➵ Capítulo 41

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—Intu de iunooooouuuu, ahhhhh ahhhhh ohhhhh ohhhhh-

—Jinhyuk, mi amor, ¿podrías dejar de cantar eso?

—¡Es el nuevo hit, príncipe!

—Me estás rompiendo el oído.

—Grosero.

Wooseok le sonrió a Jinhyuk, rodando los ojos, para luego darle un pequeño beso que lo iba a tener contento por el resto del día y, de seguro, haría que no siguiera cantando.

—¡INTU DE IUNOOOOUUUUUU!

O tal vez no.

En ese momento, Junho llegó corriendo donde ellos, sonriendo, mientras un tieso Yohan le seguía haciendo una mueca con cada paso.

—¡Yohan, apúrate! —le grito Junho de forma malvada.

Yohan murmuró algo inentendible en voz baja en tanto Jinhyuk y Wooseok comenzaban a reírse al notar el por qué su amigo estaba caminando así.

Minutos después, Seungyoun y Eunsang aparecieron con expresiones de sueño, pero el chico de hermosa sonrisa pareció perder todo cansancio cuando se acercó a hablar con Junho y Yohan. Por otro lado, Seungyoun bostezó y se apoyó en Jinhyuk.

—¿Ya vamos? —preguntó mirando hacia la entrada del parque de diversiones.

—Sí, sólo hay que esperar a Gyulie —comentó Wooseok.

Seungyoun asintió, tratando de no lucir un poco afectado por la mención de su exnovio. Después de todo, las cosas entre ellos estaban supuestamente bien, así que no tenía motivos para reaccionar así. Por otro lado... habían pasado dos semanas desde que mantuvieron esa conversación, ya era momento de verse otra vez.

—¿Seguimos teniendo prohibido decirle a Gyulie de que te vas? —preguntó de pronto Junho, llamando la atención de todos.

Seungyoun apretó sus labios en una fina linea por un momento.

—Sí —respondió desviando la vista— Yo me encargaré de decírselo.

Yohan bufó.

—No me gusta mentirle a mi mejor ami-

—¡Chicos!

Afortunadamente, Yohan dejó de hablar cuando Hangyul apareció con una sonrisa pequeña.

Y detrás de él venía otro chico. 

Todos miraron a Seungyoun, que seguía con el rostro impasible aunque por dentro algo le dolía.

—Lamento la tardanza —dijo sonriendo en modo de disculpa— Les presento a Kijung... un amigo.

El recién llegado miró a todo el mundo con timidez, saludando en voz baja. Los chicos le devolvieron el saludo respetuosamente, tratando de no fijarse demasiado en el aspecto de Seungyoun, que lucía más indiferente y ajeno al resto que nunca. 

—Pueden decirme Jungie —dijo Kijung tomando el brazo de Hangyul.

—Vamos —Hangyul le tomó la mano a Kijung, arrastrándolo hacia las boleterias— Podemos subirnos al juego que quieras.

—¿De verdad, Hangyulie? —preguntó Kijung.

Seungyoun apretó su mandíbula, sin poder dejar de observar las manos de Gyulie y Kijung. Mientras el resto se adelantaba, agarró a Yohan del cuello de la camisa y tiró de él.

—¡Ay, au, Seungyoun, cuidado que me duele el culo! —se quejó Yohan frunciendo el ceño.

—¿Gyulie nunca te mencionó a este chico? —le preguntó con la voz helada.

Yohan lo miró con un poco de mofa.

—¿Celoso? —se burló.

—Ya quisieras.

La sonrisa desapareció del rostro de Yohan, fijando sus ojos en Hangyul y Kijung, que estaban comprando algodones de azúcar. Hangyul le estaba diciendo algo a Jungie, que se reía en voz baja, con las mejillas un poco coloradas.

—No parece tener más de dieciséis años —comentó Yohan— No, no lo había mencionado antes. Digo... no he hablado mucho con Hangyul estas dos semanas, estaba muy ocupado por algo que no me quiso decir —Yohan miró a Seungyoun con simpatía— No te preocupes, Seungyoun, no creo que ellos dos tengan mucho futuro.

—No me importa —mintió Seungyoun cruzándose de brazos— Hangyulie puede hacer lo que quiera con su vida.

Siempre y cuando yo esté en ella, pensó ahogando los celos en su interior.

—¿Podemos subirnos a ese juego, Hangyulie? —preguntó de pronto Kijung apuntando a la montaña rusa recién estrenada.

Todos pudieron ver como Hangyul palidecía y empezaba a balbucear cosas.

—¿No prefieres ese, Jungie? —dijo Hangyul apuntando a un juego de patitos.

Kijung frunció el ceño, confundido.

—Pero ese es aburrido... —dijo sin mala intención— Pero si tú quieres, entonces...

—¡Está bien! —chilló Hangyul de pronto, pellizcándole la mejilla a Kijung— Vamos a la montaña rusa.

El rostro de Kijung se iluminó y abrazó a Hangyul, riendo.

—¡Gracias, gracias Gyulie!

Seungyoun quería matar a ese mocoso de cabello castaño que estaba abrazando a su chico.

Fueron a hacer la fila para la montaña rusa y toda la atención de Hangyul estaba sobre Kijung, que parecía estar hablándole sobre sus clases o algo que definitivamente no le importaba a Seungyoun, quien sólo miraba a Hangyul queriendo llamar su atención, que fijara sus ojos en él y en nadie más.

Por supuesto, lo logró pero no de la forma que deseaba.

Porque luego de subir a la montaña rusa y bajarse, Hangyul salió llorando debido al miedo enorme que sintió por la velocidad y los bruscos movimientos del juego. Kijung parecía totalmente mortificado por ello, tratando de sostenerlo y consolarlo, pero Seungyoun no lo soportó más y se acercó a ellos con furia mal contenida.

—¡¿Cómo se te ocurre hacer que se suba a ese juego?! —le gritó sin poder controlarse, asustando a Kijung— ¡Hangyulie le tiene miedo a casi todo!

Bueno, quizás no debía decir eso, pero no podía evitarlo.

—Yo... yo...

—¡¿Qué clase de cita quieres tener con Gyulie?! —siguió gritando Seungyoun atrayendo a Hangyul contra sí, dándole un abrazo— ¡Eres el peor novio del mundo, idiota!

Kijung lo miró, confundido, con expresión de miedo, y Hangyul se alejó de Seungyoun, parpadeando con sorpresa.

—¿Novio? —Hangyul miró a Kijung— Jungie no es mi novio ni mi cita...

¿Qué?

—¿Qué? —preguntó Eunsang mirándolos, atónito.

Hangyul se removió, incómodo.

—Kijung es... es mi medio hermano —dijo con voz tímida— Mamá quería que lo conociera.

Oh.

Bueno, eso era incómodo.


Novio de alquiler ♡ | SEUNGYULDonde viven las historias. Descúbrelo ahora