➵ Capítulo 26

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—Lo siento.

Seungyoun se enderezó en su asiento, mirando hacia el doctor que estaba hablando con Hangyul.

El chico estaba de pie frente al hombre, con la boca temblando.

—No se pudo hacer nada.

Seungyoun dejó el café que sostenía a un lado, poniéndose de pie, caminando hacia Hangyul que parecía a punto de derrumbarse, de quebrarse frente a él.

—Lee Yerin falleció de un ataque al corazón.

—No...

La voz de Hangyul era como un gimoteo lleno de dolor, como el aullido de un animal herido, pidiendo que alguien lo agarrara, lo sostuviera en sus brazos.

—Lo lamentamos.

El doctor se retiró con la enfermera, dejando a la pareja solos.

Hangyul rompió a llorar a gritos y Seungyoun lo tuvo que sostener en sus brazos, atrayéndolo a su pecho mientras el mundo parecía desmoronarse alrededor de ellos.

El llanto de Hangyul rompía el corazón de Seungyoun por completo, pero aun así lo atrajo contra sí, besándole el cabello, acariciándole la nuca.

—Está bien, Hangyulie, estoy contigo —le murmuró en voz baja por sobre el desgarrador llanto de Hangyul, cerrando sus ojos.





[♢]





Hangyul llevaba acostado en la cama dos días, saliendo sólo para ir al baño y comer lo que le cocinaba Seungyoun.

El pelinegro suspiró, agotado, entrando al cuarto. Las cortinas estaban puestas, haciendo que el lugar se viera más deprimente y horrible que nunca.

Observó la cama con Hangyul encima, dándole la espalda, acurrucado bajo las mantas, y pensó en la vez que hicieron el amor allí mismo.

—Gyulie —le murmuró sentándose al borde de la cama, acariciándole el hombro— Hay que ir al funeral de Yerin noona.

Los hombros de Hangyul se sacudieron con el llanto, pero no se movió.

Se quedó un momento en silencio, dejando que el chico sollozara todo lo que quisiera.

—Vamos, Hangyulie, a ella no le gustaría verte así —susurró con la voz temblando.

Hangyul lloró con más fuerza.

—Quiero... Es-estar... solo... —balbuceó Hangyul entre lágrimas, moviéndose levemente para que Seungyoun dejara de tocarlo.

Seungyoun mordió su labio inferior, sin ponerse de pie.

—Hangyulie...

—¡No! —gritó Hangyul con la voz destrozada— ¡No... no lo en-entiendes! —el chico salió por debajo de las mantas, revelando su pálido rostro, sus mejillas encharcadas por las lágrimas— ¡Solo! ¡Déjame solo, Seungyoun!

El pelinegro se puso de pie, sintiendo la paciencia agotándose, pero trató de controlarse para no sonar frío y duro.

—Estaré en el comedor —le dijo girándose.

Hangyul gimió.

—¡Vete! ¡Vete, Seungyoun! —el aludido se quedó quieto— ¡¿Sabes qué día es hoy?! ¡Hoy se cumplen los seis meses, Seungyoun! ¡Fuera de mi vida! —rompió a llorar otra vez— No sirvió de nada... Yerin murió igual...

—¿De qué hablas? —la voz de Seungyoun era helada.

—De esta farsa —sollozó Hangyul— De todo esto. Necesitaba dinero para el tratamiento de Yerin, pero no sirvió... Venderme no sirvió...

Seungyoun se giró, pálido, roto.

—¿Mi mamá...?

—¡Dijo que le pagaría las quimioterapias si fingía ser tu maldito novio, pero no sirvió de nada, Yerin se fue y me quedé solo!

Seungyoun retrocedió, sintiendo su garganta apretada, sus ojos escociendo.

—Hangyul...

—¡No quiero verte, déjame solo, maldita sea!

Seungyoun obedeció.

Novio de alquiler ♡ | SEUNGYULDonde viven las historias. Descúbrelo ahora