarte el culo sólo con mi polla —contestó Junho sonriendo de lado.

Yohan se giró, murmurando groserías en voz baja, y se alejó para sentarse en una mesa un poco lejana.

—Seungyoun —insistió Hangyul.

—¿Sigues aquí? —gruñó Seungyoun sin mirarlo todavía.

—Por favor.

—No hay nada de qué hablar.

Otro silencio entre ellos.

—Gatito... por favor...

Su tono de voz destrozado fue suficiente para hacerlo bufar de forma casi imperceptible, poniéndose de pie.

—Vamos a algún lugar más privado —fue todo lo que dijo Seungyoun.

Hangyul lo siguió sin dudar un poco.

Novio de alquiler ♡ | SEUNGYULDonde viven las historias. Descúbrelo ahora