My First Love Story × MYG |+18|

V

Ya era el viernes de la fiesta de bienvenida de la escuela y había logrado subir de peso solo para ocultar mi esternón que era lo más preocupante. Me pasé horas con Amy Lee sentada en el balcón tomando el sol para tomar un poco de color.

Había tenido pesadillas recientemente, eran menos perturbadoras y esta vez salía mi madre hablándome sobre de qué no fue mi culpa. Sabía que no era mi culpa. Pero es que la ví morir. Yo la amo, aunque esté en el cielo o me esté escuchando.

Al parecer todos los años en esta escuela todos los estudiantes debían participar en los deportes hoy, opté por gimnasia. Lo practicaba cuando era pequeña. Fuí al baño y me cambié mi uniforme por la ropa de deporte. Amy entró segundos después y se quejó.

—Yo no quiero hacer deporte... — lloriqueó

— Debemos es una nota — le expliqué recogiéndome el cabello en una coleta alta.

Ella sacó su ropa de deporte y se introdujo en un cubículo del baño para poder cambiarse. Salió a los tres minutos después y ya estaba completamente vestida. Ya me había puesto mis deportivas y mis medias por encima de las rodillas. Amy se trepó encima del lavamanos y se colocó sus zapatos junto con sus medias a los tobillos, ella competiría en atletismo. En relevo para ser más específica.

Salimos del baño y recorrimos los pasillos trotando para calentar, hace años que no practico gimnasia. Intenté hacer una vuelta hacia delante, que extrañamente me salió. Todos los chicos del pasillo, murmuraron cosas como: ¡Qué increíble!, Wow..., Quisiera hacer eso. Y cosas por el estilo. Fui haciendo piruetas y mortales hacia delante hasta que llegamos al gimnasio. Me tuve que separar de Amy, pues ella debía irse a la cancha de atletismo a entrenar. Entré al gimnasio y ví mi tan apreciada lona. En ella había pasado mayor parte de mi vida ahora solo debía practicar mi rutina.

Me dispuse a entrar al centro de la lona y ponerme mis audífonos y mi teléfono lo puse en mi brazalete con una canción. Solo dejé el ritmo moverme y comencé a inventar una rutina. Después de tantos giros me detengo un poco mareada y me siento en la lona. Unos brazos me rodean y al girar mi cabeza, pude ver a Yoongi sentado detrás de mí.

— Eso fue increíble, florecita — dijo colocando su cara en mí cuello.

— Aléjate gorila —.

— Bueno... ¿Entonces vas a hacer gimnasia? — en vez de separarse, se quedó en su lugar.

— Sí; ¿Por? — le pregunté empujándolo un poco hacia atrás.

— Eso es increíble florecita, espero que ganes un buen puesto — pestañeé confundida.

— ¿Cómo? ¿Éstas actividades son competitivas? — asintió.

— Tendrás que competir contra varias escuelas. Espero que puedas ganar un buen puesto — se levantó y se fue dejándome sola en aquél lugar.

Tendría que pensar en una mejor rutina si quisiera quedar en un lugar alto y poder adquirir puntos para el curso. Por mis oídos pasó Say So de Doja Cat, rápidamente dejé que el ritmo me moviera. Movimientos venían a mí por arte de magia. El música movía mis brazos, me hacía hacer piruetas y muchos saltos a través de la lona.

— ¡Hey! —.

Me asusté de ver un chico ahí sentado en las gradas y que no me quitaba la mirada de encima. Quité mis audífonos y lo confronté.

— ¡Hey! ¡Hola! — me gritó causando que todo el gimnasio se viera repleto de ecos. Solo éramos los dos ahí.

— ¿Quién eres? — le pregunté pausando la música que aún se escuchaba.