Me llevó a comer a su casa con su familia y pasamos un muy buen rato. Despues volvimos a casa de la mano y esperamos a Cam y Bea que estarían al llegar. Cuando llegaron cogí el movil y me tumbé en el sofa, Nash detras mia y yo echada en su tripa.
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- ¿Mama?
- ¡Hola! ¿Que pasa?
- Es Bea, se quiere ir.
- ¿Que? ¿Le ha pasado algo?
- ¡No! Nada que ver, le ha dado la vena, he suspuesto que estais con sus padres como es sabado...
- Si si, estoy con ellos. Pues... no se...
- Está buscando vuelos para salir cuando sea, pero ni idea.
- ¿Lleva dinero? - le pregunté y me dijo que no.
- No, pero yo se lo compro.
- Le va a salir caro, a penas te va a quedar dinero.
- Ya mama, pero se quiere ir. - "Se lo pagamos nosotros, eso es lo de menos." Dijo Nash detrás mia y yo le dije que no con el dedo.
- ¿Y ese quien es?
- Unos amigos, estamos con ellos, le conocimos la segunda semana de estar aqui.
- Ten cuidado...
- Siiiii.
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Después de no haber aclarado nada en unos 35 minutos de conversación colgué.
- ¿Has encontrado algo? - le dije seca a Bea.
- Sale uno esta noche y otro mañana por la mañana.
- ¿Cuanto?
- 500$.
- Perfecto, me dejas seca.- se limitó a encogerse de hombros. - ¿Por que no pruebas a quedarte? - negó. - Muy bien.
Me levanté a coger el dinero y se lo puse en la mesa, cogí las llaves del coche y me puse los zapatos.
- Vamos. - Cam me miró.
- ¿Donde?
- A comprarle el billete, a ver si se calla ya.
Y despues de comprarle el billete, recoger sus cosas y llamar a respectivos padres, aquella noche se irá.
- Yo no queria que llegaseis a esto... - le miré.
- No ha sido culpa tuya Cameron... - nos encontrabamos sentados en mi casa, solos. Nash hablaba por telefono en el salon y Bea preparandolo todo.
- Por h o por b me siento culpable. Algo me dice que hice algo mal.
- Para nada... - le cogí la mano y le guiñé - ¿Sabes? Estamos juntos... - sonrio.
- ¿¡En serio!?
- Sí.... - me salió la tipica sonrisilla tonta.
- Cuenta.
- No no... - reí. - Ayer cuando nos subimos al coche hablamos y ya está, paso.
- Pero paso... - me miró con cara de pillo.
- ¡Cameron! - le solté la mano. - ¡Ya!
- Es broma. - reía a carcajadas y me abrazó cayendo hacia atras. Nos tumbamos hacia arriba los dos.
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Extraños.
Фанфик¿Que como sería un verano perfecto con uno de tus ídolos? No es el caso de Alexandra, 16. Ella ni siquiera conocía a Nash, ni a Cameron, ni a ninguno de sus amigos, pero su amiga Bea, 16, sí. Pensaba que iban a ser las mejores vacaciones de su vida...