Capítulo 33.

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Terminó haciéndome daño con la agonía y pegamos al timbre. Abrió su madre y le sonreí, el le dio un beso y yo la abracé mientras me preguntaba qué tal estaba. Nos sentamos en el sillón y su hermana vino con nosotros. Mientras yo me entretenía con ella él hablaba con su hermano de algo que yo no prestaba atención y después ayude a su madre ha hacer la cena.

- ¿Te acostumbras a esto? ¿Te gusta?

- ¡Si! Esto siempre me ha gustado sin ni siquiera venir, y Nash me está enseñando muchos rincones así que..

- ¿Y tu no venias con una amiga?

- Bueno... - le conté por encima lo de Bea.

- ¿Como? ¿En serio?

- Si...

- ¿Y tu madre le creía? Primero que Nash no haría algo así y tú no tienes pinta.

- Exacto, ni siquiera estábamos juntos cuando se inventó eso. Estábamos enfadados.

- ¿Vosotros?

- Si... - Sonreí - tonterías. Fue culpa de ella también.

- Y ahora... ¿que?

- Ahora estamos bien. - creo que decidió parar la conversación. Sabia donde quería llegar pero no dejé que supiese que estábamos realmente juntos hasta que Nash se lo dijera. Terminamos de hacer la cena, aunque la mayoría la hizo ella. Fui al sofá a avisar a Nash.

- Nene la cena. - le toqué la rodilla y me cogió de la mano.
- ¿En la mesa o delante mía? - me tuve que reír y miré a Skylynn que nos miraba cual inocente.

- En la mesa. - le guiñé se acercó y me dio un beso justo cuando su madre salía de la cocina.

Nos levantamos normalmente y fuimos a cenar junto a Hayes, la pequeña y su madre.

- Este fin de semana vamos a Nueva York. - dijo Nash. Le miré. No tenia ni idea.

- Tenemos meet. - dijo Hayes, que supongo que vendría con nosotros.

- Está bien. Si quieres Alex te puedes quedar aquí.

- Que dices mamá, - soltó una pequeña risa - ella viene con nosotros.

- Ah bueno, vale.

- Si quieres, nos podemos llevar a Skylynn. Papá viene con nosotros y a Alex le encanta. - la pequeña empezó a saltar en la silla con un "¡si, si!" repetitivo.

- ¡Ay por mi genial! Es super buena, no creo que haya problema. - dije sonriendo. Me encantaría.

- Si mama porque Alex es ¡guapísima! - dijo Skylynn un poco sin saber que decir. Reímos.

- ¿A que si? - le preguntó Nash y ella asintió.

- ¿Ella va a ser tu novia? - todos atentos a la enana.

- No se.. ¿tu quieres?

- ¡Siiiiiii!

- Entonces vale, solo porque tu quieres ¿eh? - reímos.

- Pero le tengo que preguntar a ella... - le miré - ¿tu quieres ser su novia?

- Solo si tu quieres... - le dije.
- Entonces yo os declaro marido y mujer. - en ese momento estallamos en risas. ¿Como una niña de tan solo 4 años podía saber tanto?

Recogimos la mesa y me senté con Skylynn a dibujar, decía que me quería regalar algo así que cedí. Pasamos un buen rato, jugando, charlando y etc.

- ¡Que bonito! - le dije mientras le abrazaba. - Me encanta el dibujo, muchas gracias Sky. - se puso encima mía mirando hacia mi.

- El viernes nos lo vamos a pasar muy bien en Nueva York.

- ¿Si? A ver dime a qué juegos quieres jugar cuando estemos allí.

- Pues... podemos peinarnos... pintarnos... ¡o grabar vídeos!

- ¿Te gusta grabar vídeos? -asintió - Entonces grabaremos vídeos. - reímos.

- ¿De que habláis vosotras dos bichos? - Nash se puso en cunclillas mirándonos.

- ¡De lo que vamos ha hacer el fin de semana! Pero no te puedes enterar...

- ¿Es secreto, Sky? - ella asintió - Bueno... ya me enteraré. - y ella negó.

- Nash, ahora que sois marido y mujer, tienes que darle un beso. - ambos reímos.

- ¿Yo le tengo que dar un beso?

- Si, porque cuando dos personas se casan se dan un beso.

- Pero nosotros no nos hemos casado... - intervine.

- ¡Si! - dijo rotunda - Os he casado yo. Y el novio le tiene que dar un beso a la novia.

- ¿Siempre el novio?

- Que siiiii. - se veía convencida y miré a Nash que me miraba con esos ojos y con el brillo que nunca le faltaba.

- Bueno.. - se relamió los labios, puso su mano en mi cuello y me dio un beso no más de tres segundos. - ¿Contenta?

- Siiiiii - rió.

- ¿Y que te parece si nos vamos fuera a jugar en la colchoneta? - propuse.

- ¡Sin saltar desde el tejado! - por lo que se ve Elizabeth me escuchó y lo dijo desde donde estaba. Reimos y fuimos fuera.

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