➵ Capítulo 46

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Su mamá estaba ya con un ataque de histeria mientras tomaba de su vaso con café, sollozando a pesar de que todavía no se fuera.

—Mamá, el avión sale en dos horas —le dijo con exasperación.

—¡Cállate! —lloró limpiando sus ojos— ¡Vas a dejar a tu madre sola, triste y abandonada!

—Mamá, sé que te estás viendo con el vecino, las paredes de la casa son delgadas.

—Ay, al menos ya no tengo que darte esa noticia —su madre se limpió las lágrimas, echando su cabello hacia atrás en un gesto de diva— Vamos, Wooseok, arréglame que se me corrió el maquillaje.

—Como diga, señora.

—Y tú, conejo, ¿te sirvió la crema que te mandé?

—Sí señora, ahora su trasero es suavecito —contestó Junho sonriendo.

—¡Junho!

—Suavecito y apretable —agregó Eunsang.

—¡Eunsang!

Seungyoun no quería saber que se traían esos tres, así que sólo rodó los ojos, viendo por décima vez el boleto de su avión mientras su mamá iba al baño con Wooseok hablándole sobre maquillaje o algo así.

—Creí que Hangyul vendría —dijo Junho de pronto, mirando por el enorme pasillo.

Seungyoun sintió una punzada de culpa en su pecho.

—Nos despedimos anoche —mentira. No se habían visto desde la noche de Año Nuevo— No quería venir, ya sabes... ya sabes cómo es Hangyul. Ahora estaría lleno de mocos y lágrimas.

Junho suspiró, negando con la cabeza, para luego mirar a Yohan.

—Iré a comprar algo para comer, ya vuelvo —dijo marchándose.

Yohan refunfuñó una respuesta, todavía molesto, y Eunsang comenzó a estirarle las mejillas para tratar de relajarlo aunque estaba logrando todo lo contrario.

—Recuerdo cuando eras sólo un mocoso gruñón y odioso —dijo Jinhyuk fingiendo limpiarse una lágrima— Ahora ya no eres más ese mocoso, pero sigues enano.

—Voy a matarte —murmuró Seungyoun, distraído totalmente.

De alguna triste forma, también esperaba que Hangyul apareciera de pronto, se lanzara a sus brazos y le llenará el rostro de besos, chillándole al oído como solía hacer, riéndose y haciéndolo reír.

Pero sabía que era imposible, porque Hangyul seguía sin saber nada.

Y no importaba cuanto se lo repitiera, Seungyoun no podía convencerse de que la decisión que había tomado fue la correcta.





[♢]





Hangyul bostezó, retorciéndose entre sus manos, viendo la hora antes de contestar a la llamada. Eran las diez de la mañana, ¿quién lo podía estar molestando?

—¿Hola? —preguntó medio dormido.

—Nunca espero nada de ti, Hangyul, y aún así logras decepcionarme —dijo a modo de saludo Junho.

Frunció el ceño, confundido, y se enderezó.

—¿Qué hice ahora? —bostezó, cansado.

—¿Cómo qué "qué hice ahora"? —le imitó Junho fastidiado— ¡Deberías estar aquí, Hangyul!

Novio de alquiler ♡ | SEUNGYULDonde viven las historias. Descúbrelo ahora